Debatamos con ánimo crítico el potencial democrático de la sociedad civil, así como el comportamiento y la refundación de los partidos políticos. Con sociedades descreídas de las grandes causas o ideologías, los partidos tienen que reconfigurarse en Venezuela para responder a demandas específicas de los ciudadanos. La reconstrucción de un Estado efectivo debe estar asegurada por cierto espacio público, donde la convergencia entre partidos democráticos y sociedad civil asegure la estabilidad necesaria que garanticen la vigencia de una democracia perdurable. Es entonces cuando estaremos en capacidad de evitar retrocesos en la democracia.
“El término sociedad civil, como concepto de la ciencia social, designa la diversidad de personas que con categoría de ciudadanos y generalmente de manera colectiva, actúan para tomar decisiones en el ámbito público, las que consideran que se hallan fuera de las estructuras gubernamentales”.
Han sido múltiples los intentos de la sociedad civil de auto convocarse, con logros como el recientemente obtenido en la Universidad Católica Andrés Bello, el pasado 6 de Diciembre. Allí concurrieron dirigentes vecinales, sociales, estudiantiles, gremiales, políticos, empresariales y académicos, que condujeron con sus intervenciones al consenso de que sí es posible que la comunidad organizada, logre el fin de la usurpación, también la integración de un gobierno de transición que conduzca a la reconstrucción de la democracia. “La responsabilidad es nuestra y no podemos renunciar al protagonismo”, dijo el rector Virtuoso, quien advirtió que “será difícil, pero posible con la fuerza de todos”. “El entendimiento es necesario”, mediante “un diálogo sincero”, que una vez alcanzado se tiene que respetar. “En la diversidad está la unión”, debe incorporarse un vasto movimiento social.
El estudiante Valentín Tirado (UCAB-Guayana) quiso despejar cualquier duda ante una pregunta del público a los panelistas, y afirmó acompañado por otros cinco dirigentes participantes, que los jóvenes venezolanos “sí estamos preparados y sí estamos motivados ante las dificultades para recuperar la democracia. En un futuro cercano, no poniéndole fecha, lograremos derrocar la dictadura de Nicolás Maduro”. Estos compromisos de buena voluntad requieren de organización y continuidad en el tiempo inmediato para lograr el objetivo propuesto.
En estos últimos años, también la sociedad civil ha sido convocada por el estamento político; se ha hablado, pero pregunto, ¿los convocantes han escuchado, han trabajado en forma continua después de esa convocatoria para mantener canales de comunicación y para poner en práctica aportes que conduzcan a vencer la gravísima crisis que vive el país? De acuerdo con la información y resultados obtenidos esto no ha sido así. Realmente no contamos con la voluntad de que la Sociedad Civil sea parte integrante y decisoria de la solución. Este vínculo y su actuación unitaria para la recuperación de la democracia son indispensables que se hagan realidad, aunque sabemos de su dificultad, pero sin ello no hay solución posible, ni el apoyo internacional irá más allá de meras acciones diplomáticas.
La democracia necesita de convergencia y de un Estado en el que estén definidas las condiciones de participación. La Sociedad Civil debe formar parte activa de ese Estado en momentos de transición. Así lo establece el Estatuto que rige la transición democrática, aprobado por la Asamblea Nacional, en procura del cese de la usurpación y vigencia plena de la democracia. Este 2020 es año de definiciones.
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