La persecución de Cristianos se extiende por el planeta y se agudiza en Laos y Pakistán

Persecución de cristianos

Los cristianos son perseguidos u hostigados en muchos países del mundo.

Abr. 5 (DP.net).– La persecución de cristianos se está extendiendo notablemente por todos los rincones del planeta, sobre todo en Asia, aunque hay casos muy notables en América, como está sucediendo en Nicaragua y también en México. En particular, Laos y Pakistán son escenarios donde esta persecución se está agudizando.

LAOS

En Laos, la fe Cristiana es considerada una "religión extranjera" que predica un "credo subversivo" que hay que extirpar para Orando en una iglesia desmantelada de Laosconservar la "soberanía" nacional. Aunque se le considera un país budista, en realidad esa religión abarca a sólo el 65% de la población. La mayoría de ellos siguen la tradición Theravada pero, además, hay distintas ramas del budismo, algunas de las cuales incluyen prácticas sincretistas y cerca del 30% de la población siguen una mezcla del budismo con el animismo tribal (sasna phi).

Es muy difícil calcular el número de cristianos en ese ambiente sumamente represivo que sufren una mayoría de católicos, evangélicos y adventistas del séptimo día. En un país de menos de 7 millones de habitantes, se estima que hay más de 140,000 protestantes y unos 70,000 católicos, la denominación cristiana más perseguida, por lo que muchos miles han huído del país. Los adventistas suman apenas 2,000 miembros y hay unos pocos miles más de testigos de Jehováh, asambleístas de Dios. mormones, etc.

Aunque el gobierno laosiano ha prometido y asegurado en Naciones Unidas respetar la fe de los cristianos, se está desarrollando un reciente resurgimiento de los arrestos y el hostigamiento a cristianos aplicándoles cargos poco claros. Open Doors USA (Puertas Abiertas) ha informado sobre un grupo de pastores arrestados sin causa específica, sólo por llevar a cabo su ministerio, y sobre el arresto de cuatro creyentes que asistían a la misma iglesia hace unos meses, acusados de "romper la unidad de la comunidad" y de "reunir a la gente para el culto sin permiso".

Además, un prisionero cristiano, identificado sólo como Inthy, fue presuntamente retenido durante 49 días en una celda de aislamiento, llamada "cuarto oscuro", diseñada para los criminales y asesinos más peligrosos, con las manos y los pies encadenados.

A principios de este año, por ejemplo, según informa la Misión de Ayuda Cristiana, comprometida a proporcionar ayuda a los cristianos perseguidos, "a 13 aldeanos de las aldeas cristianas se les negó la asistencia del gobierno durante una sequía prolongada y a los demás aldeanos se les negó la venta de arroz, sal, jabón y otros artículos necesarios". Los funcionarios locales "trataron de obligarlos a firmar confesiones y a abandonar la aldea en dos ocasiones", informó la Misión, "lo cual se negaron a hacer porque no tenían adónde ir" aceptando las consecuencias represivas.

Hay muchos ejemplos concretos de persecucion, como el caso de dos hombres laosianos, Linh y Keon. Escucharon el evangelio de los cristianos en sus respectivas aldeas y, aunque tenían miedo de la policía y sabían que la conversión podría causarles muchos problemas, asistieron a un servicio de adoración y oraron con el pastor para que aceptaran a Cristo. Mientras estaban orando, alguien los denunció y los agentes de policía llegaron a la casa donde se realizaba el servicio. El pastor fue llevado a la estación de policía, interrogado, castigado por enseñar una religión extranjera y advertido de que cesara su prédica o se atuviera a las consecuencias. Dos días después, la policía confrontó a Linh por su decisión de creer en Cristo en lugar de seguir una religión laosiana. También lo han amenazado con llevarlo a prisión si no abjuraba de la fe cristiana.

Las autoridades han logrado que parte de la población colabore con la represión y denuncie a los cristianos. Además, cuentan con el respaldo incluso de miembros de la familia y de los líderes de algunas aldeas que "temen" que los cristianos ofendan a los espíritus locales.

PAKISTÁN

En Pakistán, el Islam cuenta con más del 95% de una población de más de 240 millones de habitantes, la mayoría de ellos pertenecientes a la rama sunita. Los cristianos suman cerca del 2% (cerca de 5 millones) y el otro 3% está distribuido entre los Sikhs, Baha'is, seguidores de Zoroastro y otros. El gobierno de este país proclama ser una democracia aliada a las democracias occidentales. No obstante, durante la guerra de Afganistán daban refugio y santuario a los talibanes y a los grupos de al-Qaeda en la región montañosa de la frontera noroccidental.

Persecución cristiana en PakistánSegún unas ONGs (no las identificamos para evitar represalias), la policía no protegió a las minorías religiosas ni a los acusados de "blasfemia". Los tribunales continuaron aplicando las leyes sobre la blasfemia, cuyo castigo llegaba hasta la pena de muerte, aunque el gobierno nunca parece haber aplicado abiertamente esa pena. Según otra organización no gubernamental (ONG) nacional, 84 personas fueron acusadas de blasfemia en 2021. En 2022, las condiciones de libertad religiosa de Pakistán siguen en una trayectoria cada vez más negativa, con minorías religiosas sujetas a ataques frecuentes, sobre todo las minorías cristianas.

Los acusados de blasfemia se enfrentan a la violencia, el encarcelamiento con oportunidades limitadas de libertad bajo fianza e incluso la pena de muerte, aunque no hay pruebas de que algún convicto por blasfemia haya sido ejecutado por el Estado en Pakistán. Para colmo, incluso si son absueltos por un tribunal de justicia, el acusado y su familia a menudo son condenados al ostracismo o expulsados de la comunidad y se enfrentan a continuas agresiones y desprecio. Además, las meras acusaciones de blasfemia son suficientes para causar disturbios y el asesinato de los acusados por asaltantes armados o grupos de vigilantes.Las leyes de blasfemia también se utilizan para ejercer venganzas y "resolver" disputas personales, y a menudo se dirigen a las comunidades religiosas minoritarias, sobre todo a los cristianos, que sufren aproximadamente una cuarta parte de todas las acusaciones de blasfemia.

Como parte de la represión cultural, los libros de texto escolares paquistaníes enseñan a los niños a odiar a los cristianos y están llenos de material que incita al odio y la intolerancia contra ellos. La Comisión Nacional de Justicia y Paz publicó un estudio de 40 páginas que analizó material escolar aprobado por el Estado en Pakistán y concluyó que a los niños se les enseña fanatismo religioso y extremismo. A principios de este año, la Asociación de Maestros de Minorías de Pakistán escribió una carta al Presidente del Tribunal Supremo de Pakistán para investigar la victimización de los estudiantes cristianos en Pakistán.

Durante los primeros seis meses de 2022, los numerosos asesinatos selectivos se dirigieron principalmente a hombres en posiciones de liderazgo de comunidades religiosas minoritarias. En enero de 2022, un hombre armado desconocido mató a un sacerdote católico e hirió a otro mientras conducían a casa después de la misa dominical en Peshawar. Un equipo de evangelistas con sede en Peshawar, Pakistán, realizó actividades de divulgación en muchas ciudades de la región de Khyber Pakhtunkhwa en el verano de 2022. Algunos de los materiales distribuidos durante los esfuerzos de divulgación fueron descubiertos por líderes religiosos islámicos, y en un ulama, una reunión de eruditos legales religiosos islámicos convocaron para organizar medidas de represión contra el evangelismo. Los miembros del equipo de evangelismo han recibido llamadas amenazantes y posteriormente se dispersaron a otras áreas por su seguridad después de escuchar que la policía los estaba buscando.

EN EL RESTO MUNDO La persecución religiosa extendida por el mundo

Estos son sólo dos ejemplos significativos. Más de 245 millones de cristianos sufren un nivel de persecución alto, muy alto o extremo” en todo el mundo. Además de los dos países citados, en Corea del Norte, China, Afganistán, Somalia, Libia, Sudán, Eritrea, Yemen, Irán, India, Nicaragua, México, etc., son víctimas de una “violencia extrema” o “asesinados”, según un informe de Puertas Abiertas.

La situación en Nicaragua, en particular, se ha agudizado en los últimos meses. Aparte de múltipes incidentes anteriores, Félix Maradiaga, ex preso político y ex candidato presidencial que fue deportado sumariamente a Estados Unidos, informó a ACI Prensa que el 3 de abril, Lunes Santo, “la dictadura expulsó del país al sacerdote panameño Donaciano Alarcón”. El P. Alarcón, que trabajaba en la parroquia María Auxiliadora de la localidad de San José de Cusmapa, en la Diócesis de Estelí, fue detenido por la policía tras celebrar la Eucaristía. “Lo sacaron por la frontera de Honduras con sólo la ropa puesta. Su ‘delito’ fue que en Misa pidió por la libertad de Monseñor Álvarez”, precisó Maradiaga, refiriéndose a Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, quien fue condenado en febrero a 26 años y 4 meses de cárcel, acusado injustamente de traición a la patria por haber violado la orden que prohibió manifestaciones públicas en Semana Santa.

México es otro país donde la persecución es muy poco divulgada en el extranjero. Los cristianos evangélicos en los pueblos rurales del sur de México han sufrido persecución durante décadas. Durante muchos años, su sufrimiento pasó desapercibido excepto por los grupos vigilantes de la persecución como Solidaridad Cristiana Mundial, Interés Cristiano Internacional (ICC por sus siglas en inglés), Puertas Abiertas, y la Voz de los Mártires. Las organizaciones criminales han tomado ventaja de la inestabilidad socio-política que vive el país, además de la pandemia, para incrementar su dominio territorial y hacer aún más amplia la vulnerabilidad y la violencia contra los cristianos. Las redes criminales se han extendido por todo el territorio mexicano. Ellas perciben a la Iglesia (principalmente la católica) como un obstáculo para sus intereses.

Estos hechos suelen manifestarse en todo el mundo con dos tipos de persecución: 1) La opresión, que se puede ejercer en el ámbito privado, afectando a la conciencia del individuo; en el familiar y en el social, para detener la transmisión de la fe; en el nacional, impidiendo que un cristiano participe en la vida pública; y en el eclesial, con restricciones que se dirigen a los cristianos como comunidad. Y, 2) La violencia, corporal y material, sufrida a manos de sus perseguidores, frecuentemente por las propias autoridades del país.

Volviendo al informe de Puertas Abiertas, señala como principales motores de persecución: 1) la opresión islámica; 2) el antagonismo étnico; 3) el nacionalismo religioso; 4) la represión comunista/totalitaria; 5) la paranoia dictatorial y, 6) la intolerancia secular.

Dentro de estos motivos circunstanciales suele haber un clima de anarquía y corrupción como medio para el enriquecimiento personal. "Los cristianos a menudo hablan en contra de estas prácticas y por ello se convierten en objetivo”, señala certeramente el estudio de Puertas Abiertas.

Esta persecución se está extendiendo rápidamente por todo el mundo con sorprendente impunidad sin que la mayoría de los medios de comunicación le den cobertura ni los gobiernos democráticos pongan mucho énfasis en combatirla.

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