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28/05/2023
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¡¡¡EEYYY!!! “¡YO NO FUI, A MI ME CLONARON MI VIRUS!” Primera parte.

INTRODUCCIÓN

El 26 de febrero de 2023, el diario The Wall Street Journal citó un informe secreto del Departamento de Energía de Estados Unidos en el que se “sugería” que el coronavirus SARS-CoV-2, “…pudo filtrarse accidentalmente de un laboratorio en la ciudad de Wuhan, China…”. Esa explosiva información sería confirmada dos días después por el director del Buró Federal de Investigaciones FBI, Christopher Wray, quien en una entrevista en Fox News manifestó que el origen de la pandemia de COVID-19 “muy probablemente” fue el resultado de un accidente en el Laboratorio de Virología de Wuhan. A partir de entonces, comenzó en Estados Unidos - el país más golpeado en términos de infectados y muertos por el COVID-19 - una activa búsqueda de la verdad sobre el origen del coronavirus SARS-CoV-2, patógeno causante de la muerte de 7 millones de personas y de incalculables daños a la economía y el comercio mundial.

El Subcomité Selecto Sobre el Origen de la Pandemia de Coronavirus de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, celebró su primera sesión del actual periodo legislativo el 8 de marzo de 2023. Durante esa sesión fueron interrogados por los miembros del Comité los doctores Nicholas Wade, ex director de Salud y Ciencia del diario The New York Times; el Dr. Jamie Metzl, Miembro Senior del Consejo del Atlántico y Miembro del Comité Asesor de la Organización Mundial de la Salud OMS, y el virólogo Robert Redfield, quien fue director del Centro Para el Control y Prevención de Enfermedades CDC durante la Administración Trump. Ante la pregunta sobre si la posibilidad de una fuga en un laboratorio como origen de la pandemia era una “teoría conspirativa”, los tres declarantes manifestaron de forma terminante que “No”.

Ese rotundo rechazo a las sistemáticas acusaciones contra quienes proponían una hipótesis contraria al origen zoonótico o natural de coronavirus SARS-CoV-2, promovido por grupos científicos vinculados con el Dr. Anthony Fauci, Asesor Médico de la Presidencia de Estados Unidos; con el Dr. Ralph Baric (1) de la Universidad de Carolina del Norte, quien estaba asociado con la Dra. Shi Zhengli, la subdirectora del Laboratorio de Virología de Wuhan, y con la empresa Eco Health Alliance(2), fue abiertamente ratificado por el Dr. Robert Redfield al expresar durante su intervención que muy probablemente la pandemia de COVID-19 fue producto de “… una fuga accidental en un laboratorio y no de la transmisión natural. Mi conclusión se fundamenta en la naturaleza biológica del virus”. Por su parte el Dr. Jamie Metzl manifestó, en igual sentido, que “…existe un cerro de evidencia circunstancial que apunta hacia el accidente en un laboratorio”.

El pasado 18 de abril se celebró la segunda audiencia del Subcomité en la cual sobresalió lo declarado por John Radcliffe, quien fuera el Director Nacional de Inteligencia durante los últimos años de la Administración de Donald Trump. Durante su intervención, el director Radcliffe manifestó lo siguiente con relación al origen del coronavirus SARS- CoV-2:

“Mi fundada evaluación, como la persona con el mayor acceso a los informes de inteligencia de nuestro gobierno durante los años iniciales del brote viral y la pandemia, ha sido y continúa siendo que la fuga en un laboratorio es la única explicación creíble, que está soportada por nuestra información de inteligencia, por la ciencia y el sentido común.”

Un día antes de la celebración de la segunda sesión del Subcomité Selecto de la Cámara, el Senado de Estados Unidos publicó un informe de 320 páginas titulado “Aguas Turbias. El Origen del COVID-19”, cuya preparación tardó más de 2 años. En ese informe, se exponen hechos objetivos sobre el origen de la pandemia de COVID-19 y el ocultamiento de la verdad sobre como comenzó todo. Un nuevo elemento que surge del informe del Senado indica, con base a evidencia documentada, que las autoridades chinas enfrentaron un brote del coronavirus SARS-COV-2 en Wuhan en septiembre-octubre de 2019, dos meses antes que el mundo conociera de su existencia. Sobre esta inquietante información que ratifica el ocultamiento por las autoridades chinas de la crisis de salud que confrontaban causada por la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, el Senador Roger Marshall (3) manifestó durante el acto de presentación del informe:

“Un cumulo de evidencia que surgen del informe sugieren que se habían producido dos fugas no intencionales de laboratorio en Wuhan en el otoño de 2019, lo que sugiere y apunta a que el coronavirus causante de la enfermedad de COVID-19 fue creado y modificado en un laboratorio”.

Analicemos a continuación los siguientes hechos que resaltan de las investigaciones realizadas por el Poder Legislativo de Estados Unidos que ponen en evidencia la verdad sobre cómo y cuándo comenzó el brote de coronavirus SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, el que rápidamente se extendería por un mundo desprevenido:

1.- La fuga accidental en un laboratorio es la única explicación creíble como el origen de la pandemia;

2.- Antes de la contaminación en noviembre de 2019 de 3 técnicos del Laboratorio Virología de Wuhan, se produjo una fuga previa del coronavirus entre septiembre y octubre de 2019;

3.- China ocultó intencionalmente información vital sobre el origen del coronavirus y su transmisibilidad entre humanos y

4.- Sectores científicos norteamericanos desacreditaron la teoría de la fuga del laboratorio del coronavirus para evadir su responsabilidad en la creación del SARS-CoV-2.

LA FUGA ACCIDENTAL DEL CORONAVIRUS EN EL LABORATORIO DE WUHAN

Como complemento a lo declarado ante el Subcomité Selecto en su segunda sesión por el ex Director Nacional de Inteligencia John Radcliffe con respecto a que los informes de inteligencia hoy disponibles que apoyan la tesis que la fuga accidental en un laboratorio es la explicación más creíble sobre el origen del COVID-19, David Faith, ex Subsecretario de Estado Para Asuntos Asia-Pacifico, refirió ante el Subcomité que en el Informe Mensual del Departamento de Estado correspondiente a enero del 2021, se menciona que en el otoño del 2019 técnicos del Laboratorio de Virología de Wuhan enfermaron y presentaron síntomas identificados con el COVID-19. Esa información, manifestó David Faith,

“…constituye la evidencia más clara de lo que realmente aconteció. Los datos a disposición del gobierno norteamericano sobre un grupo de técnicos enfermos en ese laboratorio es lo que prueba que el origen del COVID deviene en un accidente en un laboratorio, donde uno o más técnicos se contagiaron, conscientes o no, convirtiéndose en transmisores de virus en su entorno social”.

Dra. Shi ZhengliNo es un tema sujeto a dudas que en el laboratorio de Virología de Wuhan se realizaban experimentos con el coronavirus SARS desde el 2015. La Dra. Shi Zhengli, la sub directora de ese laboratorio desde su apertura, era conocida como “la Dama Murciélago” en virtud que ella se especializaba en el estudio del coronavirus SARS que proviene del murciélago. Cuando en el año 2014 Barak Obama prohibió en Estados Unidos la realización de experimentos con peligrosos patógenos zoonóticos, la Dra. Zhengli formó equipo con el investigador de coronavirus de la Universidad de Carolina del Norte Ralph S. Baric con el definido propósito de facilitar la transmisión del coronavirus SARS entre humanos, lo que se conoce como “gain of function”. Así, en noviembre de 2015, los Doctores Shi Zhengli y Ralph Baric crearon un “nuevo virus” mezclando las proteínas de los virus de murciélago SARS-COV-1 y SHC014-CoV, lo que dio como resultado un virus quimera con la capacidad de infectar las células del sistema respiratorio humano. Esos experimentos fueron financiados con fondos Federales norteamericanos por el Instituto Nacional de Salud NIH. Este nuevo coronavirus hoy se conoce como SARS-CoV-2, cuyo potencial destructivo quedó más que evidenciado ante el mundo como consecuencia de la pandemia que azotó a 260 países y territorios, entre el 2020 y el 2022.

Otro aspecto que sobresale de las investigaciones en curso por el Congreso de Estados Unidos que está relacionado con la fuga del coronavirus del laboratorio en Wuhan como el origen cierto de la pandemia de COVID-19, es el carácter “accidental” de la fuga. Los virus tienen una larga historia de “escaparse” de los mejores laboratorios del mundo, por ejemplo, el virus SARS (4) era todo un “maestro” en el arte de la “fuga”, escapando de laboratorios en Singapur, Taiwán y del Instituto de Virología de Beijín, provocando en los años 2002 - 2004 una pandemia en el Sureste Asiático que se originó en la ciudad china de Foshan en noviembre de 2002, contabilizándose más de 8.000 infestados y 774 muertes, en 29 países y territorios a nivel mundial. (5)

El peligro en el manejo del coronavirus o sus distintas cepas radicaba en que no existían vacunas efectivas que resultaran capaz de proteger a los técnicos que los manipulaban. Por ello, los técnicos del laboratorio en Wuhan que fueron reportados como enfermos en el mes de noviembre de 2019 con síntomas de “neumonía atípica” estaban desprotegido al ocurrir el presunto accidente que involucró al virus SARS-CoV-2, creado en dicho laboratorio. Más aún, el carácter “accidental” de la fuga del coronavirus en el Laboratorio de Virología en Wuhan cobra vigencia al considerar la forma imprudente y riesgosa con la que se trabajaba en esa institución científica.

Si bien es cierto que Laboratorio de Virología de Wuhan es la única institución de su tipo en China con el máximo nivel de bioseguridad (Código BSL-4), ello no excluye la posibilidad de un accidente, sobre todo si se toman en cuenta los cuestionamientos a la baja seguridad operativa en sus instalaciones.

Así, dos diplomáticos estadounidenses que visitaron el laboratorio en enero de 2018 cuestionaron la forma poco profesional en que se desarrollaban las investigaciones en el laboratorio. A su regreso a la embajada en Beijín, enviaron un informe al Departamento de Estado, reseñando sobre la seguridad funcional del laboratorio lo siguiente:

“El novel laboratorio presenta una preocupante ausencia de técnicos e investigadores preparados y entrenados para operar con seguridad en un laboratorio que investiga patógenos de alta letalidad.”

Ese informe puso en evidencia que las medidas de seguridad y el personal que prestaba servicios en el laboratorio no eran los exigidos por los protocolos correspondientes para el manejo de peligrosos virus. Entonces, la violación de los obligados protocolos de bioseguridad evidenciada en el Laboratorio de Virología de Wuhan, aumentaba exponencialmente la posibilidad de una “fuga” viral como todo indica que así sucedió entre septiembre y noviembre del año 2019.

Pero sería la propia subdirectora del Laboratorio de Virología de Wuhan, la Dra. Shi Zhengli, quien confirmaría la forma imprudente en la que se trabajaba con los peligrosos virus en su laboratorio. En una entrevista con la revista Science Magazine (science.sciencemag.org) realizada el 31 de julio de 2020, la Dra. Shi Zhengli admitió que la mayor parte de las investigaciones y experimentos sobre el gain of function o la ampliación de la capacidad transmisión del coronavirus, se efectuaban en unidades con niveles de bioseguridad BSL-3 y BSL-2, siendo el BSL-2 el nivel de seguridad aplicado en un consultorio dental en Estados Unidos. Esta documentada realidad operativa y funcional del Laboratorio de Virología de Wuhan en que se realizaban experimentos que buscaban que el coronavirus zoonótico SARS se transmitiera sin la intervención del murciélago, su portador natural, sugiere que la pandemia de COVID-19 se originó por una fuga accidental del coronavirus SARS-CoV-2 en el laboratorio de la ciudad de Wuhan, que fue ocultada por las autoridades chinas.

La tesis de la fuga accidental del coronavirus en el laboratorio de Wuhan como origen del COVID-19, cobra cada día más fuerza y gana calificados adeptos. El 20 de abril de 2023, la Academia de Medicina de Francia, la referencia medica del país galo, hizo pública su inclinación a que el origen del COVID-19 estaba vinculado con investigaciones y experimentos científicos que buscaban aumentar la capacidad de contagio de peligrosos coronavirus. Así lo refirieron los Miembros de la Academia de Medicina de Francia Christine Rouzioux y Patric Berche, quienes catalogaron el origen no natural del COVID-19, causante de la pandemia que infectó a 700 millones de personas y mató a 7.000.000, como “…el mayor escándalo científico de todos los tiempos”. (6)

FUGA DEL CORONAVIRUS ENTRE SEPTIEMBRE Y OCTUBRE DEL 2019

Un despacho de la cadena CNN en Español fechado el 24 de mayo de 2021, señaló que un informe de inteligencia de Estados Unidos encontró que 3 investigadores del Instituto de Virología de Wuhan se enfermaron en noviembre de 2019, presentando síntomas graves coincidentes con el COVID-19. Esta información de inteligencia fue negada por las autoridades chinas quienes adujeron que el primer caso de COVID-19 fue detectado en la ciudad de Wuhan el 8 de diciembre de 2019. Sin embargo, según se evidencia del Informe del Senado de Estados Unidos, existe un cumulo de evidencia que apuntan a que existió una fuga previa del coronavirus en el laboratorio de Wuhan causada por las deficientes condiciones de bioseguridad y ausencia de personal capacitado, que muy probablemente ocurrió antes de noviembre de 2019. En efecto, se conoce que en el laboratorio de Wuhan desde el año 2015 se efectuaban experimentos con los coronavirus SARS y MERS, inoculando ratones de laboratorio portadores de receptores humanos en sus células, buscando infectar el sistema respiratorio humano. Los resultados de esos experimentos nunca fueron publicados.

A comienzos de agosto de 2019, muchas instituciones médicas y de salud de la ciudad de Wuhan comenzaron a abastecerse de equipos y medios para la detección de patógenos infecciosos y realizaron ejercicios de emergencia para enfrentar brotes de enfermedades, lo que indicaba la creciente y justificada preocupación de las autoridades locales sobre lo que acontecía en el Laboratorio de Virología. Sin que mediara explicación, a mediados de septiembre de 2019, los datos genómicos obtenidos de los experimentos realizados con el coronavirus SARS fueron eliminados de la base de datos del laboratorio de Wuhan y se instalaron nuevos sistemas de ventilación y sellado de las puertas de las áreas de trabajo, limitándose el acceso a las instalaciones del Instituto de Virología de Wuhan, que fueron tomadas por personal del Partido Comunista de China.

El 18 de ese mes, las autoridades del aeropuerto Tianhe de la Ciudad de Wuhan, realizaron un simulacro de emergencia que se refería a un viajero que había desembarcado en el aeropuerto mostrando “…signos vitales inestables y síntomas asociados con el virus SARS.” Entonces, la pregunta obligada es, ¿por qué las autoridades del aeropuerto de Wuhan escogieron precisamente un “contagio por coronavirus” como el tema de su simulacro de emergencia semanas antes que se tuviera noticia oficial del primer contagiado por coronavirus el 8 de diciembre de 2019? La respuesta sugiere que ya para septiembre de 2019 se habían producido una o varias fugas en el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, donde se almacenaban miles de cepas de coronavirus y se realizaban peligrosos experimentos dirigidos a aumentar la capacidad de contagio de los coronavirus SARS y MERS.

Hay que señalar que si bien se sabe que 3 investigadores del Laboratorio de Wuhan que presentaron síntomas similares a COVID fueron hospitalizados en noviembre de 2019, funcionarios de inteligencia norteamericanos aseguraron que disponían de información que sugería que el brote de COVID comenzó semanas antes. Esa posibilidad cobró fuerza cuando se conoció que varios de los atletas de Alemania, Francia, Italia, España, Luxemburgo, Suecia y Estados Unidos que participaron en los Juegos Militares Mundiales celebrados entre el 17 y 28 de octubre en Wuhan, informaron, tras el regreso a sus países de origen, que durante los Juegos “… presentaron síntomas asimilables de COVID-19”, añadiendo que a muchos de ellos les había llamado la atención la soledad que se apreciaba en las calles de Wuhan - ciudad con una población de 11 millones de habitantes que es conocida como “la Chicago de China” - al punto que parecía una “ciudad fantasma”.

Élodie Clouvel, campeona mundial de pentatlón modernoÉlodie Clouvel, campeona mundial de pentatlón modernoUno de esos casos de contagio fue el de la atleta francesa Elodie Clouvel, campeona mundial de pentatlón moderno y medalla de plata olímpica en Río de Janeiro en el año 2016, quien declaró el 25 de marzo de 2020 al canal francés Loire7 Télévisión, que ella y su compañero de disciplina Valentin Belaud, “…tuvieron serios problemas respiratorios en China durante los juegos militares”. Además, manifestó que en las semanas siguientes, un médico militar calificaría esos síntomas como "síntomas obvios de coronavirus" y que buena parte de los 281 miembros de la delegación francesa habían sido afectados.

Como se aprecia y partiendo de la premisa hoy tenida como un hecho factico que una accidental fuga viral aconteció en el Laboratorio de Wuhan, todo parece indicar, según lo expone el Reporte del Senado, que para mediados de septiembre de 2019 ya se habría producido el “accidente” en el laboratorio que desató la pandemia de COVID-19 y que no obstante esa realidad, las autoridades chinas permitieron, por acción u omisión, la celebración de los Juegos Militares en Wuhan que fueron los más concurridos en la historia de ese evento deportivo internacional, pues contaron con la participación de más de 10.000 atletas, de 110 naciones, quienes probablemente se convirtieron sin saberlo, en la centrifuga planetaria del coronavirus. La sola indicación que apunta a que en efecto el brote de COVID-19 ya estaba en pleno desarrollo en Wuhan para mediados de octubre de 2019, provino, irónicamente, de las propias autoridades de Beijín. En efecto, en marzo de 2020, recién declarado el estado de pandemia por la OMS (7), el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, en una de sus tiradas propagandísticas, refirió los Juegos Militares en Wuhan “como el origen de la pandemia”.

En aquella oportunidad, el portavoz de la Cancillería china Zhao Lijian, declaró en una rueda de prensa que el personal militar del Ejército de Estados Unidos podría haber traído el virus SARS-CoV-2 a los Juegos Militares en Wuhan desde Fort Detrick, en Frederick, Maryland, donde funciona el programa de investigación biológica del Ejército norteamericano. Esa intrigante y repetida referencia por parte de China que vinculó a los Juegos Militares en Wuhan como el origen de la pandemia 50 días antes que oficialmente se identificara al primer paciente con COVID-19, no recibió la necesaria y oportuna atención de los medios informativos y científicos.

Fin primera parte.