Desafíos del "cuentapropismo" cubano
- Aimée Cabrera
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Desafíos del "cuentapropismo" cubano
24 Mar 2011 18:12
El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS) autoriza 178 actividades, para ejercer el trabajo por cuenta propia, como opción para los trabajadores que pierden su vínculo laboral.
Esta coyuntura permite además que otras personas desvinculadas por diversos motivos, opten por uno de los más de cien oficios, cuya realización están aprobados por la Resolución No 32 del 7 de octubre del 2010.
No obstante, la lista de actividades no está completa, al no tener en cuenta a los profesionales. Está prohibido que trabajen de forma privada los abogados, economistas y contadores, así como médicos y estomatólogos, entre otros.
Estos trabajadores han dedicado parte de sus vidas a profesiones que exigen experiencia, por ello no entienden el por qué de la prohibición y opinan que es absurdo que no hayan sido aprobados en dicha relación.
Una estomatóloga jubilada hace un par de años se siente joven aún para brindar un servicio que el Estado no puede garantizar del todo. Ella tiene familiares en el exterior que pueden enviarle el dinero y otras utilidades para trabajar por cuenta propia, pero a la vez sabe que por el momento su sueño es una quimera.
Otras cientos de miles de personas han quedado disponibles, debido a los despidos masivos en las plantillas infladas, y lo peor es que no tienen el dinero para asumir el nuevo trabajo independiente.
Mientras que otro gran número de ciudadanos trabaja de manera clandestina y se arriesga a continuar de esta manera, pues no se decide a legalizar la labor privada que hace, por diversos temores como pueden ser el aumento en el pago de las licencias, o el dedicarse a actividades que no les reportan las ganancias deseadas.
En este caso está una joven madre divorciada que se decidió a vender alimentos ligeros en su casa ubicada en la periferia de la capital. Ella debía pagar 200 pesos mensuales de licencia, y 250 de licencia sanitaria; en caso de emplear a otras personas debía pagar al Estado 150 por cada trabajador.
“Necesitaba unos 500 pesos para comenzar, sin contar el dinero para comprar comida y otras cosas que se necesitan. Imagínate no vivo en un lugar céntrico, hay horarios que no se ve a nadie, no se vende tanto para todo lo que hay que pagar”-admitió.
Al cierre del 2010, más de 75 000 licencias fueron otorgadas en todo el país; a esta cifra hay que añadir 8 342 solicitudes, las cuales se encuentran en trámite de ser aprobadas, el 68 % corresponde a quienes no tenían un empleo permanente, y el 15% a jubilados.
Las actividades más requeridas por parte de los cuentapropistas son las relacionadas con la venta de alimentos, el transporte de pasajeros, la venta de artículos para el hogar y el arrendamiento de viviendas.
El obsoleto sistema cubano se prepara para convivir con un sector privado al que le ha puesto innumerables barreras, difíciles de ignorar. El cubano medio ve que tiene pocas posibilidades para vivir con estabilidad y decoro, por lo que el éxodo se mantiene como única aspiración válida para alcanzar cierta prosperidad.
Esta coyuntura permite además que otras personas desvinculadas por diversos motivos, opten por uno de los más de cien oficios, cuya realización están aprobados por la Resolución No 32 del 7 de octubre del 2010.
No obstante, la lista de actividades no está completa, al no tener en cuenta a los profesionales. Está prohibido que trabajen de forma privada los abogados, economistas y contadores, así como médicos y estomatólogos, entre otros.
Estos trabajadores han dedicado parte de sus vidas a profesiones que exigen experiencia, por ello no entienden el por qué de la prohibición y opinan que es absurdo que no hayan sido aprobados en dicha relación.
Una estomatóloga jubilada hace un par de años se siente joven aún para brindar un servicio que el Estado no puede garantizar del todo. Ella tiene familiares en el exterior que pueden enviarle el dinero y otras utilidades para trabajar por cuenta propia, pero a la vez sabe que por el momento su sueño es una quimera.
Otras cientos de miles de personas han quedado disponibles, debido a los despidos masivos en las plantillas infladas, y lo peor es que no tienen el dinero para asumir el nuevo trabajo independiente.
Mientras que otro gran número de ciudadanos trabaja de manera clandestina y se arriesga a continuar de esta manera, pues no se decide a legalizar la labor privada que hace, por diversos temores como pueden ser el aumento en el pago de las licencias, o el dedicarse a actividades que no les reportan las ganancias deseadas.
En este caso está una joven madre divorciada que se decidió a vender alimentos ligeros en su casa ubicada en la periferia de la capital. Ella debía pagar 200 pesos mensuales de licencia, y 250 de licencia sanitaria; en caso de emplear a otras personas debía pagar al Estado 150 por cada trabajador.
“Necesitaba unos 500 pesos para comenzar, sin contar el dinero para comprar comida y otras cosas que se necesitan. Imagínate no vivo en un lugar céntrico, hay horarios que no se ve a nadie, no se vende tanto para todo lo que hay que pagar”-admitió.
Al cierre del 2010, más de 75 000 licencias fueron otorgadas en todo el país; a esta cifra hay que añadir 8 342 solicitudes, las cuales se encuentran en trámite de ser aprobadas, el 68 % corresponde a quienes no tenían un empleo permanente, y el 15% a jubilados.
Las actividades más requeridas por parte de los cuentapropistas son las relacionadas con la venta de alimentos, el transporte de pasajeros, la venta de artículos para el hogar y el arrendamiento de viviendas.
El obsoleto sistema cubano se prepara para convivir con un sector privado al que le ha puesto innumerables barreras, difíciles de ignorar. El cubano medio ve que tiene pocas posibilidades para vivir con estabilidad y decoro, por lo que el éxodo se mantiene como única aspiración válida para alcanzar cierta prosperidad.
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Re: Re:Desafíos del "cuentapropismo" cubano
24 Mar 2011 18:42
Las autoridades cubanas no parecen ser conscientes del ridículo. Estas medidas por las que buenamente autorizan el trabajo por cuenta propia, no sólo limitan la libre empresa muy específicamente a las 178 actividades que señala Aimée Cabrera en su mensaje sino que han escogido un largo número de "ocupaciones" que para cualquier observador racional parecerían un chiste de mal gusto.
Veamos algunos de los trabajos que el gobierno cubano permite a sus ciudadanos realizar libremente:
2) Aguador (el que transporta agua utilizando diferentes medios de su propiedad y cobra por este servicio, no incluye la venta de agua en vaso)
5) Alquiler de Caballos Ponis, con Fines de Recreación Infantil
7) Animador de fiestas, payasos o magos
18) Boyero o Carretero
23) Cartománticas
29) Comprador-Vendedor de Discos Musicales Usados
38) Cuidador de baños públicos
45) Dandy
54) Elaborador Vendedor de Yugos y Frontiles (tiene que cumplir las indicaciones del Ministerio de la Agricultura según Ley Forestal y la del Medio Ambiente)
65) Figurantes
66) Forrador de Botones
72) Herrador de Animales ó Productor Vendedor de Herraduras y Clavos
85) Masillero
95) Pelador de frutas naturales
126) Pulidor de Metales
136) Reparador de Bisutería
139) Reparador de Colchones (no puede producir ni comercializar colchones y muelles para estos).
146) Reparador y Llenado de Fosforeras (no incluye la comercialización de productos y accesorios)
Cada uno de estos oficios (y el resto de los 178 permitidos) requiere una serie de trámites para obtener licencia y el pago de impuestos onerosos que no tienen en cuenta el monto de las utilidades o pérdidas de la "empresa". Las limitaciones son extremas. Por ejemplo, la licencia de un "Pulidor de Metales" no sirve para realizar las funciones de "Reparador de Bisutería", las cuales requieren la solicitud de otra licencia y el pago de otros impuestos. Y el que llena o repara fosforeras (encendedores) no puede vender el producto que repara ni aportar accesorios.
Cabe preguntarse también cuántos querrán ser "Dandys" en Cuba y cuántos de ellos tendrán que pagar otra licencia y más impuestos para ser "Payasos" o "Magos". En realidad, hace falta ser mago para tener éxito en empresas como estas.
Cabe destacar, además, el ejemplo que nos ofrece Aimée Cabrera de la "vendedora de alimentos" que se ve obligada a pagar 450 pesos mensuales de licencias, en un país donde el sueldo promedio de un trabajador oscila entre los 200 y 250 pesos mensuales (US$17 a US$21). Esta pobre mujer ve que casi todo el producto de su sudor se lo lleva el Estado. Se trata evidentemente de una burla cruel que le gastan los hermanos Castro al pueblo cubano.
Veamos algunos de los trabajos que el gobierno cubano permite a sus ciudadanos realizar libremente:
2) Aguador (el que transporta agua utilizando diferentes medios de su propiedad y cobra por este servicio, no incluye la venta de agua en vaso)
5) Alquiler de Caballos Ponis, con Fines de Recreación Infantil
7) Animador de fiestas, payasos o magos
18) Boyero o Carretero
23) Cartománticas
29) Comprador-Vendedor de Discos Musicales Usados
38) Cuidador de baños públicos
45) Dandy
54) Elaborador Vendedor de Yugos y Frontiles (tiene que cumplir las indicaciones del Ministerio de la Agricultura según Ley Forestal y la del Medio Ambiente)
65) Figurantes
66) Forrador de Botones
72) Herrador de Animales ó Productor Vendedor de Herraduras y Clavos
85) Masillero
95) Pelador de frutas naturales
126) Pulidor de Metales
136) Reparador de Bisutería
139) Reparador de Colchones (no puede producir ni comercializar colchones y muelles para estos).
146) Reparador y Llenado de Fosforeras (no incluye la comercialización de productos y accesorios)
Cada uno de estos oficios (y el resto de los 178 permitidos) requiere una serie de trámites para obtener licencia y el pago de impuestos onerosos que no tienen en cuenta el monto de las utilidades o pérdidas de la "empresa". Las limitaciones son extremas. Por ejemplo, la licencia de un "Pulidor de Metales" no sirve para realizar las funciones de "Reparador de Bisutería", las cuales requieren la solicitud de otra licencia y el pago de otros impuestos. Y el que llena o repara fosforeras (encendedores) no puede vender el producto que repara ni aportar accesorios.
Cabe preguntarse también cuántos querrán ser "Dandys" en Cuba y cuántos de ellos tendrán que pagar otra licencia y más impuestos para ser "Payasos" o "Magos". En realidad, hace falta ser mago para tener éxito en empresas como estas.
Cabe destacar, además, el ejemplo que nos ofrece Aimée Cabrera de la "vendedora de alimentos" que se ve obligada a pagar 450 pesos mensuales de licencias, en un país donde el sueldo promedio de un trabajador oscila entre los 200 y 250 pesos mensuales (US$17 a US$21). Esta pobre mujer ve que casi todo el producto de su sudor se lo lleva el Estado. Se trata evidentemente de una burla cruel que le gastan los hermanos Castro al pueblo cubano.
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Re: Re:Desafíos del "cuentapropismo" cubano
10 Apr 2011 22:37
Una visita de 14 días a la Argentina que concluye esta semana que comienza me ha permitido comprobar la enorme eficacia de los esfuerzos de desinformación del régimen cubano y, en menor medida, del régimen venezolano, para convencer a un considerable segmento de nuestros hermanos latinoamericanos de que la gestión totalitaria que han emprendido los hermanos Castro y que copian asiduamente Chávez, Morales, Ortega y Correa, es el camino de redención democrática y participativa que los elevará al panteón de los inmortales.
La realidad totalitaria y la estructura mafiosa de esos regímenes queda opacada por una verborrea de promesas y consignas que lamentablemente es creída y aplaudida por muchos latinoamericanos de buena fe. Entre las falacias más comunmente propagadas nos encontramos con la fe de muchos en los propósitos "reformistas" de Raúl Castro y sus testaferros para sacar a Cuba de la profunda miseria en que supuestamente la ha sumido el "bloqueo" del imperialismo yanqui. Se habla de que Raúl suele guiarse por el modelo chino desde tiempos de Mao y que ahora pretende desarrollar la economía cubana mediante un proceso de liberalización empresarial que estimule el desarrollo y permita al pueblo cubano elaborar un futuro de mayor bienestar.
La magnitud de esta movida conocida en Cuba como "cuentapropismo", y el hecho de que no es más que un recurso caprichoso de propaganda y apaciguamiento, es ignorada en un país de tan desarrollados medios de comunicación como es la Argentina. Un amplísimo sector de los argentinos cree sinceramente que se trata de una verdadera apertura hacia la libre empresa y otras posibles libertades públicas. No conocen siquiera la asombrosa lista de las 178 ocupaciones u oficios permitidos ni de las peculiares limitaciones que obligan a los aspirantes a empresarios cubanos a nadar contra la corriente represiva de leyes y medidas caprichosas.
Mucho menos vemos información sobre las realidades de estas reformas proclamadas recientemente por Raúl Castro y su camarilla. La información casi siempre procede de La Habana y es triunfalista. Por eso es necesario insistir aquí y en otros foros y medios de comunicación en los hechos.
Según la prensa del Estado, se han concedido hasta fines de marzo cerca de 200 mil licencias comerciales para practicar estas 178 oportunidades empresariales. Pero se calcula que más de un tercio de los solicitantes ya han fracasado y han debido cerrar sus empresas o dedicar sus esfuerzos a otros medios de supervivencia.
Las investigaciones serias realizadas hasta ahora subrepticiamente entre la población afectada (el régimen no permite una investigación abierta y libre) demuestran el enorme desencanto y amargura de muchos de estos "cuentapropistas", tanto de los que todavía luchan por sobrevivir como de los que han optado por darse por vencidos. La realidad es que estas pequeñas (frecuentemente infimas) iniciativas empresariales son un enorme desafío en un país donde no se ha desarrollado una cultura comercial ni una ética contractual, donde las leyes no protegen ni ayudan a los pequeños empresarios en la consolidación de sus esfuerzos, donde es difícil encontrar y adquirir legalmente materiales y mercancías (a veces hasta de los productos más básicos), donde los impuestos son exorbitantes y donde el "enriquecimiento" (por modesto que sea) es contemplado con suspicacia por las autoridades hasta el punto de someter al hostigamiento a los pocos que logran verdadero éxito.
Nadar contra tan violenta corriente represiva es una lucha heroica y poco productiva. Para algunos no es tan ardua porque reciben ayuda del exterior, pero esto significa, por una parte, una relación de dependencia, y por la otra, el constante peligro de que el régimen interprete esa ayuda como injerencia extranjera y califique a los apabullados "empresarios" de "mercenarios" al servicio del imperialismo o, peor, aún de la CIA.
En estos días se reunirá por primera vez en este siglo el Congreso del Partido Comunista Cubano y en muchas partes pintan de rosa sus anheladas conclusiones de reforma y de progreso. Harían bien nuestros crédulos hermanos latinoamericanos de investigar a fondo lo que se decida en ese Congreso en lugar de contentarse con los partes de prensa de las agencias cubanas. Después, en los meses que siguen, que comprueben si algo de lo que se haya decidido fue finalmente aplicado para bien del pueblo cubano.
Al cabo de 50 años sería lógico que nuestros hermanos latinoamericanos comprendieran que el régimen cubano no es reformable ni, mucho menos, perfectible. Es un régimen fracasado que no tiene más futuro que el estercolero de la historia. Harían bien en no propagar tanto las falacias de la propaganda castrista y en brindar más comprensión y ayuda a las fuerzas democráticas que tratan infructuosamente hasta ahora de devolverle la dignidad y el bienestar al pueblo cubano.
La realidad totalitaria y la estructura mafiosa de esos regímenes queda opacada por una verborrea de promesas y consignas que lamentablemente es creída y aplaudida por muchos latinoamericanos de buena fe. Entre las falacias más comunmente propagadas nos encontramos con la fe de muchos en los propósitos "reformistas" de Raúl Castro y sus testaferros para sacar a Cuba de la profunda miseria en que supuestamente la ha sumido el "bloqueo" del imperialismo yanqui. Se habla de que Raúl suele guiarse por el modelo chino desde tiempos de Mao y que ahora pretende desarrollar la economía cubana mediante un proceso de liberalización empresarial que estimule el desarrollo y permita al pueblo cubano elaborar un futuro de mayor bienestar.
La magnitud de esta movida conocida en Cuba como "cuentapropismo", y el hecho de que no es más que un recurso caprichoso de propaganda y apaciguamiento, es ignorada en un país de tan desarrollados medios de comunicación como es la Argentina. Un amplísimo sector de los argentinos cree sinceramente que se trata de una verdadera apertura hacia la libre empresa y otras posibles libertades públicas. No conocen siquiera la asombrosa lista de las 178 ocupaciones u oficios permitidos ni de las peculiares limitaciones que obligan a los aspirantes a empresarios cubanos a nadar contra la corriente represiva de leyes y medidas caprichosas.
Mucho menos vemos información sobre las realidades de estas reformas proclamadas recientemente por Raúl Castro y su camarilla. La información casi siempre procede de La Habana y es triunfalista. Por eso es necesario insistir aquí y en otros foros y medios de comunicación en los hechos.
Según la prensa del Estado, se han concedido hasta fines de marzo cerca de 200 mil licencias comerciales para practicar estas 178 oportunidades empresariales. Pero se calcula que más de un tercio de los solicitantes ya han fracasado y han debido cerrar sus empresas o dedicar sus esfuerzos a otros medios de supervivencia.
Las investigaciones serias realizadas hasta ahora subrepticiamente entre la población afectada (el régimen no permite una investigación abierta y libre) demuestran el enorme desencanto y amargura de muchos de estos "cuentapropistas", tanto de los que todavía luchan por sobrevivir como de los que han optado por darse por vencidos. La realidad es que estas pequeñas (frecuentemente infimas) iniciativas empresariales son un enorme desafío en un país donde no se ha desarrollado una cultura comercial ni una ética contractual, donde las leyes no protegen ni ayudan a los pequeños empresarios en la consolidación de sus esfuerzos, donde es difícil encontrar y adquirir legalmente materiales y mercancías (a veces hasta de los productos más básicos), donde los impuestos son exorbitantes y donde el "enriquecimiento" (por modesto que sea) es contemplado con suspicacia por las autoridades hasta el punto de someter al hostigamiento a los pocos que logran verdadero éxito.
Nadar contra tan violenta corriente represiva es una lucha heroica y poco productiva. Para algunos no es tan ardua porque reciben ayuda del exterior, pero esto significa, por una parte, una relación de dependencia, y por la otra, el constante peligro de que el régimen interprete esa ayuda como injerencia extranjera y califique a los apabullados "empresarios" de "mercenarios" al servicio del imperialismo o, peor, aún de la CIA.
En estos días se reunirá por primera vez en este siglo el Congreso del Partido Comunista Cubano y en muchas partes pintan de rosa sus anheladas conclusiones de reforma y de progreso. Harían bien nuestros crédulos hermanos latinoamericanos de investigar a fondo lo que se decida en ese Congreso en lugar de contentarse con los partes de prensa de las agencias cubanas. Después, en los meses que siguen, que comprueben si algo de lo que se haya decidido fue finalmente aplicado para bien del pueblo cubano.
Al cabo de 50 años sería lógico que nuestros hermanos latinoamericanos comprendieran que el régimen cubano no es reformable ni, mucho menos, perfectible. Es un régimen fracasado que no tiene más futuro que el estercolero de la historia. Harían bien en no propagar tanto las falacias de la propaganda castrista y en brindar más comprensión y ayuda a las fuerzas democráticas que tratan infructuosamente hasta ahora de devolverle la dignidad y el bienestar al pueblo cubano.
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Re: Re:Desafíos del "cuentapropismo" cubano
21 Jun 2011 20:54
Los trabajadores por cuenta propia que se desempeñan como vendedores ambulantes son asediados de manera continúa por los inspectores quienes les imponen multas que comienzan en el monto de 250 pesos y pueden ascender hasta los 750 pesos en la moneda nacional.
Los más maltratados son los granizaderos, maniseros, vendedores de helados y otras golosinas. Los inspectores les siguen los pasos sin que se den cuenta y llevan el tiempo que permanecen parados en una calle, portal o parque para abalanzarse y poner la multa con insultos y otros maltratos verbales.
Un vendedor de granizado que trabaja en una zona del Vedado, en el municipio capitalino de Plaza se queja de que no lo dejan permanecer en la esquina de 17 y K donde hay un agromercado y almacén muy visitados por la población. Constantemente este hombre vende solícito, vasos de sirope de distintos sabores con hielo frapeado, de gran demanda por las altas temperaturas reinantes.
“Tengo que estar a la viva. Mirando para un lado y para el otro para no tener que empezar un careo con los inspectores. Imagínese como puedo despachar y cobrar sin estacionarme, es imposible pero de que te ponen la multa, te la ponen” - admite sonriente el vendedor que no cesa de vender la bebida refrescante.
Cuando los inspectores ponen las multas hasta insultan a los cuentapropistas. Las personas que ven el atropello tratan de defender a los afectados pero los inspectores refieren que ese es su trabajo y que ponen las multas que consideren. De más está decir que estos cuentapropistas ambulantes no pueden vender fuera de sus municipios de residencia.
Existen áreas donde termina y empieza un municipio, y por vender en una acera u otra ya se está incumpliendo con el esquematismo establecido. Los inspectores están muy al tanto de estas zonas y están a la caza de los infractores. “Es ridículo. El otro día me llamaban de una acera y tuve que dejar de vender porque ahí mismo se te aparece el inspector y pierdes todo el dinero recaudado en el día y hasta más” - admite una vendedora de tabletas de maní y leche del municipio Habana Vieja.
Lo peor es que estos cuentapropistas tienen que sufrir la prepotencia de los inspectores pero no tienen adonde acudir para quejarase. Entidades relacionadas con ellos no tienen personal que atienda las quejas y sugerencias de estos trabajadores . Ellos solo pueden quejarse a las secciones existentes en varios diarios nacionales, aunque hasta el momento, ningún directivo ha dado una explicación convincente.
Los más maltratados son los granizaderos, maniseros, vendedores de helados y otras golosinas. Los inspectores les siguen los pasos sin que se den cuenta y llevan el tiempo que permanecen parados en una calle, portal o parque para abalanzarse y poner la multa con insultos y otros maltratos verbales.
Un vendedor de granizado que trabaja en una zona del Vedado, en el municipio capitalino de Plaza se queja de que no lo dejan permanecer en la esquina de 17 y K donde hay un agromercado y almacén muy visitados por la población. Constantemente este hombre vende solícito, vasos de sirope de distintos sabores con hielo frapeado, de gran demanda por las altas temperaturas reinantes.
“Tengo que estar a la viva. Mirando para un lado y para el otro para no tener que empezar un careo con los inspectores. Imagínese como puedo despachar y cobrar sin estacionarme, es imposible pero de que te ponen la multa, te la ponen” - admite sonriente el vendedor que no cesa de vender la bebida refrescante.
Cuando los inspectores ponen las multas hasta insultan a los cuentapropistas. Las personas que ven el atropello tratan de defender a los afectados pero los inspectores refieren que ese es su trabajo y que ponen las multas que consideren. De más está decir que estos cuentapropistas ambulantes no pueden vender fuera de sus municipios de residencia.
Existen áreas donde termina y empieza un municipio, y por vender en una acera u otra ya se está incumpliendo con el esquematismo establecido. Los inspectores están muy al tanto de estas zonas y están a la caza de los infractores. “Es ridículo. El otro día me llamaban de una acera y tuve que dejar de vender porque ahí mismo se te aparece el inspector y pierdes todo el dinero recaudado en el día y hasta más” - admite una vendedora de tabletas de maní y leche del municipio Habana Vieja.
Lo peor es que estos cuentapropistas tienen que sufrir la prepotencia de los inspectores pero no tienen adonde acudir para quejarase. Entidades relacionadas con ellos no tienen personal que atienda las quejas y sugerencias de estos trabajadores . Ellos solo pueden quejarse a las secciones existentes en varios diarios nacionales, aunque hasta el momento, ningún directivo ha dado una explicación convincente.
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Moderators: Miguel Saludes, Abelardo Pérez García, Oílda del Castillo, Ricardo Puerta, Antonio Llaca, Helio J. González, Efraín Infante, Pedro S. Campos, Héctor Caraballo
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