El porqué tuvieron un héroe y no lo supieron reconocer
Oscar Pérez: Los venezolanos lo tuvieron al alcance de la mano.
Era el ex policía que desafió a la dictadura de Nicolás Maduro pero no le creyeron y no lo siguieron, convirtiéndose el héroe en un nuevo martir de la Libertad por Venezuela.
¿Qué pasó?
La maquinaria chavista trabajando desde la administración de Hugo Chávez, inculcó en los venezolanos el odio y la desconfianza entre el pueblo.
Nicolás Maduro remachó esos sentimientos, haciendo que el ciudadano no creyera en quienes lo podrían rescatar y recobrar así la libertad.
Por esto, la táctica para aglutirar al pueblo no dio resultados y los venezolanos no reconocieron en Oscar Perez a su salvador.
Su lucha
Oscar Pérez robó un helicóptero y atacó las sedes de varias instituciones públicas en Caracas a mediados de 2017
Desde tempranas horas de la mañana del fatídico día en que fue muerto en una emboscada, Pérez publicó varios videos en su red social en los que muestra estar en un cuarto junto a otros miembros de su equipo
Un miembro del grupo autodenominado Equilibrio Nacional confirmó que efectivos de seguridad del gobierno de Venezuela ubicaron al ex policía en la zona de El Junquito, en el municipio Libertador, al oeste de Caracas.
Pérez, junto a otros patriotas, murió en un enfrentamiento con la Policía Nacional de Venezuela la mañana del 15 de enero de 2018.
Presentados como terroristas
Maduro y Diosdado Cabello declaron que el grupo de Oscar Pérez era terrorista y planeaba hacer explotar un carro bomba frente a una embajada en Caracas. Pérez era un ex inspector de la policía científica de Venezuela que había desafiado la seguridad del Estado venezolano cuando robó un helicóptero, lanzó panfletos al público pidiendo que éste se uniera para derrocar al régimen corrupto que gobernaba en Mirafores.
Pérez a continuación, atacó las sedes de varias instituciones públicas en Caracas a mediados de 2017.
La masacre
Desde tempranas horas de la mañana del lunes 15 de 2018, Pérez publicó varios videos en su red social en los que mostraba estar resguardado en un cuarto junto a otros miembros de su equipo.
Pérez, ensangrentado, denunció que miembros de la policía dispararon en su contra. Sin embargo, Cabello informó en su cuenta de Twitter que Pérez “atacó a quienes lo rodean, hiriendo a dos funcionarios del FAES y los cuerpos de seguridad respondieron al fuego”.
En un comunicado, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz confirmó que el grupo al que denominaron como terroristas, había sido desmantelado e informó que algunos miembros fueron abatidos mientras cinco fueron detenidos.
En el enfrentamiento también murieron dos efectivos de la policía nacional y cinco resultaron gravemente heridos, según el comunicado.
Acorralado
Oscar Pérez, el ex inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) transmitió en directo, a través de redes sociales el enardecido combate. “No quieren que nos entreguemos, literalmente nos quieren asesinar. Nos lo acaban de decir”, dijo en su última grabación publicada en Instagram.
En un primer momento, Pérez indicó que estaba negociando su entrega con las autoridades, pero el desenlace fue diferente. Maduro y otros chavistas lo querían muerto para evitar que se transformara en un héroe.
El Gobierno también le acusaba del asalto, en diciembre 2017, a un destacamento militar del que supuestamente sustrajo armamento.
Pérez fue parte del equipo de la brigada de acciones especiales de la policía científica venezolana y actuó en la película Muerte suspendida, producida precisamente por la misma institución.
Él y sus seguidores estaban atrincherados en El Junquito, cuando fueron descubiertos. Desde ahí se comenzó a transmitir el cruento enfrentamiento que ha quedado registrado en redes sociales. “Tenemos heridos y nos siguen disparando ¡Nos vamos a entregar, no sigan disparando, aquí hay civiles! No quieren que nos entreguemos, nos quieren asesinar. Estamos negociando para entregarnos", dice Pérez en el vídeo con el rostro cubierto de sangre y un fusil en la mano.
Mientras tanto, afirmaba el gobierno de Maduro en un comunicado: “Estos terroristas, quienes estaban fuertemente apertrechados con armamento de alto calibre, abrieron fuego contra los funcionarios encargados de su captura e intentaron hacer detonar un vehículo cargado de explosivos… nuestros efectivos fueron alevosamente atacados por los violentos cuando se estaba negociando las condiciones para su entrega y resguardo”.
Lo queremos muerto
El expolicía se había convertido en un objetivo del Gobierno de Venezuela desde el 27 de junio de 2017, en medio de la oleada de protestas opositoras.
Entonces robó un helicóptero para atacar con granadas y disparos la sede del Tribunal Supremo de Justicia, en el centro de Caracas. Con uniforme de camuflaje, y a veces armado, hizo apariciones sorpresivas en algunas manifestaciones antigubernamentales del año pasado. Eso lo convirtió en uno de los hombres más buscados en Venezuela. Su fotografía fue desplegada en los aeropuertos del país, pidiendo colaboración para su captura.
Pero su suerte estaba sellada, había que matarlo para que no se convirtiera en el hombre que Venezuela necesitaba para su liberación y en quien el pueblo no respaldó , sumido en la desinformación trabajada durante 16 años por los chavistas.
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