El cisma es lo mas devastador que puede ocurrir en la iglesia católica. En cualquier iglesia. Han ocurrido varios. Pero, dos muy importantes: el de Oriente en 1054, que dividió a la iglesia en la romana y la bizantina; que perdura. Y el de Occidente:: Éste duró unos cuarenta años. Hubo dos papas, al unísono, en dos sedes separadas: Aviñon y Roma. Terminó en 1417. Asunto resuelto.
Por supuesto, el cisma actual,-- el mas peligroso y divisivo de la historia eclesial, porque va a la raíz misma de definiciones teológicas de suma importancia,-- no ha sido reconocido a nivel alguno por el establishment, perdón, la jerarquía de mi iglesia: una(?), santa, católica y apostólica.
Pero, la realidad es mas terca que los buenos deseos de “tapar” lo evidente. La solución del avestruz, metiendo la cabeza en las arenas de las sacristías, nunca rinde buenos resultados.
El biden catolicismo es una herejía proteiforme, una hidra de múltiples cabezas, pero que se puede resumir insistiendo en sus dos aseveraciones mas importantes. La aceptación institucional del aborto genocida, con metástasis ¡ en otros países, con dinero federal ! ; y la identidad de género sin freno ético de algún tipo.
El primer torpedo destruye la enseñanza judeo cristiana desde sus inicios mosaicos y va dirigido contra la proa de la barca de San Pedro en el quinto mandamiento: NO MATARAS. El segundo—con claros antecedentes en el Manifiesto Comunista -- es en contra de la familia, tal como la entienden la iglesias cristianas desde Nazareth. Por cierto , el tema familiar es tan importante que mereció un viaje de su Santidad Francis a Philadelphia, unos pocos años atrás. ¿Recuerdan?.Allí estuve, como católico devoto.
Los bidencatólicos incluyen a las pelosis y las kamalas católicas y un largo etc. ; también a otros “hermanos” que se sientan cada domingo impúdicamente en el banco de su iglesia junto a ud. Ellos han dividido a la iglesia en dos bandos irreconciliables. Repito, aunque no se quiera reconocer.
En el primer grupo están los que aceptan estas aberraciones teológicas-morales, tan tranquilos, y los otros , los que seguimos el evangelio del Cristo. Así de sencillo. Y esto no es cuestión de política; sino de teología moral.
El cisma ocurre por el silencio cómplice, cobarde e indigno de la mayoría de los obispos y de muchos párrocos de a pie. Hay excepciones, por ejemplo, para mencionar solamente a dos notables. Monseñor Vigagno, ex nuncio apostólico en Washington y Mons. Schneider auxiliar de Asara, Kajhasthan.
Claro, que en una iglesia piramidal y ciento por ciento jerárquica, la confusión, la grande confusión,-- [“”no se puede ser católico y apoyar a un partido abiertamente pro aborto””,]-- se engendra en y desde la mismísima colina del Vaticano y se disemina urbi et orbis. Quiero decir a la ciudad (de Roma ) y al Orbe.
No aclarar explícitamente la posición de la iglesia institucional en relación al cisma y al bidencatolicismo se llama pecado público de omisión.
Llamar en un documento oficial del episcopado estadounidense a Mr. Joseph Biden como presidente “”católico”” de los EEUU. es un pecado pecado de obra; no de omisión También tiene otros calificativos, que me reservo en aras de la prudencia y del estado precario de mis arterias coronarias.
El Pueblo de Dios, las ovejitas que balan sin respuestas y confundidas, merecen un poco mas de respeto de sus pastores. Ellos no pueden seguir estando con Dios y con el Diablo. Eso es relativismo, puro y dañino, del cual nos alertó con énfasis el Papa Emérito Benedicto XVI.
Veremos.