Peligros subyacentes: ¿Por qué sufren Italia e Irán el mayor impacto del Covid-19?

Se ha acusado de racista al Presidente Trump por referirse al Covid-19 como "the China's virus", sin tener en cuenta que, en realidad, las epidemias de influenza y otras semejantes suelen identificarse siempre con el país del que procede la contaminación inicial. Es un hecho que este virus se originó en Wuhan (a unas 400 millas al norte de Hong Kong) y que China trató de encubrir la epidemia en sus comienzos, incluso castigando al médico chino que dio la voz de alarma, el cual trágicamente murió pocos días después aquejado por esta grave enfermedad.

Además de ser el lugar de origen, su propagación se ha concentrado mayormente en dos países: Irán e Italia. Ambos están sufriendo la mayor cantidad de casos y fallecimientos en una proporción respecto a su población muy superior a la de otros países. Nueva "Ruta de la Seda"

Esto se debe a las estrechas relaciones comerciales de ambos países con China, mediante acuerdos y contratos que han facilitado el ingreso de cientos de miles de obreros y especialistas chinos para trabajar en proyectos realizados con la asistencia del coloso asiático, en particular los relacionados con la iniciativa china conocida como "One Belt and One Road" (OBOR).

Esta es una ingeniosa estrategia de penetración internacional disfrazada de proyectos de inversión para desarrollar la infraestructura de los países receptores. Se trata de acuerdos que China contrae con otros países con ese propósito aparente, según los cuales el país recipiente obtiene los fondos para realizar los proyectos como un empréstito concedido por China y debe contratar a empresas chinas para realizarlo o construirlo, incluyendo los suministros, partes, maquinarias, además de los obreros y especialistas mencionados en el párrafo anterior.

Mediante esa relación de amplia dependencia, los proyectos realizados como parte de la iniciativa OBOR provocaron el ingreso de más de 300,000 chinos a Italia, el único país europeo que ha firmado acuerdos OBOR con China, pese a las advertencias de la Unión Europea y de Estados Unidos.

Esta relación de dependencia de China por parte de Italia no sólo se ha extendido a los proyectos de infraestructura sino también de transporte y hasta ha permitido que varias empresas estatales chinas alcancen un amplio control de cuatro de los mayores puertos marítimos italianos. Una importante proporción de estos cientos de miles de chinos en Italia solían viajar a su país y de regreso a Italia regularmente y es notable que las dos regiones principales donde se realizan estos proyectos son Lombardía y Toscana, precisamente los focos principales de la epidemia desde los primeros reportes en febrero.

El caso de Irán es muy semejante a partir de comienzos de 2019, cuando firmaron acuerdos relativos a la iniciativa OBOR. Irán es muy importante en la política exterior de China, no sólo porque es un recio adversario de Estados Unidos sino también por ser uno de los principales productores de petróleo y porque es por su territorio que pasará el ferrocarril que replicará la antigua "ruta de la seda" partiendo de China para entrar desde Irán a Turquía y llegar a Italia y a otros países de Europa. Un ambicioso proyecto que facilitará la penetración china en el Asia meridional, el Oriente Medio y el Continente Europeo. De hecho, China ya está construyendo un segmento del ferrocarril que atraviesa la gran ciudad iraní de Qom con un tren bala a un costo de más de 2 mil 700 millones de dólares.

Esto tiene también ominosas repercusiones estratégicas porque científicos, técnicos y especialistas nucleares chinos están asistiendo a Irán en este tipo de instalaciones en las inmediaciones de esa ciudad. Por tanto, no es de sorprender que Qom sea uno de los focos principales de la epidemia del Covid-19 en ese país. Por otra parte, esta sospechosa relación de China con Irán en el ámbito nuclear, se remonta a principios de este siglo. Tenemos el privilegio de ser de los primeros en dar la voz de alarma desde estas páginas hace ya 15 años, en abril de 2005 (puede leerse todavía reproducida por La Prensa de Panamá) y poco después en noviembre de ese año (puede leerse todavía reproducida por Cuba Verdad), pero sorprendentemente la comunidad internacional y sus dirigentes no han tomado las medidas necesarias para evitar esta trágica proliferación nuclear, la cual hoy día está a punto de ser una espantosa realidad.

Aunque China fue el foco originario de la epidemia y ha sufrido sus consecuencias, el daño proporcional por el número de casos y fallecimientos respecto a su inmensa población está siendo muy inferior per cápita al que están sufriendo la mayoría de los otros países afectados. La pura verdad es que esta trágica epidemia está transformándose en un formidable estímulo para la economía del país porque el resto del mundo está sometido a una enorme dependencia de sus productos, sobre todo los países más industrializados, adictos a un consumismo que redunda en un crónico déficit comercial a favor de Beijing. Por añadidura, ahora se ven inundados desde China por miles de millones de pedidos de equipos, máscaras, respiradores, fármacos y muchas otras necesidades urgentes provocadas por la epidemia, al tiempo que Beijing está comprando un cuantioso número de acciones en las Bolsas Occidentales cuyos precios se han desplomado como consecuencia de esta crisis. A todo esto se suma el hecho de que muchos países están recibiendo técnicos, laboratoristas y médicos chinos que les envía China como "ayuda fraternal", para completar su estrategia de penetración económica y política.

Negociar con países totalitarios, apaciguar al enemigo que abiertamente proclama su intención de someternos, contemporizar con quienes promueven estrategias hegemónicas, no es nunca aconsejable. Ya estamos pagando las consecuencias de esta negligencia y desidia política con la propagación del Covid-19 desde China, pero el futuro de la humanidad es mucho más sombrío si un país agresor y, además, patrocinador del terrorismo y la jihad internacional, como es Irán, llega a poseer armas nucleares. ¿Qué hará el mundo cuando las utilice o cuando las use para chantajear y someter a sus adversarios? ¿Seguirá de brazos cruzados o se enfrascará en una espantosa contienda nuclear? Es hora de reaccionar con firmeza para que nunca tengamos que enfrentar tan terrible alternativa. 

 
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