Emmanuel Mounier y la Democracia Cristiana - Una renovada perspectiva
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Cualquier movimiento ideológico o política, cualquier interpretación de la sociedad y de las responsabilidades de sus miembros, cualquier intento de promover la solidaridad, la justicia social y hasta los valores del espíritu, se desarrolla necesariamente en medio de un creciente secularismo que hasta nos hace difícil ubicarnos en condición de mayoría o de minoría principal en cualquier esfuerzo ya sea electoral o de influencia cultural─ Marcos Antonio Ramos <<pulse aquí para leer su discurso
¿Seremos capaces de enfrentar este enorme desafío de falta de identidad e incorporar nuevamente a nuestro quehacer político esos pilares que nos llevaron a la lucha?.─ Dr. Rafael A. Sánchez
Miami, Mayo 29 (DP.net).─ Bajo los auspicios del Instituto Jacques Maritain de Cuba, el Centro Emanuel Mounier (CEM) abrió sus puertas e inició sus actividades con la presentación de una conferencia convocada en el Koubek Center de la Universidad de Miami, el pasado viernes 24 de mayo. El tema giró alrededor de "El pensamiento socialcristiano a la luz del siglo XXI".
La presentación estuvo a cargo de Siro del Castillo, Secretario del CEM, y Pedro L. Guerra Bueno introdujo a los panelistas y al moderador. Marcos Antonio Ramos, Rafael Sánchez y Jorge Valls presentaron tres variados puntos de vista sobre el tema con la asistencia del Moderador, Helio González, quien dirigió al público en un interesante intercambio posterior con los panelistas.
El CEM ha sido creado con el propósito de promover los principios y valores de la Filosofía Social Cristiana, promover Proyectos Educativos, proyectos Humanitarios y defender los Derechos Humanos.
Emmanuel Mounier fue un destacado filósofo cristiano del siglo XX, amigo de Jacques Maritain, François Mauriac y otros notables pensadores de la época. Su obra destaca por su interés en la problemática social y política, y su entereza de carácter se define por su enfrentamiento al régimen de Vichy y a los nazis. Entre sus obras destacan Révolution personnaliste et communautaire, 1935; De la propriété capitaliste á la propriété humaine, 1936; Manifeste du service du personnalisme, 1936; Feu la Chrétienté, 1951; entre muchas otras. Algunas han sido traducidas al español.
Mounier difundió en sus obras el personalismo comunitario. Esa filosofía de la vida pone a la persona en comunidad como centro de todo. Su Manifiesto al servicio del personalismo, publicado en español en Buenos Aires, en 1965, tuvo el propósito de enfrentar el Manifiesto Comunista y su influencia en el siglo XX.
El discurso de Rafael Sánchez fue una breve ojeada del acontecer histórico de la Democracia Cristiana desde sus orígenes y tenemos el gusto de transcribirlo para nuestros lectores:
Discurso del Dr. Rafael A. Sánchez
Ante todo, quiero agradecer la invitación del Centro Emmanuel Mounier para formar parte de este panel y a Siro del Castillo, el cual me pidió que presentara la realidad actual de la Democracia Cristiana porque, según él, yo había transitado en ese camino de cambio que ha experimentado esa ideología política en los últimos años.
Acepté por dos razones: la primera porque aunque hay otras personas que también estuvieron en ese escenario político como José Ignacio Rasco, aquí presente, efectivamente yo soy uno de ellos. La segunda razón porque me daba la oportunidad de estar al lado de dos personas a las cuales respeto mucho en el orden intelectual, como son Jorge Valls y Marcos Antonio Ramos y como moderador, el ingeniero Helio González
Creo que antes de analizar el tema se impone un breve recorrido histórico sobre esta importante corriente ideológico-política, ya que al hacerlo vamos a encontrar muchas respuestas de cómo y por qué estamos donde estamos hoy en día.
El precursor de lo que sería después la democracia cristiana fue Federico Ozanam, que nació en Italia pero era francés, un laico católico comprometido. Él usó el término democracia cristiana en 1830 e hizo un estudio profundo en relación con la democracia y el cristianismo.
Como muchos de ustedes saben surgimos como una fuerza política recién después de la II Guerra Mundial casi simultáneamente en Europa y en América Latina, inspirados principalmente en la Doctrina Social de La Iglesia, con las Encíclicas de contenido social (Rerum novarum, 1891, León XIII; Quadragesimo anno, 1931, Pio XI; Mater et magistra, 1961, Juan XXIII; Pacem in terrris, 1963, Juan XXIII; Populorum progresiumm, 1967, Pablo VI, y nutridos además por filósofos como Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, el padre Joseph Lebret y otros.
En Europa los principales impulsores de este pensamiento fueron: Luigi Sturzo y Alcides de Gasperi en Italia; Robert Schuman en Francia y Konrad Adenauer en Alemania; a este último se le atribuye el haber realizado "el milagro alemán", pues si bien es cierto que toda Europa se benefició con los recursos y ayuda del Plan Marshall, no fue sino Alemania la que despegó, por así decirlo, en términos económicos. Fueron estos líderes europeos los que comenzaron a trabajar por una Unión Europea con Robert Schuman como Ministro de Relaciones Exteriores de Francia con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1952, precursora de lo que hoy es la Comunidad Europea.
En América Latina, por otro lado, surge la democracia cristiana como una respuesta ante la realidad que contemplaba una gran mayoría de países que estaban gobernados por dictadores de derecha. En Chile, Eduardo Frei Montalva; en Brasil, Alceu Amoroso Lima, más conocido como Tristán de Athayde; en Venezuela, Rafael Caldera. En Cuba hubo una corriente incipiente con Valentín Arenas, José Barbeito, Amalio Fiallo y José Ignacio Rasco, por citar algunos.
Quiero hacer la salvedad de que en Europa la democracia cristiana estuvo ubicada en el centro–centro derecha y en América Latina en el centro–centro izquierda, con algunas excepciones.
Tuvimos gobiernos exitosos, como en Alemania, Italia, Chile, Venezuela y Ecuador. En El Salvador, Napoleón Duarte, el cual condujo el país con éxito pese a una guerrilla activa; recuerden que su hija fue secuestrada siendo él Presidente. Además fue el promotor junto con otro gran demócrata cristiano, el Dr. Arístides Calvani, del tratado de paz de Esquipulas. Tuvimos otros no tan exitosos en Centro América donde se llevó ante la justicia a dos ex presidentes por corrupción. La historia se encargará de poner estos hechos en su verdadera dimensión.
Permítanme hacer una pequeña reflexión al respecto de nuestra América Latina. La corrupción ha sido un flagelo en la mayoría de los gobiernos en todas las épocas pero la atención se ha concentrado especialmente en los gobiernos demócrata cristianos y esto es explicable en cierto sentido pues lo que se pasa por alto en otros gobiernos, "pues es natural", en nosotros se sobre dimensiona ya que tenemos que "estar a la altura y dar ejemplo de lo que predicamos", en lo que yo, en el orden personal, estoy de acuerdo.
El caso de Venezuela fue "sui generis", pues como sabemos, se llegó al extremo por uno de sus dirigentes y fundadores de querer destruir el partido y llegó a la presidencia sin apoyo de su partido pero con el apoyo de los adversarios históricos más encarnizados, incluyendo a los comunistas (PC V), en lo que se denominó "el chiripero", en alusión a la cucarachita pequeña.
Así las cosas, llega el final de la guerra fría, Gorbachov con el "glasnost" y la "perestroika", la caída del muro de Berlín y el inicio de la transición en los países socialistas, y empieza a dibujarse en ese mapa geopolítico el inicio de un mundo unipolar. Sobre esto y el impacto que esto tuvo en la democracia cristiana quiero compartir una anécdota que me contó Amaya Altuna durante uno de sus viajes a la sede de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC) en Bélgica. Corría el año 1993, y ella era miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Internacional Demócrata Cristiana que presidía el gran chileno don Jaime Castillo Velasco.
A la hora del almuerzo se acercaron a ella don Jaime Castillo, André Luis y un experto en derechos humanos especialista en los problemas de la Unión Soviética y la invitaron a un restaurante cercano. El tema de conversación en el almuerzo giró en torno al futuro de la democracia cristiana en términos de cual iba a ser el planteamiento a seguir, pues si la democracia cristiana había surgido como una alternativa al comunismo vs. capitalismo en un mundo bipolar ahora, al desaparecer uno de los "polos", nos quedábamos sin la mitad de los argumentos.
Esto, a los ojos de Amaya y debatido por estos tres intelectuales importantes y emblemáticos en el mundo socialcristiano, definitivamente nos hacía replantear la estrategia y, si añadimos el impacto de la globalización, y el desarrollo de las comunicaciones, teníamos ante nosotros uno de los mayores desafíos de nuestra historia demócrata cristiana
Ante este escenario, y por iniciativa de las autoridades de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), y de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), en los noventa, surge la idea de atraer a nuestro seno a personalidades y partidos políticos que, sin ser demócrata cristianos, pudieran compartir ciertos principios y valores; a esto se le llamó "APERTURA CON IDENTIDAD".
En este contexto se desató una febril campaña, más bien de reclutamiento y se enviaron misiones a varios países africanos, a Mongolia y a diferentes países de Asia y comenzaron a entrar en la IDC y en la ODCA partidos políticos que nada o poco tenían que ver con nuestra ideología.
En Europa el caso más notorio fue el del Partido Popular español (PP), y se dio el caso extremo de expulsar de la IDC al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que históricamente había sido miembro fundador de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), cometiendo con esto una injusticia.
En el caso español, quiero apuntar que siendo José María Aznar Presidente de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), entrevistado por los medios de Miami, ante la pregunta de cuál era la orientación política de la IDC, este respondió que: "era un movimiento liberal al estilo europeo".
Ya, para ese momento se le había cambiado el nombre de Internacional Demócrata Cristiana (IDC), a Internacional Demócrata de Centro, también IDC
Quiero aclarar que ante estos hechos muchos de nosotros demostrábamos nuestra inconformidad y nos oponíamos a dichos cambios, pero lamentablemente no éramos mayoría y, recordando un juego de palabras de nuestro amigo y compañero de luchas, J.J. Planas, "fuimos vencidos pero no convencidos".
Al mismo tiempo que esto sucedía en Europa, en nuestra América Latina, a raíz de un congreso en Chile que se llamó "el Centro Reformista", se daba entrada en la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), a partidos no demócrata cristianos y, cito algunos casos:
Argentina: el Partido Justicialista con todos sus matices desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, pasando por el Peronismo y el Kirchnerismo, junto al PDC , un partido testimonial pequeño pero con principios y valores muy definidos demócrata cristianos y con representación en el Congreso argentino y en el mundo sindical.
Colombia: el Partido Conservador. Perú: el Partido Popular Cristiano. Venezuela: entró Convergencia como partido observador. Cuba: además del PDC entraron el Movimiento Cristiano Liberación (MCL), el Directorio Democrático Cubano y el Proyecto Demócrata Cubano (PRODECU). El caso de México fue distinto, pues si bien es cierto que el PAN era un partido conservador de extrema derecha muchos de sus miembros, entre ellos Carlos Castillo Peraza eran de orientación demócrata cristiana; el mismo Presidente que acaba de terminar su mandato, Felipe Calderón Hinojosa, es de pensamiento demócrata cristiano y en su historia familiar tiene raíces cristeras. El PAN entró no solamente por la apertura con identidad sino que la ley mexicana que impedía la afiliación de los partidos a organizaciones internacionales cambió.
Esta lista de partidos que someramente acabo de enunciar, lejos de fortalecer el movimiento demócrata cristiano lo debilitó y según mi opinión lo sigue debilitando, pues representa un constante debate no solamente a nivel internacional sino al nivel nacional en cada país. Además estaba y está el tema de la doble afiliación pues hay partidos que pertenecen a la IDC y a ODCA y además son miembros de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) organización de partidos de centro derecha y a la International Democratic Union (IDU), organización que aglutina partidos conservadores, democristianos, liberales y en general de centro derecha.
Todo esto evidentemente ha traído un debilitamiento en nuestro quehacer político y una confusión sobre nuestras tácticas, estrategias y planteamientos y, en mi opinión, lejos de haber sido una apertura con identidad ha sido una apertura con pérdida de identidad y la seguimos perdiendo día a día.
Un amigo boliviano, Jorge Agreda, me dijo un día que "nuestra ideología está muerta y nuestros partidos están en estado catatónico" a lo que yo le respondí: "si, pero no solamente nosotros, son todas las ideologías. ¿dónde están los partidos comunistas, dónde están los social demócratas, dónde están los liberales, los conservadores? ¿Dónde están las juventudes de todos esos partidos, esas juventudes que tienen que recoger la antorcha de relevo?" Y no es porque no haya juventud. Ahí tienen el caso del movimiento "ocupemos Wall Street", compuesto mayoritariamente por jóvenes y que fue un movimiento universal espontaneo. ¿Los convocó algún partido? No, ¿Saben quién los convocó? Las redes sociales, twitter fue el mayor convocador.
Ante este panorama nada halagüeño, cabe preguntarnos: ¿seremos capaces de vencer todos estos obstáculos en el corto, mediano y largo plazo? ¿seremos capaces de enfrentar este enorme desafío de falta de identidad e incorporar nuevamente a nuestro quehacer político esos pilares que nos llevaron a la lucha? Estos son:
- Dignidad de la persona humana
- Bien Común
- Justicia social
- Democracia Participativa
- Subsidiariedad
- Derechos Humanos
- Justicia Social Internacional
... la lista es interminable.
¿Seremos capaces de hacerlo en este mundo unipolar o en un mundo globalizado?
Esa es la gran pregunta que requiere una gran respuesta.