Una votación a nivel nacional sobre un asunto
específico, es una forma aceptada en muchos países alrededor del mundo
para resolver cuestiones políticas. Tales votaciones son llamadas
generalmente "referéndos", aunque hay dos tipos especiales de referéndo
que a veces se denominan de diferente manera: Primero, cuando la votación
es provocada por la demanda de un determinado número de ciudadanos comunes
y corrientes, por ejemplo mediante la firma o suscripción de una
solicitud, el resultado de esa consulta se denomina "iniciativa". Segundo,
aunque el término "plebiscito" a veces se usa indistintamente con el de
referéndum, tiene connotaciones negativas en algunos países, donde se le
utiliza para consultas que no reúnen condiciones genuinamente
democráticas.
Un referéndum le da la oportunidad a los electores de decidir
directamente sobre un asunto en particular. Aunque la gente también puede
tomar decisiones en elecciones generales y ordinarias, estas elecciones
generalmente se realizan sobre un número variado de temas y a menudo no
plantean ningún veredicto claro sobre caulquiera de los asuntos
considerados.
Los referéndos han sido usados en muchos países, en Suiza son bastante
comunes, ver
Suiza.
En algunos países puede ocurrir un promedio de una o dos veces por año,
pero son poco usuales en la mayoría de los países. Hablando en términos
generales, no se utilizan para resolver asuntos políticos ordinarios, es
decir, de esos que se plantean rutinariamente, sino para abordar asuntos y
temas trascendentales que rebasan los tradicionales alineamientos
partidistas. La situación más común en la cual el referéndum es visto como
apropiado es la de un cambio radical de régimen; no sólo la reforma de una
constitución existente, sino la adopción de una nueva constitución o, el
mayor cambio de todos, la decisión de un pueblo de declarar su
independencia.
Por ejemplo, la decisión de Noruega de separarse de Suecia en 1905 fue
tomada por el pueblo Noruego en un referéndum, en el cual 99.9 % votó por
la independencia, una poderosa expresión del orgullo nacional.
Similarmente, Islandia sostuvo un referéndum al separarse de Dinamarca.
España adoptó una reforma democrática a finales de los años setenta, que
fue aprobada por el pueblo por medio de un referéndum, después de la
muerte del dictador Franco. De igual manera, nuevas constituciones han
sido creadas por medio de referéndums en Dinamarca, Francia e Irlanda. La
decisión de moverse a políticas multi-partidistas ha sido posible a través
de referéndums en algunos países Africanos, tales como Gabón y Malawi. En
cada caso, ha sido importante para la legitimidad de la decisión, que este
paso hacia la independencia o hacia la democracia, haya sido decidida por
el pueblo y no por la élite política.
Un asunto fundamental que ha surgido en varios países Europeos, ha sido
la membresía a la Unión Europea, lo cual tiene implicaciones para la
soberanía de los estados individuales. De los actuales 15 estados miembros
de la UE, 5 han tenido referéndums acerca de su membresía: Austria,
Dinamarca, Finlandia, Irlanda y Suecia. Por añadidura, Inglaterra una vez
miembro sostuvo un referéndum acerca de si debería salirse o no, mientras
el pueblo de Noruega votó dos veces para no hacerse miembro, a pesar de
que la élite política estuvo de acuerdo con la membresía en las dos
ocasiones.
Esta lista ilustra la manera en que los asuntos que se tratan en un
referéndum, son a menudo cuestiones serias y grandes, que sobrepasan los
asuntos políticos cotidianos que emergen rutinariamente en un país.
Generalmente, los referéndums son bastante apropiados para tales
cuestiones y para temas capitales que cruzan las líneas usuales que
dividen a una sociedad. Por ello no deben utilizarse para tratar temas de
ordinaria administración.
Por ejemplo, supóngase que un país tiene dos grupos lingüísticos
principales, con un lenguaje hablado por un 60% de la población y el otro
por el 40%, que le generan constantes tensiones políticas acerca del
asunto del lenguaje. Si se sostuviera un referéndum para resolver la
cuestión de que cual lenguaje debería convertirse en el lenguaje oficial
de la nación, éste no resolvería nada porque seria altamente improbable
que el grupo minoritario acepte el voto de la mayoría a favor de otro
lenguaje, como manera justa de resolver la disputa. Las disputas étnicas,
también, no son resueltas fácilmente por referéndums. En otras palabras,
en cuestiones de derechos de minorías, un referéndum es inapropiado porque
se puede volver un mero instrumento de la mayoría dominante. En tal
situación, el único uso posible para el referéndum sería para examinar la
aceptabilidad de un compromiso elaborado por las élites. Ver
Negociaciones.
De igual manera, si un país se encuentra dividido entre derechas e
izquierdas, hay poco que ganar a través de un referéndum sobre un tema de
derecha e izquierda, el cual seguramente sólo reproduciría el voto de una
elección general. Así que, cuando se tienen referéndums para cuestiones
políticas, éstas deben ser por lo general, de aquellas que están mas alla
de los intereses inmediatos de los partidos . Ejemplos: consultas sobre el
poder nuclear en Austria y Suecia o el divorcio en Irlanda.
Aún si pudiéramos elaborar un manual sobre la forma más apropiada de
usar un referéndum, no significa que éstas serán siempre atendidas. De
hecho, hay muchas formas en las que un referéndum puede ser mal utilizado,
aun más, abusado. Y abundan estos casos. En Francia, por ejemplo, un alto
número de referéndums sostenidos desde la Segunda Guerra Mundial han sido
realizados por razones políticas oportunistas, cuando el gobierno vió la
oportunidad de humillar o dividir a la oposición.
Este es un argumento para regular las circunstancias en las cuales el
referéndum puede o debe ser realizado; de otra manera, si se realizan muy
fácil y frecuentemente, cuando se le antoje al gobierno en funciones, la
institución del referéndum puede volverse desacreditada y tales resultados
no servirán al efecto que se busca.
De hecho, todos los aspectos de un referéndum necesitan regulación. Es
particularmente importante que las reglas que rigen el referéndum sean
definidas con anticipación, para que todos sepan cuales son. Las
siguientes áreas son las que consideramos necesario regular:
- La forma en que se consulta al pueblo es importante ya que entre más
precisa sea la pregunta, mejor será el resultado. Han habido ejemplos de
una vaga y retórica propuesta ofrecida a la gente, por ejemplo en la
ex-Union Soviética en 1991, produciendo un resultado que significa poco.
Similarmente, el asunto de quien decide acerca de la formulación de la
pregunta, debería de estar establecida explícitamente en cualquier
legislación que contenga el referéndum.
- El criterio del éxito: en algunos países, las propuestas de
referéndum requieren mas de una simple mayoría para pasar, deben estar
apoyadas por un cierto porcentaje del electorado registrado. Reglas que
requieren una cierta proporción de todo el electorado para apoyar una
propuesta antes de que se le considere aprobada son a veces
introducidas, por ejemplo en Dinamarca, para asegurar que pequeños
grupos de votantes no hagan tambalear el asunto cuando la mayoría es
indiferente. Tales reglas tienen cierta lógica; menos sensibles son los
requerimientos de que a menos que una cierta proporción del electorado
vaya a emitir su voto, el ejercicio entero es considerado inválido.
En Italia por ejemplo, hay reglas con respecto a la votación, para
consider aprobada una propuesta, ésta debe ser apoyada por lo menos por
50% de los votantes, con una votación por lo menos del 50% del
electorado. Esto tiene la desventaja que los oponentes de una propuesta
popular pueden fácilmente detenerla simplemente con no ir a votar.
- La interpretación de los resultados: si un 49% de los votantes
emiten una papeleta a favor de una propuesta, 48% lo hacen en contra, y
el otro 3% malgastan su papeleta, ¿ha sido aprobada la propuesta? En un
sistema de referéndum bien regulado, la respuesta a tal pregunta no
puede ser ambigua. Si es ambigua, la situación después del referéndum
resultará en debates políticos o se busca la interpretación de los
tribunales o cortes, quienes pueden tomar la decisión final,
contradiciendo totalmente la idea y el sentido de tal ejercicio, que es
asegurar que el pueblo mismo tome las decisiones.
Los referéndums, como muchas otras instituciones políticas,
potencialmente tiene ventajas y desventajas. Las ventajas incluyen su rol
legitimante: una decisión asumida aún por por quienes se oponían al tema y
que no habrían aceptado una decisión similar si hubiera sido tomada por el
parlamento o el gobierno. Esto es lo que aparentemente ha sucedido sobre
el tema de la UE en Dinamarca y sobre el divorcio en Irlanda, donde
referéndums han resuelto asuntos muy candentes. Adicionalmente, los
referéndums incrementan la participación popular en la toma de decisiones
y tienen un efecto educativo en la población, quien inevitablemente se
vuelve mejor informada acerca de los temas en consulta.
Dentro de las posibles desventajas está, que los instrumentos del
gobierno representativo como los parlamentos, puedan ser disminuidos en su
papel y un público que no esté lo suficientemente bien informado, podría
tomar decisiones políticas equivocadas. También existe el temor del
mayoritarismo, una inquietud de que la mayoría pueda usar el referéndum
para pisotear los derechos de la minoría.
Observando la práctica del referéndum alrededor del mundo, puede que no
se confirmen las esperanzas utópicas de algunos de los promotores del
referéndum, pero tampoco sostiene los temores de aquellos que ven el
referéndum como potencialmente destructivo de la democracia. La mayoría de
los países que tienen la institución del referéndum parecen haberse
beneficiado de ella, la han incorporado como un rasgo distintivo del
proceso político. Por ejemplo, el asunto de la membresía Danesa en la UE
fue acordada por dos referéndums con resultados extremadamente cercanos en
1992 y 1993, en cada caso, la votación fue superior al 80%; el proceso
dejó a los Daneses como la gente mas informada en Europa acerca de asuntos
de la UE y el resultado tuvo una legitimidad que no podía haber sido
obtenida por medio de una decisión parlamentaria.
Por otro lado, el uso excesivo del referéndum puede tener efectos
negativos. Alrededor del mundo, el usuario más frecuente del referéndum es
Suiza, donde la votación en muchos casos es menor del 50%, talvez porque
los suizos aburridos de votar tan seguido -un promedio de 10 votaciones
populares por año. Aun así, el referéndum es un aspecto completo y
aceptado en el sistema político Suizo y algunos líderes Suizos lo quieren
utilizar aún más extensamente.
En Italia el referéndum ha sido una fuerza más destructiva. Las reglas
Italianas permiten un número fijo de votantes el emitir una
contrapropuesta a una ley existente, y en ocasiones los Italianos han sido
llamados a votar hasta en 12 asuntos diferentes en el mismo día. La
práctica Italiana del referéndum ha coexistido dificultosamente con el
gobierno representativo en ciertas ocasiones. En países donde las
instituciones del gobierno representativo son débiles o en un estado
emergente, puede no ser recomendable el permitir a los grupos de votantes
demandar referéndums sobre leyes que no les agradan, ya que esto crea el
riesgo que legislaciones duras pero necesarias, que pudieron a largo plazo
haber comprobado su validez, no sean aprobadas por el pueblo.
Mientras las instituciones del gobierno representativo pueden coexistir
confortablemente con el referéndum, el gobierno representativo y la
iniciativa ciudadana se llevan menos. El sistema político suizo trabaja
sin problemas con el extenso uso de esta iniciativa ciudadana, pero la
mayoría de los otros países encontrarían más dificultoso el llevar un
gobierno efectivo y estable con una práctica tan amplia y frecuente de
esta iniciativa. El uso moderado del referéndum no parece debilitar el
gobierno representativo y podría aun reforzarlo, pero su uso excesivo
debilita el gobierno representativo y socava el valor del referéndum
mismo.
Ver también
Requisitos
de Distribución y
Consultas
Populares: Referéndums, Plebiscitos y Revocatorias de Mandato.
[Taken from
http://www.aceproject.org/main/espanol/es/esc01a.htm]
See also Distribution
Requirements and Popular
Consultations: Referendums, Plebiscites, Recall
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