LA REVOLUCIÓN Y YO (primera parte). INTRODUCCIÓN

Ernesto Estevez                                               INTRODUCCIÓN

El pasado 1º de enero de 2024 se cumplieron seis décadas y media del triunfo de la Revolución cubana. Ello me ha servido de estímulo para compartir mi experiencia habida en ese proceso histórico que comenzó el 1º de enero de 1959 y que se ha extendido en el tiempo hasta nuestros días, afectando la vida no solo de generaciones de cubanos sino tambien la de aquellos que sufrieron la intromisión criminal de Fidel Castro en sus países, como es el caso de Venezuela.

Mi primera experiencia en Revolución la viví el 1º de enero de 1959. En la madrugada de ese día estaba con mis padres y hermanos en la casa de los abuelos en el habanero Reparto de “La Sierra”, celebrando la llegada del Nuevo Año. Tras el brindis de rigor y el intercambio de saludos y abrazos, se corrió la voz entre los presentes que Fulgencio Batista había decidido seguir el ejemplo del dictador venezolano Marcos Pérez Jimenez, quien un año antes había abandonado el poder refugiándose en la República Dominicana.(1) Transcurridos unos minutos, todos nos retiramos a nuestras casas con la comprensible aprensión sobre lo que depararía el futuro para los cubanos. La respuesta llegaría a La Habana el 8 de enero, montado en un jeep y rodeado de las alabanzas y vítores de un pueblo iluso que erradamente se pensaba liberado tras 7 años de dictadura.

1959

“Nunca vamos a usar la fuerza y el día que el pueblo no me quiera, me iré”

- Fidel Castro, 9 de enero de 1959 -

El 27 de diciembre de 1958 comenzó la cuenta regresiva para la caída de Fulgencio Batista con el ataque a laFulgencio Batista ciudad de Santa Clara, en la provincia de Las Villas. Fidel Castro, en un plagio histórico de la Invasión de Oriente a Occidente (2) ejecutada en octubre 1896 durante la Guerra de Independencia de Cuba por los Generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, había enviado hacia el occidente de la Isla a sus dos hombres de mayor confianza: el argentino Ernesto “Che” Guevara, al mando de la Columna No. 8 “Ciro Redondo”, integrada por 171 rebeldes, con la misión de tomar Santa Clara y a Camilo Cienfuegos, quien comandaba la Columna No. 2 “Antonio Maceo” con 80 hombres, con la occidental provincia de Pinar del Rio como objetivo.

Ante el avance rebelde, Batista envió desde La Habana un tren blindado cargado de armas y 350 soldados con la misión de reforzar las guarniciones en el oriente de Cuba. El tren sería detenido en Santa Clara el 29 de diciembre por las fuerzas del Che Guevara y los soldados abordo obligados a rendirse. El embargo de armas impuesto por Washington en marzo de 1958 y la toma de Santa Clara el 30 de diciembre sellaron el destino de la dictadura de Fulgencio Batista, quien, ante la inminencia de la caída de su régimen, decidió abandonar Cuba en la madrugada del 1º de enero de 1959 rumbo a la República Dominicana, dejando al mando del país a una Junta que duraría pocas horas en el poder, dirigida por el General Eulogio Cantillo.

 

La huida de Fulgencio Batista tomó a muchos por sorpresa, incluyendo al propio Fidel Castro quien se encontraba en las adyacencias de la ciudad de Santiago de Cuba. Fidel, temiendo una golpe ejecutado por oficiales del ejército cubano a quienes calificó de “cómplices de la tiranía”, le ordenó al Che Guevara y a Camilo Cienfuegos dirigirse de inmediato a La Habana para neutralizar cualquier pretensión golpista de los militares cubanos, quienes contaban con el ejercito intacto.

La Revolución cubana fue sin duda un hecho mediático, pues dispuso y usó los medios de comunicación para su difusión, promoción y toma del control absoluto del poder. Desde los años en la Sierra Maestra, Fidel Castro estaba muy consciente de la necesidad de promover su imagen como el poderoso liberador del pueblo cubano. Así se evidenció en la famosa entrevista que le hizo el 17 febrero de 1957 el reportero de New York Times Herbert Mathews en la Sierra Maestra. El Régimen de Batista había difundido que Fidel había sido dado de baja junto a la mayoría de sus 82 compañeros, tras el desembarco en Playa Las Coloradas en la costa sureste de Cuba, el 2 de diciembre de 1956. Durante la entrevista con Matthews, Fidel hizo desfilar frente a ellos de manera ininterrumpida a los pocos hombres que conformaban su reducida fuerza para dar la impresión de disponer de un número mayor de efectivos del que realmente tenía, tras el desastroso desembarco del “Granma”.(4)

La entrevista fue publicada en la primera plana del The New York Times el 24 de febrero de 1957. Las líneas iniciales del texto publicado constituyeron el acta de nacimiento de la leyenda castrista al señalar que “Fidel Castro, el líder rebelde de la juventud cubana, está vivo y peleando con éxito en la intrincada Sierra Maestra, en el extremo sur de la Isla. (…) El presidente Fulgencio Batista tiene la crema y nata de su ejército en la región, pero hasta ahora está en desventaja en la batalla por vencer al más peligroso enemigo que jamás haya enfrentado en su larga y azarosa carrera como líder y dictador de los cubanos”. En su artículo, Matthews describió a Fidel Castro como “Un educado y dedicado fanático, un hombre de ideas, lleno de coraje y grandes cualidades de líder”.(5)

Fidel continuaría con su autopromoción histriónica, concediendo más entrevistas en la Sierra Maestra a medios internacionales. Así, en abril de 1957, la Columbia Broadcasting System transmitió un documental realizado por el periodista Bob Taber filmado en el Pico Turquino, en la Sierra Maestra, titulado “Rebeldes en la Sierra”. Una tercera entrevista la concedió Fidel Castro a Andrew St. George que fue publicada el 14 de abril de 1958 en la revista Life. En esa oportunidad, Castro pronosticó el lapso de 6 meses para la caída de la dictadura batistiana.

La imagen de Fidel Castro se magnificó con su triunfal entrada en La Habana el 8 de enero de 1959 y su presencia en las sucesivas y masivas concentraciones populares. En todas esas manifestaciones estaban presentes los medios escritos, radiales y televisivos que difundieron por el mundo la imagen icónica del “Máximo Líder” de Cuba. La proyección mediatica de Fidel Castro fue posible gracias a que Cuba desde finales de la década de los años 50, punteaba en Iberoamérica en materia de comunicación social y medios informativos radiales y audiovisuales. Existían en la isla un aparato de radio por cada 6,5 habitantes, servidos por 270 estaciones transmisoras; un televisor por cada 25 habitantes, para 5 canales de televisión, uno de ellos a color; 101 ejemplares de periódicos por cada 1.000 habitantes, impresos por 5 grandes periódicos de alcance nacional; cerca de 30 importantes diarios de ámbito provincial y 28 revistas y publicaciones, siendo una de las principales y la de mayor circulación en Cuba e Iberoamérica, la Revista Bohemia.

Su propietario Miguel Angel Quevedo fue uno de los principales promotores de la Revolución y de su Máximo Líder. Bohemia inclusive publicó el llamado “Manifiesto de la Sierra Maestra”, firmado el 12 de julio de 1957 por Fidel Castro, Felipe Pazos y Raúl Chibas, con el que se pretendía asegurar al pueblo cubano que los objetivos y propósitos revolucionarios no se identificaban con la ideología radical de izquierda y que tras el triunfo contra Batista, se realizarían elecciones libres, a tenor de la Constitución de 1940 y del Código Electoral de 1943. Tanto Felipe Pazos como Raúl Chibas romperían con Fidel Castró, el primero en octubre de 1959, y el segundo en agosto 1960, invocando la traición a los principios del Manifiesto de la Sierra Maestra.

Revista Bohemia. 1959La idealización de la imagen de Fidel Castro por la Revista Bohemia llegó a un grotesco extremo el 11 de enero de 1959, con la tirada de un millón de ejemplares de la “Edición de la Libertad”, en cuya portada sobresalía una imagen de Castro que muchos la compararon con la de Jesucristo. Miguel Angel Quevedo pronto caería en desgracia, su revista sería confiscada y pediría asilo en la Embajada de Venezuela el 18 de julio de 1960. Quevedo, en una carta fechada en Caracas y dirigida al periodista Ernesto Montaner en la que asumía la responsabilidad por haber promocionado a Fidel Castro, escribió: “Sé que después de muerto lloverán sobre mi tumba montañas de inculpaciones. Que querrán presentarme como «el único culpable» de la desgracia de Cuba. Y no niego mis errores ni mi culpabilidad; lo que sí niego es que fuera «el único culpable». Culpables fuimos todos, en mayor o menor grado de responsabilidad. Fidel no es más que el resultado del estallido de la demagogia y de la insensatez. Todos contribuimos a crearlo. Y todos, por resentidos, por demagogos, por estúpidos o por malvados, somos culpables de que llegara al poder.” (6) Miguel Angel Quevedo se suicidaría en Caracas el 12 de agosto de 1969.

El gobierno provisional presidido por Manuel Urrutia Lleó (7) se instaló en La Habana el 5 de enero de 1959 y seria reconocido por Washington dos días más tarde. El Presidente Urrutia nombró como Primer Ministro a José Miró Cardona, un reconocido abogado, profesor universitario y opositor a Batista, quien 2 años despues presidiría el Consejo Revolucionario Cubano, organización de exiliados cubanos que ejercería la representación política durante la Invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961. El único integrante del nuevo Gabinete que estaba vinculado con el Partido Comunista de Cuba era Oswaldo Dorticos Torrado, quien se desempeñó como Ministro de Leyes Revolucionarias. Fidel Castro no integró el gobierno provisional y sería nombrado por el Presidente Urrutia como Comandante de las fuerzas militares cubanas, lo que le permitió a Castro ejercer el poder de forma paralela al Gobierno Provisional, hasta que decidió dar el zarpazo definitivo en julio de 1959, forzando la renuncia de Manuel Urrutia.

Ciertamente, la mayoría de la población cubana presumía que los 7 años de dictadura habían quedado atrás y que la muy progresista y humanista Constitución de 1940 que había sido derogada por unos Estatutos Constitucionales impuestos por Batista tras su golpe de estado del 10 de marzo de 1952, retornaría como el pilar fundamental de la nueva Cuba, tal y como se había establecido en el Manifiesto de la Sierra Maestra. Lo avanzado de la Carta Magna cubana, que fue invocado por Fidel Castro como defensa para justificar su ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, llevó a que la Comisión Internacional de Juristas - entidad consultiva de las Naciones Unidas - afirmará que “la Constitución cubana de 1940…se caracteriza por traducir un raro equilibrio entre las estructuras republicanas, liberales y democráticas y los postulados de justicia social y promoción económica”. (8)

Pero Fidel Castro tenía otros planes pues el 7 febrero de 1959 se aprobó por decreto la nueva Ley Fundamental que de hecho derogó la Constitución de 1940 y un día antes, el 6 de enero, se prohibieron por decreto los partidos políticos tradicionales, reconociéndose como únicas fuerzas políticas legales a las organizaciones y grupos armados que participaron en la lucha contra Batista.

Para disfrazar el propósito absolutista de la eliminación de los partidos, Fidel anuncio el 9 de enero 1959 la celebración de elecciones generales “…en un plazo de 15 meses, más o menos” (9), lo que fue ratificado por el propio Castro el 22 de enero durante su visita a Caracas. Vencido ese lapso sin que se celebraran las prometidas elecciones, se impuso la política de la “democracia directa” que llevaría a Fidel a formular en su discurso del 1º de mayo de 1960 su retórica pregunta, ¿Elecciones, para qué?

El año de 1959 vio la promulgación de leyes cuya finalidad era sentar las bases para la confiscaciones de propiedades de nacionales y extranjeros y la abolición de la propiedad privada. El 19 de mayo de 1959 se promulgó la Ley de Reforma Agraria cuyo cacareado propósito era “eliminar la situación de explotación del campesinado por los latifundistas”. Al amparo de la Ley de Reforma Agraria, se confiscaron propiedades agrícolas de más de 400 hectáreas de extensión, lo que afectó fundamentalmente a los centrales azucareros y los cañaverales que eran propiedad de inversionistas cubanos y estadounidenses.(10) Por supuesto, las tierras expropiadas quedarían bajo la propiedad y control del Instituto Nacional de Reforma Agraria INRA, que era presidido por el propio Fidel Castro. En el sector urbano, se promulgaron importantes leyes relacionadas con la prohibición de los desalojos y ejecuciones hipotecarias, la venta forzosa de terrenos urbanos y, la más importante de todas, la Ley No.153 del 10 de marzo de 1959, mediante la cual se redujeron los alquileres de inmuebles urbanos en un 50%.

Recuerdo que en más de una ocasión acompañé a mi padre a pagar el canon de arrendamiento de nuestra vivienda. El propietario nos emitía un recibo por el 50% del monto del canon - 60 Pesos Cubanos - y el 50% restante, se le pagaba en efectivo y sin recibo...

Fin primera parte.

Referencias:

(1) Fulgencio Batista y Zaldívar celebró la llegada del Nuevo Año de 1959 en el Palacio Presidencial en La Habana junto a sus familiares y seguidores. Tras brindar con su consabido saludo de “!Salud!, ¡Salud!”, abandonó calladamente el Palacio y se dirigió al Campamento Militar de Columbia, junto a Marta su esposa, sus tres hijos, y de ahí hacia la República Dominicana.

(2) El propósito estratégico de la Invasion de Oriente a Occidente que fue planificada y ejecutada entre 1896 y 1897 por los Generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, fue extender la lucha contra las tropas españolas que hasta entonces se había desarrollado en el oriente de la Isla, por todo el territorio de Cuba, con el propósito de obligar a España a luchar en las 6 provincias con las que contaba entonces Cuba.

(3) A los jóvenes reclutas cubanos que se enlistaban en el ejército para combatir a los rebeldes se les llamaba “casquitos”, pues los cascos militares comprados a Estados Unidos les cubrían toda la cabeza.

(4) Los medios internacionales reportaron que de los 82 guerrilleros que desembarcaron en el “Granma”, solo sobrevivieron 21 tras los ataques por aire y tierra del Ejercito cubano. Entre los que lograron escapar hacia la Sierra Maestra se contaban el propio Fidel Castro y su hermano Raúl, el argentino Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida, Efigenio Almejeiras y Ramiro Valdez.

(5) “Fidel un Retrato Crítico”, Tad Szulc (William Morrow and Company, Inc, Nueva York 1986), Pág 413.

(6) “Carta de Despedida de Miguel Angel Quevedo”, America 2.1, 26 de junio de 2019.

(7) Manuel Urrutia Lleó fue un Magistrado de la Audiencia de Santiago de Cuba quien se negó a condenar a unos jóvenes revolucionarios que apoyaron el desembarco de Fidel Castro en diciembre de 1956 y debió dejar Cuba por causa de la persecución del régimen de Batista en su contra, exiliándose en Estados Unidos. En diciembre de 1958, Manuel Urrutia arribó a la Sierra Maestra en un avión cargado de armas enviado por el venezolano Wolfang Larrazábal, quien era un declarado admirador de Fidel Castro. Manuel Urrutia sería nombrado por Fidel Castro Presidente Provisional en diciembre de 1958.

(8)https://www.diariolasamericas.com/america-latina/la-constitucion-1940-obra-cumbre-la-republica-cuba-n5344682

(9) “CUBA, La lucha por la Libertad ”, Hugh Thomas, Pan Books, Londres, 2002, Pág. 866

(10) En 1958 existían en Cuba 161 centrales azucareros que produjeron 5.5 millones de toneladas de azúcar. De esos, 131 centrales eran propiedad de cubanos que sumaban el 60% de la producción azucarera, mientras que el 40% restante de la producción provenía de 30 centrales que eran propiedad de empresas norteamericanas. La zafra cubana 2022-2023 solo produjo 350,000 toneladas de azúcar.

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