Que cambie USA para que cambie Cuba.
- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
03 Jun 2014 18:54
Mi comentario sobre la diferencia entre una agenda para la negociación entre cubanos (como la que siempre quiso y exigió Payà) y la que mejor serviría a los intereses de los EE.UU. en una eventual negociación con Cuba no se centra en lo que dices en éste párrafo que transcribo, amigo Gerardo:
“Todas las leyes y todos los derechos en todas partes son violadas por algunos, pero el argumento de que se violan en todas partes no justifica la violación en parte alguna.”
Una de las “instituciones” o pilares de la democracia que con frecuencia invocamos, reclamamos y declamamos en Miami y sus playas es la transparencia. No estoy convencido que esa transparencia que tanto celebramos sea, invariablemente, conducente para la resolución de un problema, diferendo o conflicto como el que existe entre Cuba y los EE.UU. (de hecho, estoy seguro, que mientras nosotros nos ejercitamos en este interesante debate entre foristas, es mucho lo que se está discutiendo entre ambos países tras bambalinas). Pero como asumo que muchos amigos míos insistirán que toda negociación, una vez que reciba nuestra bendición, se lleve a acabo de manera pública y transparente, es que hice el comentario que hice en cuanto a que quizás para los EE.UU. no fuera conveniente decir que el punto numero en su agenda era el de los DD.HH…
Se cae de maduro (o de la mata, para no darle màs crédito del que merece a quien un eminente historiador vecino nuestro llama “el guagüero”…) que ambas partes en esa eventual negociación se echarán en cara, recíprocamente, todo tipo de atrocidades, pero como tu bien dices, Gerardo, las violaciones del uno son un pésimo argumento para justificar las del otro… Mi esperanza es que la negociación no se quede en ese nivel de acusaciones mutuas, porque entonces no serviría para nada…
Lo que tenia en mente cuando hice mi comentario no son sino cuestiones fácticas sobre las cuales es muy difícil discutir, porque son hechos sobre los que poco y nada se puede discutir. Te explico.
Quizás por desinformación o por ignorancia, a veces nosotros mismos nos arrinconamos con argumentos que no hacen mas que hacerle el juego a la otra parte. Cuba firmó , si mal no recuerdo hace poco mas de 5 años (en el 2008?) y con mucho bombo y platillo, dos tratados o convenios internacionales celebrados bajo el auspicio de la ONU, uno sobre derechos económicos, sociales y culturales y otro sobre derechos civiles y políticos. Una de las banderas que con frecuencia enarbola un sector de nuestra comunidad exiliada –repito, no puedo pensar sino que por falta de información- es el reclamo airado porque Cuba no ha ratificado ninguno de esos dos tratados (lo que es absolutamente cierto).
Los EE.UU. también firmaron esos dos tratados, pero en 1977. El primero de ellos todavía no lo han ratificado, y el otro lo ratificaron en 1992, 15 años después de firmarlo.
Cuba ha estado excluida (o suspendida, no recuerdo ahora mismo cual es el término “legal” aplicable) de la OEA desde la década de los sesenta, y no ha participado en la gestación de gran parte de la normativa interamericana de DD.HH. que se desarrolló durante todos esos años (en el origen mismo de esa normativa, Cuba fue actor principal, como bien sabemos todos). Los EE.UU. si, y firmaron, también en 1977, la Convención Interamericana de DD.HH. (conocida como Pacto de San José): han transcurrido 37 años y todavía no la han ratificado. En cuanto a su corolario, el Pacto de San Salvador que data de 1988, ni siquiera lo han firmado…
En 1980 (hace 34 años), se celebró, bajo el auspicio de la ONU, la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer, que Cuba firmó y ratificó en pocos meses. Los EE.UU. tampoco la han firmado hasta el sol de hoy…
Fue pensando en este tipo de hechos que hice el comentario que hice sobre la prudencia que debiéramos tener los “americanos” antes de seleccionar los puntos centrales de nuestra agenda para la negociación con Cuba, mi querido Gerardo, no pensando en Abu Grahib, ni en Guantánamo, ni en los “drones”, ni en el “wáter-boarding”, ni en nada por el estilo…, temas estos que, no te quepa la menor duda, también nos van a echar en cara en cualquier negociación… Pero para esos temas, habrá de “nuestro” lado, espero, alguien que sepa como batearlos…
“Todas las leyes y todos los derechos en todas partes son violadas por algunos, pero el argumento de que se violan en todas partes no justifica la violación en parte alguna.”
Una de las “instituciones” o pilares de la democracia que con frecuencia invocamos, reclamamos y declamamos en Miami y sus playas es la transparencia. No estoy convencido que esa transparencia que tanto celebramos sea, invariablemente, conducente para la resolución de un problema, diferendo o conflicto como el que existe entre Cuba y los EE.UU. (de hecho, estoy seguro, que mientras nosotros nos ejercitamos en este interesante debate entre foristas, es mucho lo que se está discutiendo entre ambos países tras bambalinas). Pero como asumo que muchos amigos míos insistirán que toda negociación, una vez que reciba nuestra bendición, se lleve a acabo de manera pública y transparente, es que hice el comentario que hice en cuanto a que quizás para los EE.UU. no fuera conveniente decir que el punto numero en su agenda era el de los DD.HH…
Se cae de maduro (o de la mata, para no darle màs crédito del que merece a quien un eminente historiador vecino nuestro llama “el guagüero”…) que ambas partes en esa eventual negociación se echarán en cara, recíprocamente, todo tipo de atrocidades, pero como tu bien dices, Gerardo, las violaciones del uno son un pésimo argumento para justificar las del otro… Mi esperanza es que la negociación no se quede en ese nivel de acusaciones mutuas, porque entonces no serviría para nada…
Lo que tenia en mente cuando hice mi comentario no son sino cuestiones fácticas sobre las cuales es muy difícil discutir, porque son hechos sobre los que poco y nada se puede discutir. Te explico.
Quizás por desinformación o por ignorancia, a veces nosotros mismos nos arrinconamos con argumentos que no hacen mas que hacerle el juego a la otra parte. Cuba firmó , si mal no recuerdo hace poco mas de 5 años (en el 2008?) y con mucho bombo y platillo, dos tratados o convenios internacionales celebrados bajo el auspicio de la ONU, uno sobre derechos económicos, sociales y culturales y otro sobre derechos civiles y políticos. Una de las banderas que con frecuencia enarbola un sector de nuestra comunidad exiliada –repito, no puedo pensar sino que por falta de información- es el reclamo airado porque Cuba no ha ratificado ninguno de esos dos tratados (lo que es absolutamente cierto).
Los EE.UU. también firmaron esos dos tratados, pero en 1977. El primero de ellos todavía no lo han ratificado, y el otro lo ratificaron en 1992, 15 años después de firmarlo.
Cuba ha estado excluida (o suspendida, no recuerdo ahora mismo cual es el término “legal” aplicable) de la OEA desde la década de los sesenta, y no ha participado en la gestación de gran parte de la normativa interamericana de DD.HH. que se desarrolló durante todos esos años (en el origen mismo de esa normativa, Cuba fue actor principal, como bien sabemos todos). Los EE.UU. si, y firmaron, también en 1977, la Convención Interamericana de DD.HH. (conocida como Pacto de San José): han transcurrido 37 años y todavía no la han ratificado. En cuanto a su corolario, el Pacto de San Salvador que data de 1988, ni siquiera lo han firmado…
En 1980 (hace 34 años), se celebró, bajo el auspicio de la ONU, la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer, que Cuba firmó y ratificó en pocos meses. Los EE.UU. tampoco la han firmado hasta el sol de hoy…
Fue pensando en este tipo de hechos que hice el comentario que hice sobre la prudencia que debiéramos tener los “americanos” antes de seleccionar los puntos centrales de nuestra agenda para la negociación con Cuba, mi querido Gerardo, no pensando en Abu Grahib, ni en Guantánamo, ni en los “drones”, ni en el “wáter-boarding”, ni en nada por el estilo…, temas estos que, no te quepa la menor duda, también nos van a echar en cara en cualquier negociación… Pero para esos temas, habrá de “nuestro” lado, espero, alguien que sepa como batearlos…
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
03 Jun 2014 20:06
Lo bueno es que los ciudadanos de Estados Unidos y hasta quienes no lo son podemos denunciar las faltas y las violaciones de los Estados Unidos desde este Foro, desde los periódicos, desde las estaciones de radio y TV y en manifestaciones callejeras. Podemos también establecer recursos legales para remediar los errores. Podemos hacer con entera libertad campañas por congresistas que estén dispuestos a llevar adelante la ratificación de esos Pactos de Derechos Humanos y a redactar las leyes que los reconozcan y los defiendan. Y podemos decirles con decoro y con toda la razón del mundo a los parlamentarios de este país que se prestan a manejos turbios, que aunque utilicen mecanismos democráticos para entorpecer la ratificación de esos convenios y pactos, su gestión de entorpecimiento es ilegítima y merece el rechazo de todos.
Todo eso podemos hacer sin esperar represalias por nuestras opiniones y acciones políticas. No hay leyes que nos condenen por esas cosas. Y cuando se producen abusos como consecuencia de esas acciones, el escándalo es mayúsculo y contamos con medios eficaces para defendernos.
Esa es la gran diferencia.
Por eso nuestros representantes y diplomáticos en los foros internacionales y en las negociaciones con otros países cuentan con la moral suficiente para exigir medidas semejantes de respeto a los derechos y a los acuerdos de parte de sus interlocutores.
Es muy lamentable que haya acciones sumamente reprobables por parte de gobiernos sucesivos de los Estados Unidos que intentan justificar por razones de "seguridad nacional", pero todavía tenemos los recursos legales y democráticos para enfrentar esa maldad y desenmascararla.
Esa es la gran diferencia.
Todo eso podemos hacer sin esperar represalias por nuestras opiniones y acciones políticas. No hay leyes que nos condenen por esas cosas. Y cuando se producen abusos como consecuencia de esas acciones, el escándalo es mayúsculo y contamos con medios eficaces para defendernos.
Esa es la gran diferencia.
Por eso nuestros representantes y diplomáticos en los foros internacionales y en las negociaciones con otros países cuentan con la moral suficiente para exigir medidas semejantes de respeto a los derechos y a los acuerdos de parte de sus interlocutores.
Es muy lamentable que haya acciones sumamente reprobables por parte de gobiernos sucesivos de los Estados Unidos que intentan justificar por razones de "seguridad nacional", pero todavía tenemos los recursos legales y democráticos para enfrentar esa maldad y desenmascararla.
Esa es la gran diferencia.
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- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
03 Jun 2014 21:09
Tengo perfectamente claras las grandes diferencias, Gerardo; las que tu señalas y tantìsimas otras...
Pero para esta y para toda otra negociacion, pero especialmente para la que querìa Osvaldo Payà, la negociaciòn exclusivamente entre cubanos, serìa bueno que las encaremos con el ànimo de encontrar coincidencias, no de establecer diferencias. Tu no crees?
Pero para esta y para toda otra negociacion, pero especialmente para la que querìa Osvaldo Payà, la negociaciòn exclusivamente entre cubanos, serìa bueno que las encaremos con el ànimo de encontrar coincidencias, no de establecer diferencias. Tu no crees?
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
03 Jun 2014 22:22 - 03 Jun 2014 22:53
Estoy muy de acuerdo con que la negociación para resolver los problemas de Cuba debe realizarse primordialmente entre cubanos. He brindado mi resuelto apoyo por muchos años a las iniciativas del Movimiento Cristiano Liberación y a su tristemente fallecido líder Osvaldo Payá y he participado activamente en iniciativas de respaldo a su estrategia desde Nueva York, cuando vivía allá, y desde Miami más recientemente, entre las cuales se encuentra la organización de dos Círculos de Reflexión para contribuir a una de sus campañas. El informe de uno de esos Círculos de Reflexión aparece
AQUÍ
.
Más recientemente hemos contado con la colaboración del MCL, por intermedio de Ofelia Acevedo, vda. de Payá, y Rosa María Payá, en las gestiones a favor del diálogo y la negociación que impulsa el Foro de Promoción Democrática Continental.
Ahora bien, el diálogo es entre dos, y el debate es entre muchos. Para que funcionen, debe haber respeto mutuo, y para que exista ese respeto debe haber un reconocimiento (aunque sea mínimo) de los derechos ajenos.
Hasta ahora, los intentos de diálogo y de debate entre los polos políticos cubanos se han desvanecido en un monólogo con interlocutores sordos y arrogantes. Ojalá que algún día esos adversarios se destapen los oídos y podamos llegar a la tan ansiada reconciliación.
Aquí estamos participando en un largo debate en el que se han planteado muchos criterios y opiniones diferentes y en medio de las discrepancias hemos encontrado muchísimas coincidencias. Discrepamos en muchas cosas sin permitir que las divergencias nos conviertan en enemigos. Al contrario, somos amigos y nos sentimos enriquecidos por la reflexión a que nos obligan las razones de los demás. Eso ha sido posible porque todos hemos demostrado un alto nivel de respeto mutuo.
Y disculpa que vuelva a golpear en el yunque con la frase de que "¡esa es la gran diferencia!".
Más recientemente hemos contado con la colaboración del MCL, por intermedio de Ofelia Acevedo, vda. de Payá, y Rosa María Payá, en las gestiones a favor del diálogo y la negociación que impulsa el Foro de Promoción Democrática Continental.
Ahora bien, el diálogo es entre dos, y el debate es entre muchos. Para que funcionen, debe haber respeto mutuo, y para que exista ese respeto debe haber un reconocimiento (aunque sea mínimo) de los derechos ajenos.
Hasta ahora, los intentos de diálogo y de debate entre los polos políticos cubanos se han desvanecido en un monólogo con interlocutores sordos y arrogantes. Ojalá que algún día esos adversarios se destapen los oídos y podamos llegar a la tan ansiada reconciliación.
Aquí estamos participando en un largo debate en el que se han planteado muchos criterios y opiniones diferentes y en medio de las discrepancias hemos encontrado muchísimas coincidencias. Discrepamos en muchas cosas sin permitir que las divergencias nos conviertan en enemigos. Al contrario, somos amigos y nos sentimos enriquecidos por la reflexión a que nos obligan las razones de los demás. Eso ha sido posible porque todos hemos demostrado un alto nivel de respeto mutuo.
Y disculpa que vuelva a golpear en el yunque con la frase de que "¡esa es la gran diferencia!".
Last edit: 03 Jun 2014 22:53 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
03 Jun 2014 22:59
De acuerdo, nuevamente, contigo, mi estimado amigo: el diàlogo es entre dos. Por eso es màs fåcil, por ahora, que se de ese dialogo entre los dos estados, Cuba y los EE.UU., que el que tanto tu como yo preferimos y queremos que se concrete entre cubanos.
Pero para facilitar ese diàlogo entre cubanos seria pràctico (y hasta imprescindible, quizàs, para que Cuba se preste a dialogar), me parece a mi, que los cubanos que queramos ser su interlocutor logremos encontrar una sola voz donde no hay sino una cacofonìa. Y que desarrollemos una mentalidad mas acorde con ese desafìo.
Desde esa perspectiva, el articulo que nos convoca no debiera llevar por titulo "Que cambie USA para que cambie Cuba", sino que cambiemos nosotros, los cubanos exiliados para que cambie Cuba. Y eso es lo que me lleva a decir que la primavera que mas nos urge a los cubanos es la que debe producirse en Miami, que es infinitamente mas urgente y factible que la que deseamos ver en Cuba: por que la de aquì depende exclusivamente de nosotros, y la de allà no...
Pero para facilitar ese diàlogo entre cubanos seria pràctico (y hasta imprescindible, quizàs, para que Cuba se preste a dialogar), me parece a mi, que los cubanos que queramos ser su interlocutor logremos encontrar una sola voz donde no hay sino una cacofonìa. Y que desarrollemos una mentalidad mas acorde con ese desafìo.
Desde esa perspectiva, el articulo que nos convoca no debiera llevar por titulo "Que cambie USA para que cambie Cuba", sino que cambiemos nosotros, los cubanos exiliados para que cambie Cuba. Y eso es lo que me lleva a decir que la primavera que mas nos urge a los cubanos es la que debe producirse en Miami, que es infinitamente mas urgente y factible que la que deseamos ver en Cuba: por que la de aquì depende exclusivamente de nosotros, y la de allà no...
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- Pablo Aguabella Valdivia
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
04 Jun 2014 01:24
Estoy con agrado sorprendido por haber provocado con mi aporte, toda una discusión y todo un debate en los que, de manera civilizada y respetuosa, cada uno ha expresado su opinión sobre el tema.
El título de mi artículo y su contenido responden, no solo a la carta de marras, si no a toda una tendencia que expresa en síntesis, que son los EEUU los que tienen que modificar su política hacia el gobierno de Cuba para que éste dé otros pasos hacia la transformación del país.
En mi opinión y basado en la forma de actuar del régimen cubano en estos más de 50 años, lo único que éste busca es el acceso al dinero de los entes financieros internacionales y al turismo, norteamericano principalmente, además de todo medio que le produzca ingresos.
El planteamiento de que con cambios en la economía se sucederán cambios políticos, ya hemos visto que a pesar de la inversión extranjera que se ha permitido en Cuba desde hace años, con grandes inversiones en el campo del turismo y su necesaria infraestructura, el cubano de a pié no se ha visto beneficiado en absoluto de ello, sobre todo, porque no son empleados directos de las empresas, si no de la agencia de empleo oficial que recibe el salario en dólares y paga a los cubanos en pesos cubanos, lo que provoca una especie de nueva esclavitud pues, mientras en el exterior un empleado de nivel medio de un hotel gana unos mil doscientos dólares en Costa Rica, en Cuba el gobierno le paga veinte dólares. Otros ejemplos los encontramos en otros países donde la apertura económica no ha producido la política. Y no porque no pueda suceder si no porque esos gobiernos evitan que suceda. De ahí que, mientras se producen pequeños cambios, con la aparición de pequeños negocios, arrecia la represión en lo político. Estoy seguro que los estimables foristas estan al tanto de estos hechos y no veo que los tenga que enumerar.
El gobierno cubano siempre ha practicado la política de un paso al frente y ninguno atrás. La máxima del PCC lo ilustra suficientemente cuando proclamaron hace más de cuarenta años: " atrás ni para coger impulso ".
Ojalá yo esté equivocado pero los hechos, que no los criterios y los conceptos, me dicen lo contrario.
Por último quiero insistir en que, por respeto y homenaje a los que hoy sufren en Cuba los abusos, las detenciones, las golpizas, las amenazas y hasta la imposibilidad de un trabajo digno por su condición de opositores, y así y todo siguen luchando desde hace años por un futuro mejor para todos los cubanos, y han conseguido a una alto precio algunos espacios, no apoyaré ninguna iniciativa que no tenga su aprobación. Y la oposición interna, mayoritariamente, se opone a cualquier medida que le dé un respiro mayor al régimen, porque las que se han implementado y puesto en práctica, no han mejorado las condiciones de la gran mayoría del pueblo, ni en lo económico ni en lo político.
En cuanto al título de mi artículo encuentro que está muy bien como está pero me parecería bien que si el amigo Pallí quiere escribir uno con otro encabezado, lo leería con interés y simpatía.
Por último quisiera suponer lo que hubiera pasado en Cuba de no haberse producido el embargo. Estaría mejor? Estaría peor? Se hubiera radicalizado el régimen o no ? El sistema de socialismo al estilo soviético se hubiera profundizado de todos modos o no ?
Son preguntas que me hago a menudo desde hace tiempo y, recién ahora, empiezo a encontrar algunas respuestas observando lo que sucede en Venezuela.
Saludos cordiales.
El título de mi artículo y su contenido responden, no solo a la carta de marras, si no a toda una tendencia que expresa en síntesis, que son los EEUU los que tienen que modificar su política hacia el gobierno de Cuba para que éste dé otros pasos hacia la transformación del país.
En mi opinión y basado en la forma de actuar del régimen cubano en estos más de 50 años, lo único que éste busca es el acceso al dinero de los entes financieros internacionales y al turismo, norteamericano principalmente, además de todo medio que le produzca ingresos.
El planteamiento de que con cambios en la economía se sucederán cambios políticos, ya hemos visto que a pesar de la inversión extranjera que se ha permitido en Cuba desde hace años, con grandes inversiones en el campo del turismo y su necesaria infraestructura, el cubano de a pié no se ha visto beneficiado en absoluto de ello, sobre todo, porque no son empleados directos de las empresas, si no de la agencia de empleo oficial que recibe el salario en dólares y paga a los cubanos en pesos cubanos, lo que provoca una especie de nueva esclavitud pues, mientras en el exterior un empleado de nivel medio de un hotel gana unos mil doscientos dólares en Costa Rica, en Cuba el gobierno le paga veinte dólares. Otros ejemplos los encontramos en otros países donde la apertura económica no ha producido la política. Y no porque no pueda suceder si no porque esos gobiernos evitan que suceda. De ahí que, mientras se producen pequeños cambios, con la aparición de pequeños negocios, arrecia la represión en lo político. Estoy seguro que los estimables foristas estan al tanto de estos hechos y no veo que los tenga que enumerar.
El gobierno cubano siempre ha practicado la política de un paso al frente y ninguno atrás. La máxima del PCC lo ilustra suficientemente cuando proclamaron hace más de cuarenta años: " atrás ni para coger impulso ".
Ojalá yo esté equivocado pero los hechos, que no los criterios y los conceptos, me dicen lo contrario.
Por último quiero insistir en que, por respeto y homenaje a los que hoy sufren en Cuba los abusos, las detenciones, las golpizas, las amenazas y hasta la imposibilidad de un trabajo digno por su condición de opositores, y así y todo siguen luchando desde hace años por un futuro mejor para todos los cubanos, y han conseguido a una alto precio algunos espacios, no apoyaré ninguna iniciativa que no tenga su aprobación. Y la oposición interna, mayoritariamente, se opone a cualquier medida que le dé un respiro mayor al régimen, porque las que se han implementado y puesto en práctica, no han mejorado las condiciones de la gran mayoría del pueblo, ni en lo económico ni en lo político.
En cuanto al título de mi artículo encuentro que está muy bien como está pero me parecería bien que si el amigo Pallí quiere escribir uno con otro encabezado, lo leería con interés y simpatía.
Por último quisiera suponer lo que hubiera pasado en Cuba de no haberse producido el embargo. Estaría mejor? Estaría peor? Se hubiera radicalizado el régimen o no ? El sistema de socialismo al estilo soviético se hubiera profundizado de todos modos o no ?
Son preguntas que me hago a menudo desde hace tiempo y, recién ahora, empiezo a encontrar algunas respuestas observando lo que sucede en Venezuela.
Saludos cordiales.
Reply to Pablo Aguabella Valdivia
- Efraín Infante
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
09 Jun 2014 01:56
Vemos que es una seguidilla, a veces sin aparente foco, cuando el señor Palli no encuentra ninguna, absolutamente ninguna, justificación al embargo, mal llamado bloqueo. Las detalladas explicaciones del señor Ernesto parecen no convencerle, estimado amigo. Yo imagino la Cuba actual sin "bloqueo" a algo parecido a Cambodia, en lo referido al sexo comercializado. Si jineteras ya sobran en la Isla, por las razones que se han discutido y otras, una Cuba, una ciudad de la Habana con los turistas americanos inundando las calles y los prostíbulos improvisados, sería algo muy lastimoso. Por supuesto que esto sólo sería una razón más; no la única ni la principal. Aún los pocos que quedan en otras naciones conscientes del aprobio del régimen cubano, ante esto, pudieran acabar diciendo: bueno, parece que la cosa mejoró pues hasta los gringos ya comercian con Cuba libremente y sin condiciones ... ¿Pudiéramos decir que esta hipotética situación mejoraría al cubano común y corriente? ¿No lograríamos renegar por siempre a la esperanza de una Cuba sana, democrática? ¿Es eso lo que ansiamos para nuestra patria herida y vituperada? Yo creería que no. ¿Y usted que opina, estimado amigo José Manuel Palli?
Reply to Efraín Infante
- José Manuel Palli
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
09 Jun 2014 02:48
Mi opiniòn sobre Camboya, don Efraìn? Lo lamento pero no tengo experiencia alguna en el rubro al que usted se refiere... Eso se lo dejo a quienes conocen ese tipo de situaciones de primera mano.
Si es sobre el embargo que me pide usted opiniòn, entonces si, estoy total y absolutamente de acuerdo con usted: "no le encuentro ninguna, absolutamente ninguna justificaciòn al embargo"...
En cuanto a justificarlo por la via de no mandarle una señal confusa a "las otras pocas naciones conscientes del oprobio del régimen cubano", supongo que se refiere usted a las ùnicas dos que votan con "nosotros" cada año en la Asamblea General de la ONU: Vanuatu y las Islas Marshall. Pero yo no me preocuparia mucho por ellas, don Efraìn, ya que tienen otras prioridades que estar pendientes de las señales que les enviamos: gracias a la labor visionaria de "expertos" como nuestro senador junior por el estado de la Florida, siempre alerta ante los disparates de cientìficos alarmistas como los que promueven la teorìa del calentamiento ambiental, tanto Vanuatu como las Marshall estàn llamadas a desaparecer proximamente bajo el nivel del mar.
Un saludo afectuoso, don Eefraìn.
Si es sobre el embargo que me pide usted opiniòn, entonces si, estoy total y absolutamente de acuerdo con usted: "no le encuentro ninguna, absolutamente ninguna justificaciòn al embargo"...
En cuanto a justificarlo por la via de no mandarle una señal confusa a "las otras pocas naciones conscientes del oprobio del régimen cubano", supongo que se refiere usted a las ùnicas dos que votan con "nosotros" cada año en la Asamblea General de la ONU: Vanuatu y las Islas Marshall. Pero yo no me preocuparia mucho por ellas, don Efraìn, ya que tienen otras prioridades que estar pendientes de las señales que les enviamos: gracias a la labor visionaria de "expertos" como nuestro senador junior por el estado de la Florida, siempre alerta ante los disparates de cientìficos alarmistas como los que promueven la teorìa del calentamiento ambiental, tanto Vanuatu como las Marshall estàn llamadas a desaparecer proximamente bajo el nivel del mar.
Un saludo afectuoso, don Eefraìn.
Reply to José Manuel Palli
- Efraín Infante
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
09 Jun 2014 02:59
Respetado amigo José Manuel. Le diría que no es necesario ir a Cambodia para lo mencionado, pues infinidad de films muestran ese triste escenario a más de otros reportajes periodísticos. No hablaba de infelices islotes en mi comentario anterior. Lo que mencionaba atañe a muchos círculos de intelectuales (que los hay muy dignos) familiarizados con la cosa cubana y patriotas extranjeros que han padecido el mismo yugo que impide el desarrollo y la democracia en Cuba. Hasta aquí mis comentarios sobre el tema. Muchas gracias por sus agudas respuestas, aunque lamento que no coincidamos. Viva la democracia y la libertad.
Reply to Efraín Infante
- Abelardo Pérez García
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Re: Que cambie USA para que cambie Cuba.
10 Jun 2014 15:11
No estoy totalmente de acuerdo con el punto de vista del amigo Infante.
Es seguramente cierto que hay demasiadas jineteras en nuestra pobre patria, siempre son demasiadas pero siempre las hubo.
La Cuba de antes no era un convento de monjas. Cuando yo salí había cumplido diecinueve años así que era un muchachón y conocía bien los barrios de mi Habana natal.
Había barrios extremadamente calientes como el de Colón con sus calles Bernal y Crespo (para no citar más que dos) llenas de prostíbulos con mujeres de todas las edades y color de piel. Recuerdo a una encantadora guajirita de ojos verdes que ejercía su oficio, dicen que el más antiguo del mundo, en la calle Bernal y que no tendría más edad que yo, es decir diecisiete o dieciocho años en aquel entonces.
Los que hoy tienen mi edad, o más, a lo mejor recordarán los prostíbulos de la calle Pajarito y adyacentes o los de la calle Marina, cerca de San Lázaro con sus adyacentes Vapor y Hornos donde puerta con puerta avecinaban casas decentes y “bayús”.
Si no lo recuerdan puede que sea algún caso de amnesia selectiva o porque su extremada decencia o piedad apartaron sus pasos de esas zonas de “perdición”.
No nos vayamos a creer que aquellas mujerzuelas sólo ejercían ocultas tras las viejas y hermosas fachadas deslucidas, descascaradas y despintadas ya de La Habana Vieja.
Numerosas “freelance” nos silbaban desde detrás de un farol o la puerta de un bar.
Sé de lo que estoy hablando. Mi padre trabajaba en la calle Cuba y a veces iba a esperarlo a que saliera a eso de las seis de la tarde. ¡Cuántas veces no me habrán silbado y abordado por aquellas calles!
Uno de los amigos de mi padre, un francés alto, rubio, de ojos azules que allá pasaba por americano, trabajaba en un edificio que creo recordar que estaba cerca del Parque de las Misiones. Este señor nos contó que a veces algunos hombres se le acercaban y le preguntaban: ¡Míster! ¡Míster! ¿Arr yu lukin for lítel guerls orr lítel boys?
No sería Cambodia pero ya no estábamos muy lejos de “las aceras de Manila” o de los “bares de Tailandia”.
Y todo eso ocurría en aquella edad de oro en la que en Cuba “todo el mundo vivía bien”.
Es cierto que había en nuestro país una clase media bastante importante y que comparado con los paupérrimos países centroamericanos o andinos hacíamos el papel de dueños del paraíso pero ¡Caballero! ¡Hay que relativizar! Y entender que si en Cuba “todo el mundo tenía criada” podemos afirmar sin equivocarnos que había entonces muchas criadas que no tenían criadas.
Por otra parte, ¿por qué pensar que los turistas norteamericanos que van a inundar las calles de La Habana no irán más que con la intención de hacer turismo sexual?
Me parece que es una idea bastante peyorativa de los turistas originarios de EEUU.
Ya escribí en alguna parte que la libertad de viajar a un país no implica la exención de visa y tampoco creo que haya una marea humana que desembarque sin reservación en algún hotel o casa de huéspedes.
A Cuba van turistas de muchísimos países del mundo y no todos van en busca de turismo sexual además de que para eso también disponen de la competencia de países como la República Dominicana o del Estado Libre Asociado (Commonwealth) de Puerto Rico y otros muchos.
Hace veinticinco o treinta años todavía encontrábamos por estos mundos de Dios algunos ilusos que creían en los logros del régimen cubano.
La magnífica propaganda llevada a cabo de mano maestra por el gobierno revolucionario había hecho creer en muchos países que Cuba se había convertido de la noche a la mañana en un país que tal nuevo David había vencido al Goliat imperialista que lo mantenía en el subdesarrollo y donde todo el mundo había aprendido a leer en pocos meses y disfrutaba gracias a su líder barbudo de un sistema de salud digno de la admiración del mundo.
Cada vez que podía yo explicaba que en 1959 el analfabetismo en Cuba estaba por debajo del 25%. Demasiado alto, sin duda, pero admirable comparado con la mayoría de los países de “Nuestra América” e incomparablemente mejor que el promedio en Asia o en África y que siempre hubo en Cuba espléndidos médicos, como los mejores del mundo.
También les decía que yo había conocido a dos estudiantes norteamericanos que habían ido a Cuba a estudiar en la Facultad de Medicina de nuestra bicentenaria Universidad de La Habana.
Muchos entonces no me creían pero ahora la situación ha cambiado y en mis múltiples viajes (los que me conocen saben que tengo la suerte de pasar gran parte de mi vida viajando) casi no encuentro ya gente que no sea “consciente del oprobio” de nuestro pueblo así que en esto tampoco coincido con Efraín Infante.
No importa, si todo el mundo pensara igual nuestro planeta sería un lugar más apacible pero probablemente más aburrido y como a todos los que aspiran a un futuro democrático en nuestro país le envío un abrazo fraterno.
Para terminar quisiera decir que comerciar libremente no quiere decir sin condiciones y también hay que pensar que el hecho de poder vender no significa forzosamente conceder créditos sin garantía de pago a diestra y siniestra.
También me parece erróneo presentar a China como si fuera un espantapájaros.
Los cambios ocurridos en China no son únicamente económicos, las mentalidades evolucionan con rapidez y los chinos de hoy no son los mismos que aquellos con que trataron el General de Gaulle en 1964 ni el presidente Nixon unos años más tarde, abriendo la puerta a los cambios que vemos en nuestro siglo XXI
Es seguramente cierto que hay demasiadas jineteras en nuestra pobre patria, siempre son demasiadas pero siempre las hubo.
La Cuba de antes no era un convento de monjas. Cuando yo salí había cumplido diecinueve años así que era un muchachón y conocía bien los barrios de mi Habana natal.
Había barrios extremadamente calientes como el de Colón con sus calles Bernal y Crespo (para no citar más que dos) llenas de prostíbulos con mujeres de todas las edades y color de piel. Recuerdo a una encantadora guajirita de ojos verdes que ejercía su oficio, dicen que el más antiguo del mundo, en la calle Bernal y que no tendría más edad que yo, es decir diecisiete o dieciocho años en aquel entonces.
Los que hoy tienen mi edad, o más, a lo mejor recordarán los prostíbulos de la calle Pajarito y adyacentes o los de la calle Marina, cerca de San Lázaro con sus adyacentes Vapor y Hornos donde puerta con puerta avecinaban casas decentes y “bayús”.
Si no lo recuerdan puede que sea algún caso de amnesia selectiva o porque su extremada decencia o piedad apartaron sus pasos de esas zonas de “perdición”.
No nos vayamos a creer que aquellas mujerzuelas sólo ejercían ocultas tras las viejas y hermosas fachadas deslucidas, descascaradas y despintadas ya de La Habana Vieja.
Numerosas “freelance” nos silbaban desde detrás de un farol o la puerta de un bar.
Sé de lo que estoy hablando. Mi padre trabajaba en la calle Cuba y a veces iba a esperarlo a que saliera a eso de las seis de la tarde. ¡Cuántas veces no me habrán silbado y abordado por aquellas calles!
Uno de los amigos de mi padre, un francés alto, rubio, de ojos azules que allá pasaba por americano, trabajaba en un edificio que creo recordar que estaba cerca del Parque de las Misiones. Este señor nos contó que a veces algunos hombres se le acercaban y le preguntaban: ¡Míster! ¡Míster! ¿Arr yu lukin for lítel guerls orr lítel boys?
No sería Cambodia pero ya no estábamos muy lejos de “las aceras de Manila” o de los “bares de Tailandia”.
Y todo eso ocurría en aquella edad de oro en la que en Cuba “todo el mundo vivía bien”.
Es cierto que había en nuestro país una clase media bastante importante y que comparado con los paupérrimos países centroamericanos o andinos hacíamos el papel de dueños del paraíso pero ¡Caballero! ¡Hay que relativizar! Y entender que si en Cuba “todo el mundo tenía criada” podemos afirmar sin equivocarnos que había entonces muchas criadas que no tenían criadas.
Por otra parte, ¿por qué pensar que los turistas norteamericanos que van a inundar las calles de La Habana no irán más que con la intención de hacer turismo sexual?
Me parece que es una idea bastante peyorativa de los turistas originarios de EEUU.
Ya escribí en alguna parte que la libertad de viajar a un país no implica la exención de visa y tampoco creo que haya una marea humana que desembarque sin reservación en algún hotel o casa de huéspedes.
A Cuba van turistas de muchísimos países del mundo y no todos van en busca de turismo sexual además de que para eso también disponen de la competencia de países como la República Dominicana o del Estado Libre Asociado (Commonwealth) de Puerto Rico y otros muchos.
Hace veinticinco o treinta años todavía encontrábamos por estos mundos de Dios algunos ilusos que creían en los logros del régimen cubano.
La magnífica propaganda llevada a cabo de mano maestra por el gobierno revolucionario había hecho creer en muchos países que Cuba se había convertido de la noche a la mañana en un país que tal nuevo David había vencido al Goliat imperialista que lo mantenía en el subdesarrollo y donde todo el mundo había aprendido a leer en pocos meses y disfrutaba gracias a su líder barbudo de un sistema de salud digno de la admiración del mundo.
Cada vez que podía yo explicaba que en 1959 el analfabetismo en Cuba estaba por debajo del 25%. Demasiado alto, sin duda, pero admirable comparado con la mayoría de los países de “Nuestra América” e incomparablemente mejor que el promedio en Asia o en África y que siempre hubo en Cuba espléndidos médicos, como los mejores del mundo.
También les decía que yo había conocido a dos estudiantes norteamericanos que habían ido a Cuba a estudiar en la Facultad de Medicina de nuestra bicentenaria Universidad de La Habana.
Muchos entonces no me creían pero ahora la situación ha cambiado y en mis múltiples viajes (los que me conocen saben que tengo la suerte de pasar gran parte de mi vida viajando) casi no encuentro ya gente que no sea “consciente del oprobio” de nuestro pueblo así que en esto tampoco coincido con Efraín Infante.
No importa, si todo el mundo pensara igual nuestro planeta sería un lugar más apacible pero probablemente más aburrido y como a todos los que aspiran a un futuro democrático en nuestro país le envío un abrazo fraterno.
Para terminar quisiera decir que comerciar libremente no quiere decir sin condiciones y también hay que pensar que el hecho de poder vender no significa forzosamente conceder créditos sin garantía de pago a diestra y siniestra.
También me parece erróneo presentar a China como si fuera un espantapájaros.
Los cambios ocurridos en China no son únicamente económicos, las mentalidades evolucionan con rapidez y los chinos de hoy no son los mismos que aquellos con que trataron el General de Gaulle en 1964 ni el presidente Nixon unos años más tarde, abriendo la puerta a los cambios que vemos en nuestro siglo XXI
Reply to Abelardo Pérez García
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