¿Por qué se ha desatado la espiral inflacionaria?

La inflación que se ha desatado en Estados Unidos desde mediados de 2021 –y que sigue en aumento– se origina en la política que redundó en la notable disminución de la producción de petróleo y gas, incluyendo la suspensión de nuevos permisos de exploración y de nuevos oleoductos, así como en el enorme derroche de los "estímulos" y de los aumentos presupuestarios aprobados para este año 2022 con abundancia de proyectos encubiertos de los legisladores que en inglés se definen como "pork barrel". Todo esto ha causado el colapso que estamos presenciando en el poder adquisitivo del dólar de Estados Unidos que, por tratarse del patrón monetario más importante de las finanzas globales, ha sido determinante para que la inflación se generalice en otras partes del mundo.

Por supuesto que la guerra de Ucrania, su efecto en las economías europeas debido a la dependencia del petróleo y el gas de Rusia, y su consecuencia en la súbita reducción del suministro de productos básicos alimentarios que ha provocado una notable carestía de los precios, son factores que alimentan la prolongación y un aumento mayor del fenómeno inflacionario.

La moneda de un país (el dólar en particular) puede equipararse a los productos básicos (commodities) en cuanto a los motivos que hacen fluctuar su precio o su valor. Es decir, es muy susceptible a la ley de la oferta y la demanda. Ahora bien, como la moneda es en la práctica un producto básico que a su vez se utiliza en un proceso de intercambio con todos los demás productos básicos, debe asignársele un término específico para calificar el fenómeno de la caida de su valor: se le llama "inflación". Y, ¿qué hace que caiga su valor? Sencillamente el aumento del dinero en circulación en proporción a un aumento menor o a un descenso en la producción de los otros productos básicos. El economista galardonado con el Premio Nobel, Milton Freedman, lo explicó claramente en pocas palabras: «Inflation is always and everywhere a monetary phenomenon in the sense that it is and can be produced only by a more rapid increase in the quantity of money than in output».

Espiral inflacionariaTodo el problema de la inflación se centra en la responsabilidad del gobierno en tres cuestiones fundamentales: 1) los impuestos; 2) la deuda; y, 3) el aumento del dinero en circulación.Tiene que ver también, aunque tangencialmente, con el aumento de los salarios que no esté justificado por un aumento de la producción o de la eficacia de los servicios.

Cuando la economía entró en una profunda recesión con el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, el gobierno comenzó a tener déficits presupuestarios sin precedentes. La deuda nacional, de más de $10 billones (trillones en inglés) en 2010 se había duplicado para 2017. Con el inicio de la pandemia de COVID en 2020, los déficits aumentaron aún más a medida que el gobierno buscaba mitigar los efectos del cierre de gran parte de la economía. El problema se ha acentuado porque la deuda nacional aumentó aún más rápido desde marzo de 2021 y ahora ha alcanzado la enorme cifra de más de $30 billones (trillones en inglés).

El enorme aumento de la oferta monetaria y de la deuda nacional se convirtió en una profecía inflacionaria autocumplida por el principio que determina que al incrementarse la masa monetaria, la demanda de bienes aumenta y si esta no viene acompañada de un incremento en la oferta, la inflación surge. Esa profecía se cumplió a partir del segundo trimestre de 2021. Con la administración de Biden continuando sus "estímulos" –que desanimaron a muchos a buscar trabajo–, sus restricciones en la exploración, el suministro y la producción de petróleo y gas, y las otras resultantes interrupciones en la cadena de suministros en general, se instauró una acelerada espiral inflacionaria.

Para diciembre de 2021, los precios al consumidor aumentaron un 7% anual, el más alto en 40 años, mientras que los precios al productor aumentaron un 9.6%, el más alto desde que se compiló esa estadística. Al concluir este mes de marzo, el índice de los precios al consumidor ya habían aumentado casi un 9% y el de los precios al productor en un 13.85%. En resumen, la expectativa de una mayor inflación ahora está profundamente arraigada en la economía y costará mucho tiempo y sacrificios frenarla, si es que hubiera la voluntad política para ello en el actual ambiente populista derrochador.

Independientemente de esto, la administración de Biden todavía está presionando con fuerza para seguir adelante con su plan "Reconstruir mejor" ("Build Back Better"), que agregaría al menos otros $5 billones (trillones en inglés) a la deuda nacional.

¡Y a todo esto el Presidente Biden ha dicho festinadamente que “Milton Friedman ya no está a cargo”!

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