La Salud y la Educación en Cuba

Ene. 31 (DP.net).- Dentro del "mar de felicidad" que inunda al paraíso comunista cubano, según la propaganda oficial lo proyecta al resto del mundo, el colmo lo constituyen los logros educacionales y de salubridad. Desde el Gral. Colin Powell a personalidades de tendencias políticas moderadas o liberales, tanto en Estados Unidos como en otras partes, que critican duramente muchos de los otros aspectos del régimen castrista, sin embargo dan por sentado sus logros en estas esferas.

Entre las realidades que no se dicen, es un hecho que el gasto público per cápita en programas de salud es menos de la mitad en Cuba que el promedio de toda América Latina.  Se ha derrumbado al nivel de los países menos desarrollados de la región desde el puesto preponderante que ostentaba antes de la Revolución.  El contraste, aparentemente muy favorable, con el número de médicos por habitante se debe al programa oficial de "exportarlos" a misiones en el extranjero como un "producto" nacional que se explota no sólo a cambio de dólares y prebendas (como el petróleo subsidiado de Venezuela) sino también por su valor propagandístico y de penetración ideológica y política en otros países.

Respecto a la educación, Cuba está entre los líderes en América Latina y el Caribe en la tasa de alfabetización (ya lo estaba antes de la Revolución). Pero las condiciones de la educación en general son extremadamente vergonzosas, dado el trabajo gratuito que hacen los estudiantes en el campo, desde los 10 años y en forma forzosa. Por ello Cuba no ha firmado el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que prohíbe los peores abusos en la ocupación de los menores de edad.

Por otro lado, a pesar de los grandes recursos dedicados a la investigación –con el doble de personas que en la mayoría del conjunto de los países citados- los cubanos están bien por debajo del promedio de las patentes obtenidas en el resto de la región latinoamericana.  Sencillamente, no hay incentivos para el esfuerzo de los investigadores ni instalaciones científicas y técnicas debidamente equipadas.

Además, aunque el nivel de educación media y superior pueda considerarse un logro, se puede afirmar que las perspectivas individuales se ven truncadas  para una gran parte de la población cuando al culminar sus estudios profesionales o tecnológicos, no encuentran empleo o éste tiene remuneraciones que no les permiten satisfacer sus necesidades mínimas, lo que obliga a la mayoría de los graduados a desempeñarse como vendedores, empleados y comerciantes del sector turístico (uno  de los que más ingresos generan), conductores y hasta músicos, así como en miserables iniciativas individuales permitidas en lo que el argot popular califica de "cuentapropistas".

Por añadidura, el ingreso al mundo del conocimientos dentro de las universidades y demás establecimientos educativos, aunque cumple en gran medida con los requerimientos curriculares y tecnológicos propuestos, encuentra impedimentos cuando el estudiante deja el recinto docente y no tiene acceso a bibliotecas actualizadas, a internet y a la variada tecnología de las comunicaciones que se desarrolla rápidamente y está disponible a diario en la mayor parte del mundo actual.  Una situación sumamente desventajosa que enfrentan también profesionales y técnicos en su vida cotidiana.

Yoani Sánchez nos ofrece en este video filmado en Cuba un testimonio de primera mano sobre esta realidad.

  • Hits: 18192