Wolfgang Schäuble vs. Paul Krugman: Un oportuno y necesario debate económico, II

Anteriormente me referí al oportuno debate entre el ministro alemán Wolfgang Schäeuble (WS) y el economista Paul Krugman (PK) en el New York Times a mediados de abril pasado.  Ambos presentan marcadas diferencias de puntos de vista sobre importantes temas macroeconómicos de actualidad.  Parten de una apreciación distinta de la coyuntura actual, los factores que la determinan y, por lo tanto, exponen recomendaciones con marcadas diferencias de política económica.

Consideré erradamente que sus artículos iban a desatar muchas opiniones sobre la validez de la austeridad expansiva apoyada por WS, si se debería o no continuar con las políticas monetarias heterodoxas, y sobre el rol de Alemania en el ajuste económico de la Unión Europea (UE).  No obstante, el 30 de abril hubo un interesante intercambio entre la línea editorial del Wall Street Journal (WSJ) y el economista Ben Bernanke (BB), ex presidente de la Reserva Federal, que aclara aspectos de los dos primeros temas y facilita una opinión sobre ellos.

El WSJ considera inconveniente la continuación de la política monetaria heterodoxa porque tiene efectos limitados sobre la recuperación económica y está creando incertidumbres, distorsiones, inestabilidad y volatilidad en los mercados financieros que dificultan una recuperación más robusta.  Parte del problema consiste en que, en una economía que sobreinvirtió, una mayor liquidez no ayuda una recuperación más robusta.  BB rebatió que la política monetaria heterodoxa --que ha consistido en EEUU en la relajación cuantitativa, la activa orientación sobre la política monetaria y el mantenimiento de la tasa de interés de referencia en alrededor de 0% -- era necesaria debido a la debilidad de la demanda agregada determinada porque cuando se salía de la severa recesión (la Gran Recesión), se inició la consolidación fiscal para reducir el déficit y la deuda pública y así evitar una situación de sobreendeudamiento similar a la de algunos países de la eurozona (España, Grecia, Italia, Irlanda y Portugal).

Ante la insuficiente demanda los bancos centrales impulsaron políticas monetarias expansivas tradicionales, o sea bajar la tasa de interés de referencia hasta a 0% o casi 0%, y, posteriormente, comenzaron políticas heterodoxas para brindar aún mayor liquidez e intentar reducir la tasa de interés de largo plazo.  No obstante, como WS y el WSJ señalan, las prácticas heterodoxas crean distorsiones y promueven burbujas no sólo en el país que las realiza sino en otros países.  Los países que la impulsan se benefician del aumento de la demanda agregada vía la expansión de las exportaciones debido a que conllevan la depreciación de la moneda.  No obstante, si todos los países la aplican simultáneamente se puede desatar una guerra de divisas al depreciar sus respectivas monedas.

El WSJ no cuestionó que la Reserva adoptara la política monetaria heterodoxa para alentar la recuperación inmediatamente después de 2008, la que fue bastante anémica, sino la continuación de dicha política en la actualidad; en ello coincide con WS.  Así WS y el WSJ abogan por el fin de la política monetaria heterodoxa mientras que otros economistas, entre ellos PK y BB, la consideran necesaria debido a la insuficiente demanda agregada en gran medida debido a la consolidación fiscal  contractiva. Por su parte, WS insiste en la necesidad de la consolidación fiscal en los países con elevados déficit y deudas soberanas, así como en reformas estructurales para aumentar la competitividad de esas economías, tal como lo hizo Alemania anteriormente, a principios del siglo XXI.

La Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo (BCE) y otros bancos centrales de las economías avanzadas más pequeñas, entre ellos, el Banco Nacional Suizo, han recurrido y mantenido las políticas monetarias heterodoxas.  Consideran que la inflación es baja y que está en descenso en casi todas las economías avanzadas, reforzado por la disminución de los precios del petróleo desde de la segunda mitad de 2014.  Así, los bancos centrales de las economías avanzadas están por debajo de sus metas --explicitas o implícitas-- de inflación del 2%y en algunos casos apenas consiguen evitar la deflación.

Los mercados laborales continúan débiles, o sea sin presiones para el aumento de los salarios, a pesar de la reducción de las tasas de desempleo.  Los trabajadores desempleados intentan conseguir las limitadas plazas de trabajo disponibles, mientras que el comercio internacional y la globalización, junto a las innovaciones tecnológicas, ahorran mano de obra y reducen más las plazas de trabajo disponibles y los ingresos de los trabajadores, lo que a su vez limita la demanda agregada.

Adicionalmente, como señaló el cap. 4 del estudio Perspectivas de la Economía Mundial del FMI de abril del 2015, la austeridad fiscal ha sido contractiva, particularmentesaliendo de la severa recesión; ha tenido efectos adversos sobre los niveles de la inversión privada.  O sea, la reducción del déficit fiscal y la deuda pública no han aumentado las inversiones vía la mejora en las expectativas sobre la economía.  En general los niveles de los déficit y la deuda no fueron la causa de la crisis, excepto en algunos países de la eurozona donde había elevados diferenciales de interés debido a los niveles del déficit y la deuda soberana, tampoco el intento de reducirlos ha sido la solución a la lenta recuperación.  De hecho, el FMI recomienda un programa de gastos de infraestructura pública para alentar la demanda agregada, lo que disminuiría la necesidad de las políticas monetarias heterodoxas.

El ajuste en la eurozona

WS considera que la consolidación fiscal y las reformas estructurales han dado resultados positivos en los países de la eurozona, en particular en España e Irlanda, y Europa está saliendo de la recesión.  En cambio PK y otros economistas, entre ellos Nouriel Roubini, consideran que la situación económica europea ha mejorado principalmente por la disminución de las tasas de interés de la deuda soberana y la depreciación del euro, ambas consecuencia de las intervenciones de política heterodoxa del BCE, lo cual se ha visto reforzado por la reducción de los precios del petróleo.  Como resultado de la depreciación del euro, algunos países de la eurozona han acumulado un elevado superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos –-en particular Alemania, la cuarta economía mundial, donde fue del 8% del PIB en 2014  y está aumentando-- lo que amenaza la estabilidad del sistema financiero global.

Está además el caso de Grecia donde la troika renegoció en 2010 los vencimientos de la excesiva deuda soberana en vez de reducir el nivel existente e impuso una draconiana consolidación fiscal que ha conllevado un fuerte ajuste recesivo, una contracción del PIB, una elevada tasa de desempleo de casi el 30% y la deuda pública ha terminado aumentando como proporción del PIB.  El nuevo gobierno griego está tratando de renegociar el programa de ajuste vigente para permitir una más rápida e intensa recuperación de la economía.

Se espera que estos temas sean abordados en la reunión de los ministros de finanzas del G7 en Dresden del 27 al 29 de mayo.

  • Hits: 12659