Las cifras de los muertos y contagiados por el virus chino saltan y cambian vertiginosamente y la humanidad se enfrenta, desde diciembre, a una de las peores plagas en su historia moderna.
Hasta el momento de escribir esta crónica el coronavirus ha provocado al menos 32. 000 muertos en el mundo.
En Estados Unidos el record es de 2.000 muertos y cerca de 19 mil nuevos casos de contagio en las últimas 24 horas. Es el tercer país con mayor cantidad de casos y el sexto en cuanto a decesos.
El epicentro del brote en el país tiene lugar en Nueva York, que ha reportado más de 30.000 casos positivos y 285 muertes.
España reportó casi 9.000 nuevos decesos y ya son casi 7.000 las víctimas fatales.
Toda Europa está afectada por el virus.
La población mundial se ha replegado temerosa en sus hogares, con la brutal paralización de la economía frente a la plaga.
Cuba y Venezuela son los más castigados por la falta de agua e higiene.
El síndrome del horror ante el contagio paraliza los países. Nadie quiere tocar nada y se han suspendido las operaciones en los hospitales, dedicados ahora a los nuevos pacientes contagiados con el virus.
Al menos 34 países y territorios tomaron medidas de confinamiento obligatorio a su población, lo que incluye a más de 659 millones de personas.
Las citas médicas se han postergado, al igual que la ida al dentista. Con todos los males aplazados, los pacientes sufren por la falta de nuevos chequeos médicos, siendo los ancianos los más afectados por la pandemia.
La llegada del coronavirus al mundo ha sido peor que una guerra y se está haciendo difícil de detener y controlar .
Los gobiernos alertan que la crisis empeorará antes de empezar a mejorar. Y esto solo se logrará, con una mayor comprensión del virus, mejores pruebas y la llegada de una vacuna.