Una política migratoria que sigue ilusionando

  • Elisa Colombini
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Una política migratoria que sigue ilusionando

11 years 11 months ago
#6268
Puntualmente, a sólo cinco meses de la cita con las urnas, las estrategias electorales de demócratas y republicanos vuelven a adular el electorado hispano con promesas e inciativas que podrían permitir la regularización de millones de indocumentados en Estados Unidos. Igual que cuatro años atrás la porción del voto hispano -estimada en 11 millones- será decisiva en Estados como Florida, Nevada, Colorado y Virginia.

En tiempos electorales asistimos frecuentemente a la instrumentalización del fenómeno migratorio. En el mundo globalizado en el cual vivimos se trata de un tema que llega facilmente a la gente ya que todos, directamente o indirectamente estamos en contacto con él. Las caracteristicas y las modalides pueden ser distintas, pero es un tema que los electores sienten cercano. Y eso es algo que los políticos saben.

Por un lado, el aspirante republícano Romney prometió una reforma que permitiría la reunificación familiar y la legalización de ciertos estudiantes indocumentados mientras que por el otro, el Presidente Obama propone una prorroga administrativa a las deportaciones de jovenes indocumentados. La realidad es que de momento nadie todavía ha planteado una reforma integral del sistema migratorio, que demuestra su ineficiencia día tras día.

Es así que, a pocos meses de las elecciones, las deportaciones que habían visto un incremento entre los ultimos dos periodos fiscales 2010-2011, pasando respectivamente de 389.000 a 396.000 personas, podrían ahora registrar una baja gracias a una prorroga administrativa. Esta suspensión está dirigida a los inmigrantes indocumentados menores de 30 años y según el Centro Pew Hispano la cifra de los posibles beneficiarios rondaría 1,4 millones de personas, en su gran mayoría ciudadanos mexicanos.

La idea de regularizar a la población inmigrante en los Estados Unidos no es nueva. Ya en el pasado el Presidente Obama reiteró varias veces la necesidad de regularizar a los 11 millones de inmigrantes ilegales que se calcula viven en el país. Sus motivaciones a favor de esta medida son la imposibilidad de detener y deportar a tantas personas, ya que representaría un costo "extremadamente caro" en terminos económicos, y que rompería la fibra social de la sociedad de EEUU ya que muchos inmigrantes ilegales tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses por haber nacido en territorio americano, gracias al principio del Jus solis. El hecho de que sólo ahora, a pocos meses de las elecciones presidenciales, concretice en parte la promesa electoral hecha durante su campaña, para muchos observadores constituye un mensaje claro al electorado hispano.

A nivel global, el 73% de los programas de regularización migratoria fueron implementados en la UE entre 1998 y 2008, con un total de más de 5 millones de beneficiados. El programa adoptado en Italia en 2002, denominado Bossi-Fini, permitió la regularización de 1.217.000 personas. Esta medida se conoce por ser la más importante en la UE y la segunda más grande a nivel mundial, sólo luego de la Immigration Reform and Control Act (IRCA) de 1986 conducida en Estados Unidos y que benefició a más de un millon y medio de nuevos ciudadanos.

Por definición los programas de regularización migratoria representan una herramienta para otorgar un permiso de estadía a los migrantes que llevan viviendo en el mismo país algunos años, y que cumplen con determinados requisitos fijados por el Estado que los implementa. Con la adopción de estas medidas el Estado asume que las políticas adoptadas hasta el momento han fracasado, ya que el reconocimiento de la presencia de inmigrantes irregulares en sus territorios es prueba ineludible de la ineficiencia del sistema migratorio.

Desde hace tiempo se debate acerca de la utilidad de estas medidas. Varios estudiosos sostienen que para que estos programas constituyan una herramienta efectiva y útil para el contraste de la inmigración irregular deben de adoptarse una sola vez. De lo contrario originarían el denominado “efecto llamada”, invitando a otros inmigrantes indocumentados a entrar en el territorio de un Estado en espera de una próxima regularización. Asimismo, el premiar con un permiso de residencia a la población indocumentada que violó las leyes del país receptor, sería sin duda percibido como injusto por quienes en cambio siguieron un camino largo y lleno de dificultades pero observando la ley.

Entre los argumentos a favor está sin duda una mayor integración social y económica del inmigrante en el país de residencia. Asimismo, la regularización representa un buen modo para conocer el número y la distribución de la población migrante en el territorio. A partir de estos datos se podrían detectar varios problemas como por ejemplo, cuáles son las zonas caracterizadas por una alta tasa de inmigración informal y el nivel de integración de los inmigrantes, así como sus condiciones de vida. Este material podría constituir una buena base para reformular y mejorar las políticas migratorias existentes.

La experiencia europea nos enseña que existe una estrecha conexión entre la economía informal y la inmigración irregular. En la UE los países que adoptaron más procesos de regularizaciones son los países meridionales (Italia, España, Grecia y Portugal). Analizando la situación economica y migratoria de esos países, varios estudiosos han llegado a afirmar que la economía sumergida que los caracteriza, en comparación a los paises de la Europa central y nordica, representa un factor de atracción para la inmigración irregular.

El CAMR (Centro de Atención al Migrante Retornado) a la llegada de los retornados al Aeropuerto de Toncontín en Honduras completa un formulario por cada migrante con varias preguntas relativas a su experiencia migratoria. En el año 2011, el 38% de los interesados confirmó su intención de volver a intentar la experiencia migratoria. La pregunta es: si no hubiese lugar en el mercado del trabajo informal en EE UU, ¿el fenómeno migratorio se reduciría? Y de ser así, ¿cuánto?

En tiempos de crisis observamos por primera vez, luego de muchos años, una reducción de la inmigración mexicana hacia EE UU. ¿Hasta qué punto esta reducción es producto de una dinámica de un mercado económico y laboral debilitado por la crisis?

Mientras tanto asistimos a promesas de medidas temporales y que por lo tanto no aportarían ningún cambio sustancial al sistema migratorio en EE UU.

Sobre la base de las experiencias pasadas, sabemos que una regularización no solucionaría los problemas del sistema migratorio de EE UU, pero sí aliviaría la tensión sobre el tema y podría garantizar una suculenta parte del electorado hispano que se sentiría identificada con los posibles beneficiarios de esta medida. Sólo nos queda por esperar que las respuestas a futuro sean otras y que estén dirigidas a solucionar los problemas reales, y no sólo a esconderlos.

[ Ver noticia en español y texto en inglés sobre este tema ]

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