FENOMENAL REFERENDO VENEZOLANO
Reportaje
especial de Gerardo E. Martínez-Solanas
Tuve
el privilegio de servir a la democracia venezolana como Observador
Internacional en el referendo del domingo 15.
Además de los observadores del Centro Carter y los de la OEA,
bajo la dirección del ex Presidente Gaviria, formé parte de un grupo
de observadores de la Organización Demócrata Cristiana de América
(ODCA), invitados por la Oficina de Apoyo Internacional (OAI), de
Caracas, con el propósito expreso de informar imparcialmente sobre el
referendo y sus resultados, así como su proceso de organización.
Me
propongo hacer un reportaje muy breve que refleje mis impresiones
personales y transmita mi experiencia a la luz de los resultados de la
gestión realizada por todo el grupo, en el entendido de que nuestro
Grupo de Observadores Internacionales ya ha dado curso a sus informes,
avalados por Francisco Javier Jara, Secretario Ejecutivo de la ODCA, con
sede en Chile, en base a los resultados de nuestro trabajo.
Desde
sus inicios nuestra gestión encontró dificultades.
Nos presentamos el viernes 13 y de nuevo el sábado 14 ante los
funcionarios de la Comisión Nacional Electoral (CNE) para que se nos
entregaran las credenciales individuales que ostentaríamos en nuestra
labor, pero se negaron a hacerlo alegando que nunca habían recibido una
solicitud formal y finalmente decidiendo ante nuestras protestas que ya
era demasiado tarde aunque tuviésemos razón.
Se negaron a que les mostráramos nuestra carta de solicitud,
dirigida al Dr. Francisco Carrasquero, Presidente del CNE, con el cuño
de esa organización electoral fijado a las 8:47 am del 15-07-04, que
probaba nuestra solicitud con un mes de anticipación.
Además, esos funcionarios se negaron a comunicarse con el Dr.
Carrasquero para tratar de solucionar tan deplorable situación.
Durante
el trabajo preliminar observamos abundantes anomalías en el proceso.
Son hechos que merecen destacarse:
·
Todas las decisiones divididas del CNE habían
contado hasta ese momento con el voto decisivo de su Presidente a favor
de la posición oficialista. Su
función de árbitro quedaba así en duda.
·
Miles de personas habían quedado borradas en las
nuevas listas del empadronamiento electoral, impidiéndoles ejercer su
derecho al voto.
·
Miles de representantes de mesa electoral percibidos
como simpatizantes de la oposición fueron reemplazados durante la
semana que culminó en el referendo por personas abiertamente a favor
del oficialismo.
·
Las máquinas electrónicas electorales fueron
seleccionadas por el oficialismo y compradas sin licitación.
La oposición sólo tuvo acceso a algunas máquinas en una prueba
previa al referendo.
·
La elaboración del programa electrónico (software)
estuvo controlada exclusivamente por el oficialismo.
·
No participaton observadores enviados por el
Parlamento
Europeo
y la Comisión Europea porque el oficialismo insistió
en invitar sólo a ciertos sectores, en forma contraria a la norma de
representatividad proporcional de esas instituciones.
Esos parlamentarios invitados por el oficialismo asistieron
individualmente.
·
Otros observadores individuales invitados por el
oficialismo mostraron repetidamente su hostilidad a representantes de la
oposición sin hacer esfuerzos observables de imparcialidad.
·
El Centro Carter se negó a realizar una reunión
formal con nosotros para coordinar esfuerzos alegando que una normativa
acordada por ellos con el CNE les impedía comprometer su neutralidad,
implicando así que nuestro grupo no era imparcial.
Pese
a que nuestras credenciales de la OAI no estaban avaladas por el CNE,
reconocemos que se nos permitió acceso a los Centros Electorales para
realizar nuestra labor y se nos trató con amabilidad.
Pudimos visitar así un total de 40 Centros, la mayoría en
Caracas, y observar la situación. Fuimos
muy respetuosos y nos abstuvimos de toda acción que pudiera parecer
favorable a una tendencia o la otra.
Tuvimos
la conmovedora experiencia de recibir el aplauso entusiasta de los
estoicos votantes que esperaban en cola –en algunos casos durante más
de 12 horas–, de que se nos escucharan sugerencias que agilizaron el
proceso y de que la gente nos rogara que no nos marcháramos a la salida
de cada uno de los Centros, implicando que nuestra presencia había
facilitado el proceso. Cuidando
de que nuestras palabras estuvieran revestidas de absoluta
imparcialidad, nos enorgullecemos de haber calmado los ánimos en muchas
situaciones de tensión, exhortando a los votantes a tener paciencia
para ejercer sus derechos.
Podemos
afirmar que fue un referendo fenomenal porque pudimos comprobar sobre el
terreno una asistencia promedio de más del 85% a las urnas y también
por la demostración popular de determinación democrática y firmeza
para ejercer su derecho electoral. Esta
concurrencia implica más de 11 millones de votos, lo cual supera en 3
millones las cifras oficiales.
Durante
nuestras visitas a esos 40 Centros electorales no nos encontramos con
ninguno de los otros Observadores Internacionales.
Nuestra labor se prolongó desde las 9:00 hasta las 19:00.
No estábamos al cierre de los Centros –muchos de ellos a media
noche– porque no teníamos
autorización oficial para presenciar el conteo de los votos.
Posteriormente nos enteramos que los Observadores del Centro
Carter y otros con credenciales del CNE tampoco presenciaron el conteo.
El
Informe de Observación Electoral
redactado por el Secretario Ejecutivo de la ODCA en base a la situación
percibida hasta las 15:00 horas, incluyó abundantes denuncias e
irregularidades sobre problemas que no habíamos podido resolver con
nuestra presencia. Fue
emitido esa misma tarde con tiempo suficiente para que las autoridades
remediaran la mayoría de los problemas observados.
Sin embargo, no hubo un cambio observable de la situación
durante las seis horas siguientes.
En
vista de que los cálculos observables daban un triunfo a la oposición
del 58% de los votantes por el SÍ, contrario a los totales emitidos por el CNE, hemos pedido
una auditoría de los votos que se base en las papeletas de recibo que
daban las máquinas de votación y que se depositaban en cajas en el
Centro electoral. El
gobierno aduce que esas papeletas no tienen valor para la auditoría
porque se emitieron solamente para tranquilizar a los votantes.
Me sorprende profundamente que el Centro Carter, la OEA y los demás
Observadores Internacionales invitados por el CNE no hayan hecho el
menor esfuerzo por pedirle que realice esa auditoría, aunque sólo
fuera para calmar los ánimos de una población que ya ha tenido
demasiada paciencia.
Caracas,
16 de agosto de 2004.
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