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28/05/2023
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“UCRANIA NO ES CUBA Y PUTIN NO ES KHRUSHCHEV”. Primera parte.

“No habíamos confrontado la posibilidad de un Armagedón desde Kennedy y la Crisis de los Misiles de Cuba…”                                                                                                  - Joseph Biden, Presidente de Estados Unidos, Nueva                                                     York, 6 de octubre de 2022 –

INTRODUCCIÓN

La Revista Foreign Affairs publicó el pasado 3 de abril un artículo titulado “Tropezando al borde de la catástrofe - La Historia Secreta y las Lecciones No Aprendidas de la Crisis de los Misiles de Cuba. “ (1) El referido artículo nos revela nueva información sobre las razones que llevaron a Nikita Khrushchev a desplegar misiles balísticos de alcance medio e intermedio en la Isla de Cuba, a escasos 140 kilómetros de territorio norteamericano. Los autores del artículo, Sergey Radchenko y Vladislav Zubok,(2) basaron su trabajo en cientos de documentos desclasificados en enero de 2022 provenientes de los archivos del extinto Partido Comunista Soviético y en documentos hechos públicos en mayo del mismo año por el Ministerio de la Defensa de Rusia.

Estos legajos evidencian que la Crisis tuvo como causas inmediatas la pretensión de Khrushchev de confrontar la asertividad de Estados Unidos en Europa y la presencia de misiles balísticos norteamericanos en Italia y Turquía, así como el temor que, tras el fracaso de Bahía de Cochinos en abril de 1961, el Presidente Kennedy ordenara una invasión a Cuba para derrocar a Fidel Castro, lo que traería como consecuencia la humillación de la Unión Soviética frente al mundo.

Curiosamente, según se evidencia de esos documentos, uno de los principales errores que llevaron al descubrimiento anticipado de los misiles desplegados bajo la “Operación Anádir” (3) (nombre código del plan soviético para instalar misiles balísticos en Cuba) fue el desconocimiento por parte de los planificadores soviéticos de las condiciones geográficas en Cuba.(4) En efecto, el Comandante de las Fuerzas Misilísticas Soviéticas, el Mariscal Sergei Biryuzov, viajó a Cuba en junio de 1962 aparentando ser un “experto agrícola” para informar a Fidel Castro sobre la osada propuesta de Nikita Khrushchev de instalar “bajo el más estricto secreto” misiles balísticos en Cuba. (5) A su regreso a Moscú, Biryuzov le informó Khrushchev que los misiles “… podían ser ocultados bajo el amplio follaje de palmas que cubrían las zonas escogidas para la instalación de las bases misilísticas”.

Pero tal aseveración sería probada falsa - lo que no le fue informado a Khrushchev - pues la realidad era que los árboles de palmas estaban separados unos de otros por una distancia de por lo menos 15 metros y solo cubrían un 1/16 avo del área escogida para la instalación de las bases de misiles. Así, el “frondoso camuflaje” para ocultar los misiles soviéticos vociferado por Sergei Biryuzov no evitaría que Estados Unidos descubriera el plan soviético, pues los misiles serían fotografiados el 14 de octubre por un avión U-2 de la CIA, tripulado por el Mayor Richard Hauser. Esa falla en la planificación de la “Operación Anadir” fue calificada por los autores del artículo de Foreign Affairs como “the palm tree fiasco” o el “desastre de las palmas”.

LA CRISIS DE LOS MISILES

A partir del descubrimiento por Estados Unidos de las bases misilísticas ubicadas en el centro y occidente de Cuba,Foto aérea de una de las bases de misiles soviéticos en San Cristóbal, Pinar del Río, Cuba. Como se aprecia, las palmas no ocultaban la presencia de los misiles.  Foto aérea de una de las bases de misiles soviéticos en San Cristóbal, Pinar del Río, Cuba. Como se aprecia, las palmas no ocultaban la presencia de los misiles. comenzaron a correr los famosos “13 días de octubre”- así los insertaría Robert Kennedy en la historia - que llevaron a la humanidad lo más cerca que ha estado de su autodestrucción. Ello sería confirmado por el entonces Secretario de Defensa de Estados Unidos Robert S. MacNamara, quien durante un evento para conmemorar los 30 años de la Crisis de los Misiles que tuvo lugar en La Habana en enero de 1992 con la participación de Fidel Castro, manifestó sobre aquellos aciagos días de octubre de 1962 que, “Llegamos muy cerca. Mucho más cerca de lo que entonces pensamos”.

La historia nos relata como culminó el más peligroso enfrentamiento ocurrido en el marco de la Guerra Fría, reseñando que Nikita Khrushchev pagó caro por su presunto fracaso en Cuba, pues se vio obligado a retirar los misiles de suelo cubano, lo que fue entonces visto en el Kremlin como una derrota de la Unión Soviética frente a su declarado enemigo ideológico. El 14 de octubre de 1964, transcurridos dos años exactos del comienzo de la Crisis en Cuba, Khrushchev sería destituido de todos sus cargos por el Politburó, entonces liderado por Leonid Brézhnev. Pero la historia no fue justa con Khrushchev - como tampoco lo fueron los autores del articulo in comento - pues las razones políticas y estratégicas que llevaron a la instalación de misiles soviéticos en Cuba se cumplieron a cabalidad.

Así, a cambio del retiro de los misiles de Cuba, el Presidente Kennedy se comprometió secretamente con Khrushchev a retirar los misiles “Jupiter” de Turquía e Italia y a no atacar o permitir se atacara al régimen castrista desde territorio norteamericano, lo que garantizó la permanencia de Fidel Castro en el poder hasta su muerte natural en noviembre de 2016. El Hemisferio Occidental, con la mayoría de sus gobiernos hoy en manos de sátrapas castristas, constituye clara evidencia del error geopolítico que cometió el Presidente Kennedy al comprometerse a no actuar contra Fidel Castro.

Con relación a la temida por Nikita Khrushchev “asertividad norteamericana sobre Europa”, las relaciones de Washington con los países de la OTAN se vieron afectadas tras la Crisis de Cuba. Los acuerdos entre Moscú y Washington que llevaron al retiro de los misiles “Jupiter” de Turquía e Italia no fueron consultados con los aliados de la OTAN - como era obligatorio conforme el tratado que creo esa Organización en 1949 - lo que puso sobre la mesa que para Washington la seguridad de Europa no justificaba un enfrentamiento con la Union Sovietica. (6)

Clara evidencia de la pérdida de influencia de Estados Unidos como consecuencia de su proceder inconsulto durante la Crisis de los Misiles de Cuba, se evidenció el 21 junio de 1963, cuando Francia retiró su Flota del Atlántico y del Mediterráneo del Mando de la OTAN y 3 años despues, el 10 de marzo de 1966, el Presidente Charles De Gaulle separó a Francia - para entonces una potencia nuclear - de la Estructura de Comando Militar de la OTAN y exigió la salida de todas las bases de la Organización de territorio francés. Estas medidas anti OTAN fueron justificadas con el argumento que Francia había decidido ejercer “opciones para su defensa nacional de forma independiente”. (7)

Quizás el veredicto más ajustado a la verdad histórica sobre quien resultó perdedor en la Crisis de los Misiles, se evidencia de lo manifestado por unos de sus actores principales, el General Curtis LeMay, Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Estados unidos durante la Crisis. Durante una reunión sostenida en la Casa Blanca con el Presidente John F. Kennedy tras el acuerdo con Moscú que puso fin a la Crisis en la que estaban presentes el Secretario de Defensa Robert MacNamara y los Miembros del Estado Mayor Conjunto, Kennedy manifestó, “Caballeros, ganamos. No quiero que lo repitan, pero ustedes saben que ganamos, y yo sé que ganamos”. Esta altiva manifestación del Presidente norteamericano fue respondida por el General LeMay, quien le espetó a su Comandante en Jefe, “¿Ganamos? ¡Claro que No, perdimos! Deberíamos entrar (en Cuba) y borrarlos del mapa”. (8)

SEMEJANZAS ENTRE LA CRISIS DE LOS MISILES Y LA GUERRA EN UCRANIA

Un tema que sobresale de la lectura del artículo de Foreign Affairs es la comparación entre Nikita Khrushchev y Vladimir Putin y lo acontecido en Cuba en octubre de 1962 con lo que actualmente está en desarrollo en Ucrania tras el inicio de la “Operación Militar Especial” lanzada por Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022. Hoy como ayer, el liderazgo del Kremlin se ha embarcado en una arriesgada aventura confrontacional que pudiera desencadenar una guerra nuclear.

Tanto Khrushchev como Putin actuaron de forma desafiante y retadora ante Europa y Estados Unidos, impulsados por las acciones de acoso a la Mátushka Rossiya o la “Madre Rusia”, que debían ser confrontadas. Para Khrushchev, quien había amenazado con “enterrar a Occidente” (9) y ordenado en 1961 la construcción del infame Muro de Berlin (Berliner Mauer), aceptar la presencia de misiles norteamericanos “Júpiter” con capacidad nuclear en el patio trasero de la Union Sovietica - en suelo turco - constituía una inaceptable provocación que tenía que recibir la adecuada respuesta. La “Operación Anádir”, que fue esa respuesta, resultó un plan mal concebido y ejecutado que, como ya vimos recurrió para el exigido ocultamiento de las bases misilísticas al camuflaje que ofrecían las palmas cubanas. Aunque en definitiva Khrushchev lograría su propósito con relación al retiro de los misiles en Turquía y a la garantía de la continuidad de Fidel Castro en el poder gracias a la capitulación de Kennedy, la Unión Soviética quedó en entredicho frente al mundo pues las armas ofensivas enviadas a Cuba fueron retiradas y devueltas a Rusia bajo la humillante inspección y control de Estados Unidos. (10)

NIKITA KHRUSHCHEV Y VLADIMIR PUTIN

Durante una rueda de prensa sobre la guerra en Ucrania celebrada en Moscú en octubre de 2022, Vladimir Putin fue preguntado si existía un paralelismo entre la crisis en proceso en Ucrania y la crisis de Cuba ocurrida 60 años antes.

Nikita Sergueievich KhrushchevNikita Sergueievich KhrushchevAunque con su respuesta Putin negó cualquier conexión - “Yo no me imagino en el papel de Khrushchev”, dijo - la verdad es que su aventura en Ucrania está llevando a su país y al mundo al borde de una crisis sin aparente salida, al igual que sucedió durante la Crisis de los Misiles. Nikita Khrushchev fue un líder curtido en la lucha política y participe en el mayor y mas exitoso expansionismo ideológico y territorial soviético hacia Europa Oriental tras la la derrota de la Alemania Nazi. (11) Por su parte, Vladimir Putin transitó por la etapa decadente de la Union Sovietica que comenzó en 1985 con la perestroika y el glasnost de Gorbachev, hasta culminar, al inicio de la última década del Siglo XX, con el desmembramiento de la URSS en 15 repúblicas autónomas y su desaparición el 25 de diciembre de 1991.

Durante su estadía en la República Democrática de Alemania como oficial encubierto de la agencia de inteligencia KGB, Putin vivió de cerca la vergüenza de la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989. A su regreso a la Unión Soviética en 1991, renuncio a su cargo en la KGB y según lo declarado por el propio Vladimir Putin, trabajó como taxista privado en San Petersburgo para ganar dinero extra. (12) Desde su ascenso al poder en el año 1999, Vladimir Putin ha actuado con un revanchismo frente a Occidente que persigue darle a la Federación Rusa el manto de potencia mundial que detentó la Unión Soviética por medio siglo, pretendiendo el “replanteo de fronteras con el propósito de forjar una nueva nación y gentilicio, surgido de la unión de rusos, bielorrusos y ucranianos, sin importar el costo humano que ello conlleve”. (13)

La cruzada expansionista e imperialista de Vladimir Putin - disfrazada bajo el eufemismo de “Mundo Ruso” - iniciada desde el mismo momento que asumió el control de la Federación Rusa, tiene como propósito expandir las fronteras de Rusia, reocupando las repúblicas que se independizaron a partir de 1991, ello con el propósito de evitar el cerco por los países Aliados de la OTAN, organización liderada por Estados Unidos que a partir de 1999 dobló el número de Estados Miembros con la incorporación de las antiguas repúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania y de los países satélites de Europa Oriental.(14)

La política expansionista de Vladimir Putin se manifestó por primera vez en junio del año 2000 cuando tropas rusas invadieron la República de Chechenia que había declarado su independencia de la Unión Soviética en noviembre de 1991 y derrotado a las fuerzas de Boris Yeltsin en la Primera Guerra Ruso-Chechena en 1994. En junio del año 2002, Moscú instaló un gobierno pro ruso en Grozni, la capital de Chechenia que fue incorporada a la Federación Rusa. El próximo objetivo de Vladimir Putin sería la Republica de Georgia, que desde su independencia en abril de 1991, poco antes de la disolución de la Unión Soviética, había sufrido sangrientos enfrentamientos entre las distinta etnias que convivían en su territorio, especialmente en las regiones de Abjasia y Osetia del Sur.

En el año 2003 estalló la europeísta “Revolución de las Rosas” que llevó al poder a Mikheil Saakashvili quien trató de restaurar la integridad territorial y armonía étnica de su país. En el año 2008, ante la probabilidad que Georgia fuese incorporada a la OTAN, Rusia atacó y bombardeo las ciudades e infraestructura de Georgia causando gran destrucción. Aunque los combates terminaron bajo presión de la Unión Europea y de Estados Unidos que propusieron un acuerdo de alto al fuego y el retiro de tropas rusas, Putin, temeroso que Georgia se incorporara a la OTAN, desconoció el acuerdo y mantuvo sus fuerza en las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, reconociendo su independencia. En la actualidad solo 5 países reconocen la independencia de Abjasia y Osetia del Sur: tres repúblicas pro-rusas en el Océano Pacifico - Vanuatu, Nauru y Tuvalu - y dos países en América: Nicaragua y Venezuela. Ante el peligro que implicaba para la República de Georgia la invasión a Ucrania ejecutada por tropas rusas en febrero de 2022, el gobierno en Tiflis solicitó el 3 de marzo de 2022, la incorporación de Georgia a la Unión Europea.

UCRANIA

“Ucrania nunca ha tenido una tradición de Estado genuino, siempre fue parte de Rusia.”

                                                                                 - Vladimir Putin -

Al igual que en Georgia y previamente en Moldavia, el Kremlin intervino en esas exrepúblicas soviéticas con el propósito de evitar su incorporación a la Unión Europea y a la OTAN, invocando como justificación la protección de las minorías rusas étnicas en esas repúblicas.

Igual escusa fue utilizada por Vladimir Putin para atacar a Ucrania en el año 2014 y en febrero de 2022, alegandoVladimir PutinVladimir Putin persecución de los rusos étnicos en Crimea y en el Dombás. En noviembre de 2010, resultaría electo limpiamente en Ucrania el candidato pro ruso Viktor Yanukovich, quien había sido derrotado en la anterior elección celebrada en el noviembre de 2004. Durante el mandato de Yanukovich continuaron las negociaciones en curso para la incorporación de Ucrania a la Unión Europea. Esas negociaciones culminaron favorablemente en el mes de noviembre de 2013, pero Vladimir Putin, quien había retornado a la Presidencia en Moscú el año anterior tras el interinato de su marioneta Dmitri Medvédev (2008-2012), presionó al Presidente Yanukovich para que rechazara los Acuerdo de Asociación y Libre Comercio con la Unión Europea.

En respuesta a la presión rusa, el 20 de noviembre de 2013, Yanukovich anunció la suspensión de la firma de los Acuerdos con la Unión Europea y su intención de estrechar vínculos con la Federación Rusa e incorporar a Ucrania a la Unión Aduanera Euroasiática, grupo creado el 1º de enero de 2010 entre Bielorrusia, Kazajistán y la Federación Rusa. Al día siguiente, comenzaron las protestas en Kiev que se conocieron como el “Euromaidan” debido a que la mayoría de los manifestantes europeístas se concentraron en la gigantesca “Plaza de la Independencia” de Kiev, conocida por los ciudadanos simplemente “Maidán” o “La Plaza”.

A diferencia de las protestas acontecidas durante “La Revolución Naranja” del año 2005, el “Euromaidan” tuvo carácter violento, registrándose durante su desarrollo un centenar de muertos. Víctor Yanukovich huyó hacia Rusia el 23 de enero de 2014, siendo destituido como presidente el 22 de febrero, por el Parlamento ucraniano. La situación de inestabilidad sociopolítica entonces imperante en Ucrania sería aprovechada por Vladimir Putin quien decidió recurrir a la fuerza, aplicando exitosamente la fórmula que le había resultado efectiva 6 años antes en Osetia del Sur y Abjasia. Así, los elementos ruso-parlantes en el Sur de Ucrania que contaban con el apoyo del Kremlin, se negaron a aceptar la incorporación de Ucrania a la Unión Europea, iniciando protestas y manifestaciones que llevaron a los sectores prorrusos en Crimea a reclamar su separación de Ucrania y la integración a la Federación Rusa.

Esta situación fue la excusa invocada por Vladimir Putin para enviar el 16 de marzo de 2014 tropas a ocupar Crimea y Sebastopol, a fin de “garantizar la integridad” de los rusos étnicos en la Península, quienes habían declarado su independencia de Ucrania y aprobado la anexión a la Federación Rusa los días 6 y 11 de marzo de 2014, respectivamente. Un año después de la anexión de Crimea y Sebastopol, el 15 de marzo de 2015, un arrogante Vladimir Putin manifestaría públicamente que él había dirigido personalmente todo lo relacionado con la ocupación e incorporación de Crimea a la Federación Rusa.

Imbuido por el éxito obtenido en Crimea y en ejecución de su proyecto de apoderarse de toda Ucrania, Vladimir Putin intervino directamente en la llamada “Guerra del Dombás”, recurriendo nuevamente al exitoso libreto aplicado en Georgia y Crimea. A partir del 6 de abril de 2014, en rechazo al movimiento europeísta Euromaidan, elementos prorrusos en las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, enclavadas en la región del Dombás en el Este de Ucrania, desataron enfrentamientos armados con las fuerzas ucranianas. Un mes más tarde, con el apoyo de las fuerzas rusas, estos separatistas declararon su independencia de Ucrania y anunciaron la creación de la Confederación Novorossiya o la Confederación de la Nueva Rusia.

Volodimir Zelenski. Presidente de Ucrania.Volodimir Zelenski. Presidente de Ucrania.El 12 de febrero de 2015, se firmó el llamado “Acuerdo de Minsk II” entre Rusia y Ucrania, pero el mismo fue irrespetado por los rebeldes prorrusos de Donetsk y Lugansk, quienes continuaron con la violencia que causó más de 14,000 muertes y miles de desplazados. Con la llegada al poder en Ucrania de Volodymyr Zelenski en diciembre de 2019, se aceleró el proceso para el ingreso de Ucrania a la OTAN con la aprobación en septiembre de 2020 de una Ley de Seguridad Nacional que tenía como objetivo establecer las bases legales para una alianza de intereses con la Organización, con el fin último de incorporar a Ucrania como Miembro Pleno, lo cual estaba previsto a ser considerado en la Cumbre de lideres de la OTAN a celebrarse en Madrid a mediados del año 2022.

Esta acción del nuevo presidente ucraniano prendió las alarmas en el Kremlin y dio comienzo a la cuenta regresiva para el inicio de la “Operación Militar Especial” en Ucrania que sería lanzada el 24 de febrero de 2022, mediante una invasión por el norte, el sur y el este de Ucrania. Tras 13 meses de guerra, la aventura de Putin en Ucrania se convertiría en un fiasco militar y político. La operación que originalmente fue planeada y montada para culminar con éxito en pocos días tras la anticipada ocupación de Kiev se ha convertido para Putin en un callejón sin salida, que ha llevado a cuantiosas pérdidas humanas (175.000-200.000 bajas) y materiales para las fuerzas rusas, incluyendo una docena de oficiales generales. Hoy las fuerzas de Ucrania han recuperado gran parte del territorio ocupado por Rusia desde el inicio de la guerra y se anticipa que en la anunciada ofensiva de primavera, se busque como objetivo la reconquista de la ocupada y anexada Crimea.

CONCLUSIÓN

Los hechos aquí expuestos confirman que si bien la guerra en Ucrania puede llevar a un conflicto mundial de carácter nuclear como se temió durante la Crisis de los Misiles de Cuba, existen diferencias en cuanto a sus objetivos y actores que individualizan las dos crisis, pues ciertamente Ucrania no es Cuba ni Vladimir Putin es Nikita Khrushchev. Veamos...

Fin primera parte.