¿Se derrumba la bolsa de valores de EEUU?

¿Es esta la antesala de una estanflación (recesión + inflación)?


La caída de la Bolsa de Valores desde el pico de Noviembre es ya más pronunciada que la experimentada durante los dos primeros meses de la pandemia (Marzo-Abril 2020). Es el resultado que veníamos anticipando desde hace meses por la desastrosa política económica que ha disparado la inflación debido a los gastos desenfrenados sin base de ingresos fiscales ni aumento suficiente del Producto Nacional Bruto (que según las últimas cifras publicadas había subido 2.1% en el tercer trimestre de 2021, en comparación al aumento del 33.8% del tercer trimestre de 2020) y el desabastecimiento resultante de esa irresponsable política. Es también una consecuencia de la tímida y entreguista política exterior que ha envalentonado a los caudillos de Rusia y China a lanzarse abiertamente a una estrategia expansionista que cuenta con la inacción de Estados Unidos frente a sus amenazas y avances. Y las consecuencias de esta política exterior son un factor adicional de inestabilidad.

NASDAQ 100En estos momentos el índice de NASDAQ 100 ha caído al nivel aproximado que ostentaba a mediados de febrero pasado y el Dow Jones (DJI) ha descendido a un nivel aproximado al de abril pasado. En el gráfico de NASDAQ se observa una recuperación estable hasta febrero de 2021. Es evidente la inestabilidad del alza subsiguiente, salpicada de tres caídas importantes hasta la que se viene produciendo desde noviembre. Los resultados de cada breve recuperación posterior corresponden al alza artificial provocada por la inyección de dinero y gastos presupuestarios excesivos.

En realidad, este derrumbe está reflejándose en todos los índices. Por ejemplo, el índice S&P 500 llegó a bajar un 2.6% alrededor de la 1 pm este lunes 24 de enero (a 4265.35) pero volvió a subir a 4410.13 al cierre, demostrando una notable volatividad e incertidumbre en apenas unas pocas horas, pero lo importante es que a más largo plazo ha entrado en territorio de aguda corrección con una caída de alrededor del 10% desde su máximo histórico (4818.62). Los esfuerzos para reducir el riesgo son evidentes en las caídas experimentadas en los 11 sectores del S&P 500, una caída de cuatro puntos básicos en el rendimiento a 10 años (1,71%) y un derrumbe del 30% pop en el Índice de Volatilidad CBOE (Chicago Board Options Exchange). Esto último es una seria clarinada de alarma porque el Índice de Volatilidad comenzó este año a la mitad (alrededor del 50%) del nivel alcanzado a fines de 2020.

La fuerte recuperación económica que se experimentó a partir de mediados de Marzo de 2020 hasta Enero de 2021 y que continuó con impulso hasta Marzo de 2021, prácticamente se estancó hasta mediados de Noviembre y viene derrumbándose desde entonces hasta el desplome que estamos observando hoy, mientras que la inflación continúa en rápido ascenso. Según el pronóstico de FORBES ADVISOR, «la pregunta más importante de cara a 2022 es si algún catalizador, ya sea relacionado con la pandemia, la desaceleración del crecimiento económico, la política cambiante de la Reserva Federal o algun otro factor inesperado, finalmente impulsará una venta masiva en el mercado de valores mayor que la que ocurrió en 2021.» El «factor inesperado» en estos momentos son las amenazas de posibles enfrentamientos militares con Rusia y China; una situación de incertidumbre que pudo haberse evitado con una política exterior más firme y coherente.

Es evidente que ese pronóstico de Forbes, emitido en diciembre pasado, se está cumpliendo.

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