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22/09/2023
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Hundimiento de lancha en Bahía Honda: seis muertes a la cuenta del régimen

El impacto de una embarcación guardafronteras cubana contra una lancha rápida provoca terrible desgracia

Una nueva tragedia ha estremecido a Cuba. En la costa norte de la actual provincia de Artemisa una lancha guardafronteras impidió el pasado sábado la huida al extranjero de un nutrido grupo de cubanos. El método empleado fue el del abordaje: como se dice en el lenguaje marinero, la nave castrista “pasó por el ojo” a la lancha rápida ocupada por los fugitivos, ocasionando el naufragio de esta y media docena de muertes.

Entre los occisos se cuenta una niñita de apenas dos años. ¡Qué horror! Esta inocente, al igual que los adultos que perdieron la vida en esta ocasión, se suman a los numerosos muertos provocados por el régimen castrista en incidentes análogos que han tenido lugar a lo largo de los años. Basta con repetir los nombres de los barcos “Río Canímar” y “13 de Marzo” para recordar aquellos otros crímenes.

Las reacciones al condenable suceso no se han hecho esperar. Por ejemplo, se conoció que, en respaldo a las víctimas, la Fundación Cubana para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) ha incluido en su lista de represores a varios de los oficiales comunistas involucrados en el luctuoso suceso. En opinión de la prestigiosa institución, se trata de un “asesinato a sangre fría”.

Algo bien distinto expresan los castristas. En la nota oficial emitida al respecto por el Ministerio del Interior de Cuba (MININT), se habla simplemente de una “colisión”, sin hacer el menor intento por explicar las causas de ese impacto. Lo único que se dice al respecto es que el choque con la lancha proveniente de Estados Unidos tuvo lugar “durante su identificación”. Si alguien logra entender esa frase, le agradeceré que me la explique.

Pero lo verdaderamente indignante es la versión castrista de las causas de esta nueva tragedia: “Un nuevo suceso con desenlace fatal ocurre como consecuencia de la política hostil y cruel del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba que tolera y estimula las salidas ilegales desde Cuba al permitir la permanencia en su territorio de migrantes irregulares”.

Aquí lo primero que conviene señalar es la orfandad intelectual de los plumíferos del órgano represivo que redactaron la nota. Tan torpe es su uso del castellano y tan reñidas con la lógica son sus razones (algún nombre hay que darles) que, contra lo que cabría esperar, tal parece que fuera “Cuba” la “que tolera y estimula las salidas ilegales”.

Pero dejando a un lado la pésima redacción, lo más indignante es su pretensión de acusar de lo sucedido a nuestro gran vecino del Norte. En esto, los voceros del castrismo actúan como un papagayo enloquecido, que repite lo mismo una y otra vez, cuando las circunstancias concurrentes han cambiado, y lo han hecho de un modo radical.

Como los cotorrones comunistas parecen no haberse enterado, les informo que los Estados Unidos abandonaron la política llamada de “pies secos-pies mojados” hace ya varios años. De acuerdo con esta última, se acogía en ese país a los migrantes que lograban llegar a tierra, mientras que eran devueltos los detenidos en alta mar.

Esto era así, fue así, pero desde los lejanos tiempos de la presidencia de Obama ya no lo es. En medio de la desesperación de los cubanos de la Isla por huir del “paraíso del proletariado” a como dé lugar, es rara la semana en que no se produce un intento de salida ilegal por vía marítima. También es rara la semana en que no tiene lugar una repatriación de cubanos arrestados en ese intento por autoridades del país norteño. Esto incluye a muchos que lograron pisar suelo estadounidense.

La acusación contra Washington y sus políticas podían tener cierto fundamento cuando la llegada a tierra norteamericana era suficiente para garantizar la acogida. Con esto no estoy diciendo que los castristas tuvieran razón entonces, porque no la tenían: si alguna vez yo llegara a lanzarme al vacío desde el piso doce de un edificio no sería por mi confianza en la pericia de los bomberos que me aguardan abajo ni en la elevada calidad de sus redes; lo haría sólo porque el edificio está en llamas.

Pero si a los propagandistas del comunismo antillano les faltaba la razón en aquella época, mucho menos la tienen ahora, cuando —a diferencia de lo que sucedía entonces— la generalidad de los fugitivos que logran pisar suelo estadounidense son devueltos a la Isla. El único culpable de tragedias como esta de ahora es el gobierno de Cuba, no el de Estados Unidos.

Para terminar, debo señalar que la Embajada de este último país en La Habana, al referirse al mortífero abordaje, lo ha calificado como un “accidente”. Se trata —creo— de una pifia grave y muy lamentable, que bien merece ser rectificada.

Tomado de: Cubanet